Por Raúl Dellatorre
El Ministerio de Economía
monitoreará el cumplimiento de un severo programa de reducción
del déficit fiscal del gobierno bonaerense, coordinará y
aprobará el diseño y ejecución de su plan financiero
anual y cobrará sus impuestos a través de terceros si cediera
a privados la recaudación tributaria a nivel nacional. Dichas condiciones
quedaron plasmadas ayer en el acuerdo entre la provincia de Buenos Aires
y el gobierno nacional, en el cual también se manifiesta la intención
de Carlos Ruckauf de solicitar a la Legislatura bonaerense la delegación
de poderes extraordinarios para reducir estructuras estatales y bajar
el gasto público. La crisis financiera de la provincia obligó
al gobernador a someterse a un estricto control de parte del Palacio de
Hacienda para eludir la cesación de pagos, situación negada
oficialmente, pero que ahora quedó reflejada como una realidad
latente en los condicionamientos del acuerdo.
El documento, suscripto por Chrystian Colombo (jefe de Gabinete), Ramón
Mestre (ministro del Interior) y Domingo Cavallo por el gobierno nacional,
y Carlos Ruckauf y Jorge Sarghini (ministro de Economía) por la
provincia, revela además la intención del Palacio de Hacienda
de avanzar en dos aspectos controvertidos en materia impositiva. Uno,
la tercerización del cobro de impuestos; el otro, sustituir los
tributos provinciales de Sellos y a los Ingresos Brutos por una sobretasa
en el IVA.
Así quedó expresado en la Cláusula Primera del acuerdo,
que en su inciso a) señala que la Provincia acepta integrarse,
a su costo, a toda relación bilateral que la Nación, a través
de sus organismos de recaudación, convenga con terceros particulares
de tal modo que la acción contratada (el cobro de impuestos) incluya
a la jurisdicción provincial. Por otra parte, entre las facultades
que el gobierno bonaerense le reclamará a la Legislatura que le
delegue (inciso b), se incluye (en el acápite 9) realizar
las modificaciones normativas necesarias para reemplazar los impuestos
provinciales a los Ingresos Brutos y de Sellos por una tasa complementaria
al IVA o a cualquier otro impuesto afín al mismo.
Las metas presupuestarias fueron fijadas (Cláusula Segunda del
convenio) en términos trimestrales para 2001 y anuales en los cuatro
años siguientes. Para este año, el gobierno bonaerense deberá
ceñirse a un déficit primario máximo de 1050 millones
de pesos, a los que podrá sumar otros 600 millones de intereses
de la deuda (déficit financiero de 1650 millones). Dicho déficit
financiero deberá reducirse paulatina pero drásticamente
en los años siguientes: a 1240 millones en 2002, 830 millones en
2003, 415 millones en 2004 y a cero en 2005. Considerando un moderado
monto de 600 millones de pesos constantes de pago de intereses de la deuda
por año, ello implica que ya a partir de 2004 la provincia deberá
presentar superávit primario (entre ingresos y gastos totales,
sin computar el pago de intereses).
Otros compromisos asumidos por Ruckauf para el saneamiento de sus
finanzas públicas son:
Adoptar en el término
de 45 días, a partir de la aprobación del acuerdo por la
Legislatura provincial, una modalidad alternativa de contratación
del cobro de impuestos por terceros privados, hasta tanto dicho mecanismo
sea convenido por el gobierno nacional.
Solicitar al Legislativo la
delegación de facultades por tres años para modificar la
Ley de Ministerios, racionalizar estructuras administrativas, eliminar
regulaciones sobre la actividad privada, disponer privatizaciones de actividades,
modificar la estructura administrativa de la Dirección General
de Escuelas y disponer de programas de retiros voluntarios, entre otras.
Eliminar los créditos
de mala calidad (clasificados en categorías 3, 4 y 5 por
su improbabilidad de crédito) de los activos del Banco Provincia
yreemplazarlos por un título de deuda pública provincial
que podrá ser garantizado por Coparticipación Federal de
Impuestos.
Como contrapartida, el Gobierno se compromete a asistir en la gestión
y arbitrar los medios para conseguir financiamiento cuando el mercado
de capitales le sea esquivo a la provincia, y a realizar ante el
Banco Mundial las gestiones necesarias para la obtención de créditos
de programas para reformas provinciales.
EL
ARZOBISPO JORGE BERGOGLIO CRITICA EL ALCA
Pez grande se come al chico
La globalización
es buena, pero tiene sus peligros, consideró el arzobispo
de Buenos Aires, Jorge Bergoglio. La amenaza que entraña el Area
de Libre Comercio de las Américas (ALCA) es que el pez grande
se coma al pez chico y que no se defienda al productor, a
la iniciativa alfarera. Los jóvenes deben participar de la
política, pero no de las ideologías, porque engendran
violencia, concluyó.
La timidez de los funcionarios gubernamentales, que temen quedar estigmatizados
frente a la menor oposición a la iniciativa estadounidense, ha
dejado lugar a que la oposición al sistema global provenga de las
instituciones tradicionalmente más conservadoras. No obstante,
la Iglesia argentina, por boca de Bergoglio, no hace más que bajar
la línea que viene desde Roma. El magisterio del papa Juan
Pablo II en este punto es terminante; la globalización no
puede convertirse en una entelequia teórica o funcional.
En una extraña analogía geométrica, el prelado sostuvo
que el Papa, la Iglesia y yo también concebimos la globalización
como un poliedro, como una fuerza centrípeta en la que participan
todas las caras. No podemos renegar de la cultura de nuestros pueblos.
Ese es el gran peligro. Y el Papa dice que hay ventajas y desventajas,
agregó.
Frente a la implosión de los regímenes comunistas, la Iglesia
pudo redirigir su mira contra su enemigo de antaño. Bergoglio,
cardenal desde el pasado 22 de febrero, fue explícito en su prédica:
Así como el comunismo cayó por sus contradicciones
internas, este liberalismo va a caer por sus contradicciones internas.
El arzobispo también se ocupó de los efectos concretos que
traería una apertura comercial indiscriminada en el continente.
Hay que defender al productor, la iniciativa alfarera, que es una
palabra bíblica. Si el pequeño productor no puede competir
contra el más grande, se cae, explicó. La amenaza
es el sometimiento, pero en toda la historia, han sufrido los pueblos
sometimientos y han sabido guardar reservas. Cuando se debilitan los imperios,
estas reservas resurgen, consideró el cardenal.
Sobre cómo canalizar estas reservas, Bergoglio recurrió
a un ejemplo. Cuando los jóvenes laicos me preguntan ¿monseñor,
debemos meternos en política?, yo les contesto: claro que sí.
La política es el quehacer del bien común, al contrario
de las ideologías, que siempre engendran violencia.
Al ser consultado sobre la situación económica de Argentina,
pidió remitirse al último documento episcopal, en uno de
cuyos párrafos los obispos argentinos plantearon: No podemos
resignarnos a aceptar pasivamente la tiranía de lo económico.
La tarea no debe reducirse a que las cuentas cierren para tranquilizar
los mercados.
SUPERAVIT
COMERCIAL DE 124 MILLONES EN FEBRERO
La recesión se muestra en la balanza
La continuidad de la recesión
volvió a reflejarse en un nuevo superávit de la balanza
comercial de 124 millones en febrero que se suman a los 93 de enero. A
la menor demanda de compras al exterior se sumó el aumento de las
exportaciones impulsada, en parte, por la necesidad de colocar los stocks
sobrantes de un mercado interno deprimido.
Así, en los dos primeros meses del año el superávit
comercial fue de 217 millones de dólares, que resultaron de importaciones
por 3682 millones y exportaciones por 3899 millones. Los datos proporcionados
por el Indec muestran que mientras las ventas al exterior aumentaron un
10 por ciento respecto de igual período del año anterior,
las importaciones cayeron un 2 por ciento.
Los datos para febrero último muestran, contra el segundo mes de
2000, un retracción del 9 por ciento en las importaciones (1742
millones).
El flujo comercial acumulado del primer bimestre muestra que se vendieron
1003 millones en productos primarios (+32 por ciento frente a igual período
de 2000), 975 millones en manufacturas de origen agropecuario (MOA) (-12
por ciento), 1245 millones en manufacturas de origen industrial (MOI)
(+24 por ciento) y 677 millones en combustibles.
Respecto de las importaciones siempre para los primeros dos meses,
se registró una fuerte caída de 10 por ciento en bienes
de capital, medianamente compensada por alzas de 7 por ciento en automóviles
y 3 por ciento en bienes intermedios y de consumo.
En relación con el saldo comercial según las zonas económicas
y países, se verificó un incremento del 124 por ciento en
el intercambio con Medio Oriente, de 10 por ciento con Mercosur y de 3
por ciento con la Unión Europea.
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