Por Andrew Osborne
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Desde
La Haya
Holanda se convirtió
anoche en el primer país que legalizó la eutanasia en una
movida que según se espera allí incite a varios
otros países europeos a seguir el ejemplo. Mientras los manifestantes
se reunían afuera de la Cámara alta del Parlamento holandés,
los 75 senadores del país aprobaron la ley que permite a los médicos
ponerle fin a la vida de enfermos terminales en algunas circunstancias
especiales. Con un senador ausente, el Senado votó por 46 a 28
para introducir la ley, un resultado que tanto los opositores como los
que apoyaban la muerte misericordiosa habían acordado de antemano:
de hecho, cuando en noviembre la Cámara de Diputados dio media
sanción al proyecto ya se descontaba su aprobación final.
Los partidos a favor de la eutanasia controlan 46 de las 75 bancas del
Senado y más del 90 por ciento de la población de Holanda
apoya la ley. Además, la práctica se ha venido haciendo
durante décadas. Pero eso no detuvo a los opositores a la nueva
legislación a que protestaran ayer contra la movida, en un intento
vano por convencer a los senadores para que provocaran un contratiempo
para bloquear la ley.
Los activistas cristianos cantaron himnos en el patio del Senado mientras
que por lo menos 5.000 personas, muchas de ellas niños de escuelas,
marcharon silenciosamente desde la estación de tren a la pintoresca
Plein Square de la ciudad. Escucharon con atención mientras los
líderes religiosos y los políticos calvinistas condenaban
la eutanasia en términos del Viejo Testamento. Dos manifestantes
con pasamontañas negros y guardapolvos blancos de laboratorio aferraban
unas gigantes jeringas que sostenían un cartel que proclamaba que
la eutanasia siempre será un asesinato.
Uno de los hombres, Oskar, dijo que era un historiador católico
y sostenía que el gobierno holandés había usado una
andanada de propaganda para lavar el cerebro de la población
para que apoyara la eutanasia. Era una guerra de propaganda y ganaron
ellos protestó. Era como Goebbels y los nazis. Le lavaron
el cerebro a la población. No matarás es un mandamiento
esencial para todas la sociedades.
Los activistas pro eutanasia, que han estado haciendo campaña desde
1973 por esta legislación, estaban muy animados anoche, pero se
mantuvieron inflexibles en que el debate había sido largo y justo.
El doctor Rob Jonquiere, director del lobby más importante del
país a favor de la eutanasia, dijo: Hemos estado discutiendo
este tema durante los últimos 25 años. Fue un debate abierto,
y es bueno que haya tomado tanto tiempo. Creo que mi vida es mi vida.
La muerte es lo único seguro que tengo en mi vida y la mayoría
de la población holandesa está de acuerdo conmigo.
Solo un 8 por ciento de la población está ferozmente en
contra de la eutanasia. Esto no se trata de pedirle a un médico
que cometa un crimen, sino de pedir ayuda, señaló
Jonquiere. Una vez que se completen las formalidades, un proceso que tomará
dos semanas, los médicos podrán realizar una eutanasia sin
temor a ser procesados. En el pasado, los médicos se encontraban
que eran llevados a los tribunales por realizar la práctica a pesar
de tener el total consentimiento del paciente moribundo.
Bajo esta ley, la eutanasia será efectuada sólo a pacientes
que estén pasando por un sufrimiento continuo, insoportable e incurable.
Se necesitará una segunda opinión, el paciente deberá
estar en su sano juicio y su pedido de morir deberá hacerlo voluntaria,
independiente y persistentemente. La decisión de despenalizar la
práctica en Holanda podría incitar a otros países
a que adopten una legislación similar.
Deborah Annetts, de la Sociedad de la Eutanasia Voluntaria de Gran Bretaña,
dijo: Es muy importante para los otros países. Se ha roto
una barrera psicológica. En Bélgica, un borrador de
la ley está siendoconsiderado, y Gran Bretaña, Francia,
Australia e Italia tienen fuertes movimientos en pro de la eutanasia.
Holanda le mostró al resto de Europa el camino cuando se trató
de tolerar las drogas suaves y la comercialización del sexo, y
ahora tiene la delantera en la muerte misericordiosa. Pero un pequeño
sector de la población holandesa siempre se sentirá traicionado
por los instintos liberales de sus compatriotas. El senador Kars Veling,
del pequeño partido Unión Cristiana, dijo anoche: Como
holandés estoy avergonzado de eso. Creo que es un error terrible.
* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12
Traducción: Celita Doyhambéhère
La libertad
del paciente
La ley que autoriza la eutanasia en Holanda representa el
reconocimiento de una situación legítima, porque permite
a la persona gozar de su libertad y su dignidad, señaló
a Página/12 el doctor Marcos Meeroff, miembro fundador de
la Sociedad de Etica en Medicina. Ahora bien: tenemos que
reconocer que en Argentina queda mucho camino por recorrer antes
de alcanzar una ley similar; en especial porque hay sectores del
Gobierno que consideran que nosotros no somos dueños de nuestro
destino, indicó el especialista. Esta es la forma
en que un problema de ética se ha convertido en un problema
de política.
Para Meeroff, la defensa de la eutanasia tiene que ver con la máxima
regla ética que debe guiar el comportamiento médico:
La afirmación de la autonomía del paciente.
El médico también se planta contra aquellos especialistas
que consideran que el desarrollo de los cuidados paliativos hace
cada vez menos necesario hablar de eutanasia: Aun cuando tuviéramos
la mejor tecnología para aliviar el dolor de los enfermos
terminales, el paciente puede no querer recurrir a ellos. La persona
siempre debe estar al tanto de los pormenores de su enfermedad y
de las posibilidades de cura y de tratamientos, y con esos elementos,
decidir. El deber del profesional es respetar esa decisión,
y el derecho fundamental del paciente, que es la libertad.
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UN
CLIENTE DEJO 16.000 DOLARES EN NUEVA YORK
La propina más alta del mundo
Por Michael Ellison
Desde Nueva York
Aunque el restaurante ni siquiera
se ubica entre los más exclusivos de Manhattan, la pareja que llegó
en un Mercedes Benz con chofer no debió hacer demasiado esfuerzo
para que la cuenta llegara a los 9000 dólares. Tal vez un poco
elevada para una comida que incluyó simplemente pollo, queso, verduras
grilladas, tomates, postre y buenos vinos. Pero lo que convirtió
esa noche en algo muy especial para el restaurante del Upper East Side
fue la propina de 16.101 dólares que los clientes incluyeron en
el formulario de la tarjeta de crédito.
Con esa propina, la muy anticipada recesión se había terminado
antes de empezar, por lo menos para Nello Balan, el dueño del restaurante
de Madison Avenue, en el barrio más rico de los Estados Unidos.
Creo que las cosas se van a dar vuelta y la economía volverá
a avanzar, dio después de que su negocio se viera transformado
por la lapicera de un innombrado vicepresidente de una agencia de bolsa
en Londres. La atención del financista de 37 años fue para
el maître, Lenny Lorando, para quien hasta ahora la mayor propina
fue de 1000 dólares.
Lorando, de 31 años, dijo sobre su golpe de suerte: Me siento
muy afortunado. Tratamos de dar lo mejor y dejar a todos contento y nos
gusta cuando están complacidos. Pero debo decir que estoy helado.
La regla para las propinas en Nueva York es pagar el doble del impuesto
de 8.25 por ciento. Cualquier cosa por debajo de esa cifra es capaz de
provocar el desprecio del mozo y algunas palabras bien elegidas.
La noche de 25 mil dólares del financista incluyó una botella
de Chateau Margaux de 1995 (1200 dólares), un Lafite Rothschild
de 1998 (750 dólares) y bebidas para todo el mundo en el restaurante
(1200 dólares). Lorando dijo que él se quedaría con
10.000 dólares de la propina y dividiría los restantes 6101
entre los diez colegas de turno. Todos quieren tomarse la semana
de franco, pero yo tengo que volver a trabajar, dijo.
Zagat, la reverenciada guía de restaurantes en Nueva York, le otorga
a Nello 18 sobre 30 en comida, 16 en decoración y 15 por servicio,
lo que lo pone en la categoría de bueno a muy bueno,
un buen camino cercano a los restaurantes catalogados como cercanos a
la perfección.
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