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Videla seguirá disfrutando de la
comodidad de la prisión en casa

Luego de tomarle declaración al represor detenido por robo de bebés, el juez Canicoba Corral decidió no revocarle la prisión domiciliaria. �No salí al balcón�, aseguró.

El ex presidente de facto, Jorge Rafael Videla, dijo ante el juez que mantuvo las persianas cerradas.

El dictador Jorge Rafael Videla seguirá preso en su departamento de Belgrano. El juez federal Rodolfo Canicoba Corral le mantuvo ayer la prisión domiciliaria, prevista por la ley 24.660 para los condenados mayores de 70 años. El magistrado tomó la decisión luego de que el militar prestara declaración en su despacho del cuarto piso de Comodoro Py. Ante el juez, Videla se distanció del acto que realizó un grupo de personas frente a su vivienda, el 24 de marzo pasado. “Ni me enteré”, aseguró al principio. Luego, para fundamentar esa afirmación, agregó que “la persiana estaba cerrada”. Después de escuchar sus argumentos, Canicoba Corral decidió no cambiar el régimen de reclusión del dictador. Fuentes del juzgado adelantaron a Página/12 que en los próximos días se citará a Elena Cruz y Fernando Siro por expreso pedido de los fiscales Eduardo Freiler y Federico Delgado.
En su declaración, que duró 40 minutos, Videla insistió en los argumentos expuestos en una carta de lectores publicada por La Nación, en la que había asegurado que “ese día permanecí en mi departamento, con las persianas bajas y sin salir al balcón, firme en mi propósito de no servir de pretexto a ninguna reacción que contribuya a acentuar la discordia”. En esa misma línea, ayer, en el juzgado federal Nº 7, afirmó que se enteró del acto luego de que éste hubiera terminado y remarcó que llamó al Patronato de Liberados –la institución que se encarga de controlar que se cumpla el arresto domiciliario– para avisar que él no había participado en nada. En todo momento estuvo acompañado por sus abogados defensores, el ex ministro de Justicia de la dictadura Carlos Tavares, Víctor Herrero Leconte y Alberto Rodríguez Varela.
Además de escuchar al ex presidente de facto, Canicoba Corral interrogó a varios policías que estuvieron en las inmediaciones del departamento de la avenida Cabildo el 24 de marzo. Según fuentes tribunalicias, después de escuchar todos estos testimonios –que “no aportaron gran cosa”–, el juez consideró que no existen pruebas suficientes que indiquen que Videla haya participado de un acto político. Estas declaraciones se produjeron a partir de una denuncia de la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos (APDH) que retomó lo dicho por el periodista Osvaldo Quiroga, quien había asegurado que el 24 de marzo vio a Videla en el balcón de su casa saludando a un grupo de personas que lo vitoreaban.
El raid de Videla comenzó a la mañana, en la puerta de su domicilio –Cabildo 639–, el mismo lugar que eligieron sus admiradores para hacerle un homenaje en concordancia con el 25 aniversario del golpe de 1976. Allí lo recogió un móvil de Gendarmería, que llegó a los Tribunales de Retiro a las 9.40. Frente a ese edificio aguardaba un grupo de militantes y varios jóvenes de HIJOS, más un contingente de casi 50 policías. Con esa protección, el dictador fue conducido directamente al subsuelo de la sede judicial entre tumultos y forcejeos que, entre otras cosas, provocaron lesiones a una mujer policía. La agente formaba parte de la custodia y fue atropellada por el Peugeot con vidrios polarizados que traía al militar indultado por Carlos Menem y con prisión preventiva por su responsabilidad en el plan sistemático de sustracción de menores.
Todo indica que Videla seguirá disfrutando del arresto domiciliario, al menos por ahora. El homenaje que recibió el día que se cumplían 25 años del inicio de la dictadura parece no haber cambiado demasiado su situación legal. Los que sí pueden verse en problemas son dos de sus admiradores, el matrimonio Elena Cruz-Fernando Siro, que encabezó la movilización al domicilio del militar que integró la primera de las juntas militares que gobernaron de facto el país entre 1976 y 1983. Los dos actores fueron denunciados por apología del delito por los abogados Marcelo Parrilli y Antonio Liurgo el 26 de marzo pasado en el Juzgado Correccional Nº 12 y podrían sufrir hasta un año de prisión.

 


 

SUAREZ MASON PIDIO POSTERGAR SU DECLARACION
Represión a los manifestantes

Otra vez un ex represor tuvo que ir a la Justicia, y otra vez hubo agresiones contra quienes repudiaban a los responsables del terrorismo de Estado; ayer le tocó el turno a Guillermo Suárez Mason, ex jefe del Primer Cuerpo de Ejército durante la dictadura, que fue a los tribunales platenses y pidió que se postergara su declaración en una causa que investiga el robo de hijos de desaparecidos. A su salida del Palacio de Justicia, policías y gendarmes que lo custodiaban les pegaron a miembros de organismos de derechos humanos y a Pablo Díaz, sobreviviente de “La noche de los lápices”, quien aseguró que lo “molieron a bastonazos”.
No bien arribó el ex represor a los tribunales de La Plata comenzaron los insultos contra él y contra su abogado, Jorge Appiani –quien está siendo investigado por la falsificación de la supuesta partida de defunción de Miaría Anne Erize que permitió la liberación de su socio Jorge Olivera en Italia–, pero los gendarmes que los escoltaban los introdujeron rápidamente en el ascensor de los Tribunales. No obstante, el incidente más serio llegó cuando el ex jerarca militar se retiraba del edificio. “Me metí entre la gente, y llegué a encarar a Suárez Mason y a decirle ‘asesino, mirame, ‘asesino’. Los dos caímos al piso y en ese momento me pegaron los policías y los gendarmes, mientras lo sacaban a él del lugar”, indicó Díaz. “Me fui con mucha sangre en la cabeza y con golpes en los ojos”, agregó.
“Tengo el temor de que se repitan hechos como el de hoy (por ayer) o como el de Etchecolatz, cuando unos civiles partidarios suyos agredieron a manifestantes. Hasta en ‘La noche de los lápices’ hubo civiles implicados. Y Etchecolatz es un tipo mesiánico, al que pueden seguirlo tipos muy fanáticos”, advirtió Díaz.
Suárez Mason, en prisión domiciliaria por otra causa sobre robo de bebés, debía declarar ante el juez federal Arnoldo Corazza por la apropiación de la menor Carmen Sanz, hija de una detenida desaparecida que fue vista en el campo de concentración “El Pozo de Quilmes”. Por esta causa, el juez Corazza ya envió a prisión al ex médico policial Jorge Bergés y al ex comisario Miguel Etchecolatz. Ahora, el magistrado definirá una nueva fecha para la declaración de Suárez Mason.

 

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