Por Raúl Kollmann
No puedo hacer nada en
la causa de la muerte de Carlitos, si Carlos (Menem) no me lo ordena.
La frase partió de la boca de Julio Nazareno, presidente de la
Corte Suprema de Justicia, y se la dijo a Zulema Yoma. La madre de Junior
revelará estos dichos el próximo martes cuando declare en
el juzgado federal número 10, que hasta hace una semana estaba
a cargo del doctor Gustavo Literas y ahora pasará a manos de Claudio
Bonadío. Según trascendió, Zulema guarda una prueba
clave: tiene grabado lo que le dijo Nazareno, aunque el martes sólo
lo afirmará bajo juramento. De esta forma, la ex primera dama intentará
demostrar que el ex presidente Menem tenía dominada a la Justicia
y que por ello según su visión no se investigó
como correspondía la muerte de Carlitos. Más allá
de que la idea de Zulema es llevar esta prueba a la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos, de ser cierta demostraría hasta qué
punto casos como los de las armas, IBM-Banco Nación o la mafia
del oro parecen ir derechito al pantano en que parece haberse convertido
la Corte.
El fallo de la Corte cerrando el caso Junior tiene cuatro renglones.
Es inaceptable señala la abogada de Zulema, Ana Herren, en
diálogo con Página/12. Esto demuestra que tuvieron
mucho apuro. Fíjese que hace 14 meses que tienen el expediente
y lo cerraron justito cuando Emir Yoma está preso, de manera que
cualquier protesta de Zulema pueda ser desacreditadacon el argumento de
que está enojada porque le metieron preso al hermano. Acá
hay una maniobra evidente.
La propia Zulema mantuvo un breve diálogo telefónico con
este diario y confirmó que el próximo martes se presentará
en los tribunales de Comodoro Py para declarar sobre los dichos de Nazareno,
titular de la Corte y riojano como el ex presidente.
Haga algo doctor por el caso de mi hijo dicen que le dijo
Zulema a Nazareno.
No puedo, si Carlos no me lo ordena fue la respuesta.
En verdad casi todos saben que la ex primera dama suele grabar sus conversaciones
con funcionarios políticos y judiciales, por lo que fuentes inobjetables
le confirmaron a este diario que también hay un registro de ese
diálogo. Cuando Página/12 le preguntó a Zulema si
tenía o no la cinta, la madre de Carlitos dio una respuesta tácita:
El martes, en el juzgado, sólo lo voy a declarar bajo juramento,
después ya veremos.
La estrategia de Zulema es enviar las pruebas de ese expediente sobre
el comportamiento de Julio Nazareno a la Corte Interamericana de Derechos
Humanos. Agregará allí también el dictamen del procurador
Nicolás Becerra, quien pidió que la causa Junior no se cierre
porque deberían investigarse mejor las distintas hipótesis
y también los fallos en disidencia de Guillermo López y
Antonio Boggiano, los únicos dos magistrados de la Corte que votaron
en contra de archivar el expediente.
Zulema pretende que en las audiencias de setiembre, la Corte Interamericana
ordene una especie de careo entre Zulema y el Estado argentino para debatir
la acusación de que ella fue privada de Justicia en el caso de
la muerte de su hijo. Por ahora, la CIDH aceptó el caso y le dio
vista al Gobierno para que responda, pero lo cierto es que el Poder Ejecutivo
piensa limitarse a enviar el expediente judicial y señalar que
toda la pesquisa estuvo en manos de los jueces y camaristas que correspondían.
Este martes, la Corte Suprema convalidó la hipótesis de
que Junior volaba bajito con su helicóptero, jugueteando con una
chica que iba en un Fiat Uno. Esa fue la conclusión a la que llegó
el juez Carlos Villafuerte Ruzo, quien se asentó en el testimonio
de 39 testigos que vieron la forma en la que piloteaba el hijo del ex
presidente durante los últimos 20 kilómetros que recorrió
hasta que se enredó con cables de alta tensión que cruzaban
la ruta 9 y que lo precipitaron a tierra. Ninguno de esos testigos empleados
de estaciones de servicio, gomerías, hombres de campo, choferes
de micro vieron a nadie disparar, no escucharon tiros ni percibieron
que alguien haya escapado en forma sospechosa.
Zulema, por su parte, tiene como prueba clave una pericia realizada por
la Gendarmería. En ese estudio se determinó que en los restos
del helicóptero hay rastros de proyectiles de un arma larga. Sin
embargo, el magistrado no tomó esa pericia en cuenta ya que evaluó
que los restos estuvieron durante muchos meses sin protección y
alguien presumiblemente del entorno de Zulema pudo haber hecho
los disparos para seguir sacándole dinero a la ex primera dama
en concepto de pericias y trámites judiciales. Villafuerte Ruzo
dio por buenos los estudios hechos por la Fuerza Aérea, inmediatamente
después de la caída del helicóptero, y por la empresa
fabricante del aparato, la Bell, que coincidieron en el diagnóstico
de que la aeronave se vino abajo tras enredarse en los cables. El otro
elemento de polémica es la autopsia, que en lugar de hacerse de
inmediato, se hizo muchos meses después de la muerte de Carlitos.
Más de veinte especialistas coincidieron en que Junior murió
víctima de las múltiples fracturas y no había ningún
rastro de disparo o de pólvora, aunque la hipótesis de Zulema
Yoma es que los tiros obligaron a Junior a bajar súbitamente y
por eso terminó chocando con los cables. Los testigos,en cambio,
sostienen que el helicóptero volaba derechito y sólo subió
repentinamente al quedar enganchado.
La desastrosa investigación inicial es lo que le ha dado el espacio
a la ex primera dama para sostener sus reclamos, pero lo fundamental es
que su diálogo con Nazareno revelaría una trama que va mucho
más allá del caso Menem Junior: el presidente del máximo
tribunal, la Corte Suprema, dice que no puede obrar si no es por orden
del titular del Ejecutivo. Y esto se devela nuevamente justo cuando está
preso el ex cuñado y empresario íntimo de Menem. Zulema
Yoma dice que no habla con su hermano Emir desde hace seis años
e incluso señala que él sabe lo que hizo. Lo
que sale a flote, en realidad, es la retaguardia judicial de los fabulosos
negocios que se realizaron a través de las cuentas en el Uruguay,
Nueva York y Luxemburgo.
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