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DARIO LOPERFIDO ANTICIPA LOS FUNDAMENTOS DE LA FUTURA LEY DE RADIODIFUSION
“La ley actual le pudre la cabeza a la gente”

En una entrevista con
Página/12, el secretario de Cultura y Comunicación adelantó los puntos principales del proyecto que el Ejecutivo enviará al Congreso y explicó cómo serán los meses de transición. Sólo después de aprobada la ley, el Gobierno encararía la creación del llamado Multimedios estatal.

Por Roque Casciero

El Poder Ejecutivo enviará al Congreso la próxima semana su anteproyecto de nueva Ley de Radiodifusión, intentando cambiar una serie de normas con vigencia desde los años de la dictadura militar de 1976, reveló ayer Darío Lopérfido, secretario de Cultura y Comunicación de la Nación. “Creemos que es imprescindible que la democracia se dé cuenta de que no se puede seguir funcionando con una ley de la dictadura (destinada a pudrirle la cabeza a la gente. En el tiempo que llevamos de gestión hemos trabajado líneas de consenso fuertes, tanto con las organizaciones gremiales como con los legisladores. Ahora los diputados y senadores harán las modificaciones que sean necesarias, pero soy muy optimista respecto de terminar el año con nueva Ley de Radiodifusión”, dijo el funcionario en una entrevista con Página/12. La actual Ley de Radiodifusión fue promulgada por la junta militar que encabezaban Videla, Massera y Agosti en 1980 y su redacción estaba inspirada, según afirmaba el texto, en la Doctrina de la Seguridad Nacional.
El proyecto del ley del gobierno, puntualiza Lopérfido, está inspirado “en los derechos fundamentales de los ciudadanos, entre los que se encuentra el derecho a la comunicación y a la información, esenciales para la vida democrática”. Algunos de los puntos más salientes son que permitirá la agrupación de radiodifusores mediante la misma señal de origen, la posibilidad de obtener licencias nacionales o regionales, garantizar la pluralidad y el acceso equitativo a la información por parte de todos los habitantes del país. Además, habrá normas sobre la programación, la distribución, la protección al menor y los porcentajes mínimos de producción nacional, regional o local. Se establecerá una porcentaje de pantalla para el cine argentino, en especial el independiente, y permitirá el acceso a las señales de organismos sin fines de lucro, tales como universidades y cooperativas. “Con esto terminaríamos la más profunda modificación de los medios de comunicación en la Argentina. Todavía no se alcanza a ver, porque estamos en pleno proceso, pero inevitablemente, dentro de unos años, se verá como un antes y un después de estas medidas”, aseguró el funcionario.
Para Lopérfido, esta “política global vinculada a los medios de comunicación” se inició con la desregulación de la venta de diarios y revistas, que considera uno de los logros de su gestión. “Sosteníamos que no iba a traer perjuicios sino, más bien, que iba a aumentar la circulación de diarios y revistas en el país. Y estamos viendo que, de a poco, las propias empresas podrán instrumentar nuevos mecanismos de venta, pero el kiosco seguirá existiendo. La diferencia es que van a poder agregarse puestos de venta, lo que permitirá que haya mayor circulación de las publicaciones”.
Para agilizar los cambios mientras se debate la nueva Ley de Radiodifusión, la secretaría a cargo de Lopérfido ha presentado un decreto (que el presidente De la Rúa firmaría en los próximos días) para modificar algunos aspectos de la actual, en el marco de los poderes delegados por el Congreso mediante la Ley de Competitividad. La idea del Plan Nacional de Televisión –el nombre del proyecto– es dejar de “concebir a la radiodifusión sólo como una herramienta de negocios”. “Para ser radiodifusor uno debía ser parte de una empresa, tener interés comercial, pero la idea es agregar un concepto ligado a la difusión del bien social y lo educativo. En nuestro plan, no sólo se habilitan para ser radiodifusoras las empresas comerciales, sino también las universidades, los municipios, las cooperativas”, explica el funcionario. “Aparte de romper determinados monopolios que existen en zonas de país, el proyecto comprende que la televisión es una industria y que si aumentamos la cantidad de frecuencias televisivas en el país, eso genera mayor empleo y nivel de inversiones. Si en una provincia hay un canal y abren otros dos, además de brindarle mayor libertad de elección a la gente, va a producirmás trabajo. El plan está concebido con muchísimo cuidado, con garantías para cuidar el federalismo y el acceso equitativo a la información. Habrá tres tipos de licencia: provincial (para transmitir en una provincia), regional (en cinco) y nacional (en doce). Hicimos un censo de interés entre todos los radiodifusores del país y el 87 por ciento estaba de acuerdo en que esto sucediera”.
–También hay quienes se oponen. La Asociación de Telerradiodifusoras Argentinas (ATA), por ejemplo.
–Los que se oponen son quienes ya tienen estructuras monopólicas. O sos se es monopólico o se cree en la competencia. La modificación de la ley será en base a las facultades delegadas que tiene el Poder Ejecutivo a partir de la Ley de Competitividad, porque entendemos que es un proyecto que aumenta la competitividad y es de raíz desregulatoria. Además, como tiene una mira puesta en el empleo, el condicionante del pliego serán mínimos obligados de producción local, tanto periodística como de ficción. Por supuesto, los servicios informativos deberán ser locales y no repeticiones de los noticieros de Buenos Aires. No puede ser que uno viva en Córdoba y sólo se entere de que hay un bache en la 9 de Julio.
–En enero fue creado por decreto el Sistema Nacional de Medios Públicos, un virtual multimedio estatal que comprende a la agencia informativa Télam, Canal 7 y Radio Nacional. ¿Piensa trasladar todos los medios al edificio de Canal 7?
–Esa es mi aspiración, aunque en una segunda etapa. Primero hay que hacer la unificación administrativa, nombrar al directorio y otra cantidad de cosas. A partir de eso, hay que proyectar el traslado de Télam y la administración de Radio Nacional. Pero el resto hay que conservarlo en donde está, porque es un edificio histórico y porque tiene el mejor auditorio para transmitir música tocada en vivo. Ese edificio vamos a conservarlo, pero no el de Telam. La Facultad de Arquitectura diseñó un proyecto por el cual se puede trasladar Télam con mejor equipamiento que el que tiene y haciendo una obra civil importante, y financiarla completamente con la venta del edificio de Télam. Y así y todo sobraría lugar en Canal 7.

 

Los shows gratis y Cavallo

“Creo que el aumento de la oferta cultural aumenta la demanda, de ahí que promovemos los conciertos gratuitos. En Buenos Aires ha aumentado el consumo cultural. Cuando la gente tenga más holgura económica, esto se explotará todavía más, porque el acceso a la cultura es un hábito. Yo me rebelo contra la idea conservadora de que el público es chico y que si se hacen cosas gratuitas no alcanza para los empresarios. No, es al revés: provoquemos mayor cantidad de estímulos, que haya más público y que ese público circule más. Además, justamente, si hay problemas económicos, tenés que dar mayor oferta gratuita. Si no, estás bloqueándole más el acceso a la cultura a quien tiene esos problemas.”
“Cuando hablé con Cavallo sobre temas de mi área, nos entendimos bien y me sentí muy apoyado. Quizás hace un tiempo no me hubiera imaginado que iba a sentirme cómodo hablando con él. Es cierto que dijo que había que privatizar ATC y Radio Nacional, pero creo que él deja que lo convenzan cuando la idea es buena. Cavallo decía que había que privatizar el ATC de Menem y creo que era generoso: yo decía que había que cerrarlo, apagarlo, dejar la pantalla en negro. No es que Cavallo cambió, cambiaron las circunstancias políticas: ahora hay una gestión ordenada, que cuida los recursos y el canal sirve como difusor cultural. En este momento, mi ideología no tiene contradicciones con trabajar con Cavallo, porque él acompaña lo que estoy haciendo.”

 

Un festival de clásicos

Los films Las cosas del querer, de Jaime Chavarri, y Felices juntos, de Wong Kar-Wai, inaugurarán mañana la muestra Festival de Cine-Arte, que ofrecerá una gran variedad de clásicos y films contemporáneos. Entre las películas que se verán están Lo que el viento se llevó, de Víctor Fleming –que se verá en una única función el día de cierre–, Pink Floyd-The Wall de Alan Parker, Secretos y mentiras de Mike Leigh y Matador de Pedro Almodóvar. El ciclo, cuya entrada será de un peso para menores de 25 años, se extenderá hasta el miércoles 18 en el Complejo Tita Merello (Suipacha 442). La muestra seguirá el viernes con la proyección de Matador y Amanece que no es poco, del director español José Luis Cuerda. El sábado será el turno de The Wall y Mi vida en rosa, de Alain Berliner, y el domingo se verán Trainspotting, de Danny Boyle, y Buenos Aires viceversa, de Alejandro Agresti. La chica del puente, de Patrice Leconte, y Secretos y mentiras serán exhibidos el lunes 16, y al día siguiente Afinidades electivas, de Paolo y Vittorio Tavianni, y Sostiene Pereira, de Roberto Faenza. Para la función especial del 18, antes de Lo que el viento.... se verán Un aire de familia de Kapisch Cedric y Yo recuerdo, de Anna María Tato, con Marcello Mastroianni.

 

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