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Once mil litros de agua para
protestar contra Estados Unidos

Con un camión cisterna, Greenpeace bañó la embajada de EE.UU. con agua de las inundaciones en Carlos Casares: protestaban por la negativa de Bush a aplicar el protocolo de Kioto.

Hubo un gran operativo policial, pero nadie le impidió a Greenpeace arrojar su agua.

Sin decir agua va, el agua fue. Después de viajar desde la inundada localidad de Carlos Casares hasta el barrio de Palermo a bordo de un camión cisterna de Greenpeace, 11.000 litros del líquido elemento terminaron mojando la Embajada de Estados Unidos. La húmeda protesta tuvo como eje “devolver parte del agua de las inundaciones provocadas por el cambio climático”, según explicó a Página/12 Juan Carlos Villalonga, coordinador de la campaña de energía de la organización ecologista. El lugar elegido no fue casual, ya que el gobierno de George Bush decidió no aplicar el protocolo de Kioto, un acuerdo internacional que estableció una reducción de la emisión de gases que afectan el clima, justamente cuando es ese país el principal productor mundial de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero que provocan el calentamiento del planeta.
Rodeados de un importante operativo policial, los activistas de Greenpeace estacionaron el enorme camión cisterna sobre la calle Cerviño, y a través de una gran manguera comenzaron a tirar agua hacia la embajada estadounidense, donde nadie acusó recibo de la lluvia provocada. El agua fue traída desde una de las localidades más castigadas por las últimas inundaciones, Carlos Casares, ya que una de las principales consecuencias del cambio climático es “la alteración en los ciclos de precipitaciones por la tropicalización del clima producido por el calentamiento global”, explicó Villalonga, y agregó que “le estamos devolviendo parte del agua de provocada por el significativo aumento de las lluvias caídas”, agregó. Las persistentes inundaciones que sufre la provincia de Buenos Aires tienen relación con las mayores precipitaciones que se han registrado en los últimos años. Esta zona registra un aumento del agua caída del 35 por ciento y el fenómeno tiende a agravarse. El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático señaló que el calentamiento observado en la Tierra en los últimos 50 años es atribuible a las actividades humanas, básicamente a las industrias.
El rechazo del presidente George Bush a la ratificación del protocolo de Kioto, firmado por los principales países del mundo para reducir la emisión de gases contaminantes que producen el efecto invernadero, fue justificada en defensa de la industria de ese país, fundamentalmente de los intereses de las grandes corporaciones asociadas al carbón y al petróleo. Estas industrias son las principales causantes de la emisión de dióxido de carbono (CO2), principal gas de efecto invernadero. Según datos aportados por Greenpeace, Estados Unidos produce el 22 por ciento del total de gases que afectan el clima y posee el mayor nivel de emisión de CO2 per cápita del mundo (20,5 toneladas). “Estados Unidos es el máximo responsable y el máximo irresponsable”, sintetizó Villalonga.
El protocolo de Kioto establece la reducción, a partir del año 2002, de un 5,2 por ciento de la emisión de gases. Los científicos consideran que la quema de carbón y petróleo produce una serie de químicos que impiden la salida del calor de la atmósfera terrestre, provocando el obvio recalentamiento del planeta.
“Mientras Bush bloquea el acuerdo del clima defendiendo intereses de las industrias sucias de Estados Unidos, el cambio climático ya está haciendo estragos en las economías regionales argentinas y en las del resto del mundo”, apuntó Villalonga. La decisión de Bush fue repudiada por la comunidad internacional, ya que pone en serio peligro el único acuerdo existente para frenar el cambio climático. El propio primer ministro británico, Tony Blair, calificó al protocolo como “el camino correcto para el futuro”.

 


 

DOS ADOLESCENTES MATARON AL DUEÑO DE UN NEGOCIO
Violento robo en Palermo

Tres chicos, que según los testigos tendrían entre 13 y 15 años cada uno, asesinaron de un balazo en el pecho al dueño de una casa de venta de artículos de computación ubicada en Fitz Roy al 2200, en el barrio de Palermo Viejo. La víctima, Daniel Chávez, de 28 años, fue muerto luego de forcejear con uno de los ladrones, tratando de resistirse al asalto, según dijo la policía. En pocos minutos, decenas de vecinos se apostaron en la vereda del negocio asaltado para protestar por la falta de seguridad en la zona. Luego de cometer el crimen, los tres supuestos menores escaparon llevándose una suma irrisoria: los únicos diez pesos que les había dado Chávez, quien ya herido de muerte salió a pedir ayuda y cayó sobre el capot de un automóvil estacionado en la puerta del comercio.
El hecho comenzó a las 16.30 de ayer, cuando el propietario del negocio “Play Station” se encontraba acompañado por una clienta y por un proveedor. Uno de los ladrones se llevó a las dos personas hacia un baño, ubicado en los fondos, y las dejó encerradas. Según comentaron luego los vecinos, los testigos escucharon que Chávez les dijo a los asaltantes que no tenía dinero en la caja y sacó un billete de diez pesos del bolsillo. Los jóvenes no le creyeron y entonces se produjo un forcejeo entre el comerciante y uno de los asaltantes.
La policía no sabía a ciencia cierta cuál de los ladrones fue el que disparó, aunque en el lugar encontraron una pistola calibre 22 que habría sido utilizada por los delincuentes. Los testigos encerrados en el baño aseguran que los balazos fueron dos, mientras que se presume que Chávez recibió un solo impacto en medio del pecho. Ante lo ocurrido, los tres ladrones salieron rápidamente del local y se alejaron corriendo, ya que no los esperaba ningún vehículo.
Aunque estaba herido, el comerciante salió a la vereda en busca de ayuda y se cayó sobre el capot de un automóvil azul estacionado frente al negocio. Luego volvió a ingresar al local, donde cayó al piso y falleció antes de que llegara la ambulancia del SAME. La comisaría 31ª, con jurisdicción en el barrio, realizó un operativo de búsqueda de los autores del crimen que hasta anoche no había dado resultados positivos. Vecinos de la zona se reunieron frente al comercio asaltado para quejarse por la falta de seguridad.
“Los asaltos son cosa de todos los días, aunque a Daniel nunca le habían robado”, comentó Pablo Cortese, un joven que conocía a la víctima. Cortese informó que Chávez “trabajaba todo el día para hacer unos pocos pesos y poder alimentar a su familia, ya que tenía mujer y un hijito de un año”.
En el mismo barrio, el 23 de abril de 1999, fue asesinado el arquitecto Félix Miranda, también por una banda de adolescentes integrada por chicos de entre 13 y 15 años.

 

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