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IDA Y VUELTA DE CAVALLO A FRANCIA PARA SEDUCIR E INSISTIR CON SU OBSESION
París bien vale una canasta con euro

El ministro hizo un viaje relámpago a Francia para explicar su plan y pedir comprensión a inversores de ese país,
con fuertes intereses en áreas claves en Argentina. Volvió a hablar del euro y descartó una devaluación.

Laurent Fabius, ministro de Economía francés, charlando con Domingo Cavallo.

Por Eduardo Febbro
Desde París

Menos mal que el ministro Domingo Cavallo tuvo la delicadeza de hacer un alto en la puerta de la residencia del embajador argentino en París para explicar a los ya congelados de frío miembros de la prensa argentina –tres– su versión de las entrevistas que mantuvo ayer en la capital francesa. De no haber sido así, habría que haberse conformado con el encuentro organizado con la prensa argentina por la mañana, es decir, antes de que comenzara la jornada, y con la síntesis de los objetivos del viaje dada por su agregado de prensa: “No va a pasar nada, no insistas, no inventes, Cavallo va a hablar y Fabius –el ministro francés de Economía– va a escuchar”. Sin embargo, algo tenía que pasar para que el ministro cruzara el Atlántico ida y vuelta en 24 horas, tuviera una entrevista con Laurent Fabius, otra con el gobernador del Banco de Francia, Jean-Claude Trichet, un almuerzo con empresarios y una rápida cena, entre las ocho y las diez de la noche, con los ejecutivos de las empresas que invirtieron en la Argentina.
El día de Cavallo en París resultó paradigmático. Hasta después del mediodía fue imposible confirmar en el servicio de prensa del ministerio francés de Economía y Finanzas si el veloz viajero argentino tenía o no cita con el titular francés de la cartera. Mientras el diario Le Monde publicó la información en sus columnas, los servicios de Fabius decían que la entrevista no estaba en la agenda y el agregado de prensa de Cavallo sostenía que estaba “prohibido” sacar fotos del apretón de manos tradicional que precede estas reuniones a puertas cerradas.
Al final, sí se vieron, hablaron más de una hora y hasta se pudieron sacar las consabidas fotos no permitidas. Según explicó Cavallo en la puerta de la residencia, la cumbre con su par fue exitosa porque encontró “mucha comprensión” cuando pidió ver si “de alguna manera nos pueden ayudar a comunicar nuestro (plan económico) en Europa”.
Para el ministro, lo “valioso fue que nos dedicaron más de una hora cada uno (Fabius y Trichet) para escuchar y hacerme preguntas muy relevantes. Logré el objetivo que era transmitirles nuestras ideas. De ahora en más, lo único que necesitamos es que la gente entienda lo que estamos haciendo. Yo creo que los franceses lo están entendiendo”. Las declaraciones de Cavallo coinciden con el clima de cierta confianza que impera entre el empresariado francés.
Es innegable que, a pesar de la crisis, las inversiones previstas no fueron aplazadas al tiempo que los proyectos en curso tampoco quedaron suspendidos. En ese contexto, Domingo Cavallo aseguró haber encontrado a sus interlocutores “muy positivos respecto de lo que está pasando política y económicamente en la Argentina”. Sus interlocutores lo escucharon con cierto asombro cuando sostuvo que “éste es el mejor momento para ampliar las inversiones en la Argentina. A partir de ahora el país vuelve a crecer y si yo tuviera plata para invertir lo haría en la Argentina”. El ministro recordó con acierto que en las áreas donde invirtieron los franceses, agua, electricidad, gas, petróleo, teléfonos, “no hubo problemas de competitividad”.
Con todo, es preciso señalar que París no está en condiciones de ofrecer muchas cosas. El titular argentino de la cartera de Economía llegó a un país paralizado por su situación política actual: cuando falta un año para las elecciones legislativas y presidenciales del 2002 y con un poder compartido entre un primer ministro socialista, Lionel Jospin, y un presidente conservador, Jacques Chirac, es casi imposible mover las piezas de las relaciones internacionales, tanto más cuanto que Chirac y Jospin son candidatos virtuales de cara a las presidenciales del 2002.
En ese sentido se pronunció una fuente del ministerio francés de Economía cuando comentó que “actualmente Francia no puede hacer muchas cosas por Argentina”. La misma fuente adelantó que, a lo sumo, la reunión con Cavallo le permitiría a París “reflexionar sobre lo que, a nivel de Europa, se puede hacer por Argentina”. Tal como lo señalaron otras voces autorizadas de los servicios de Fabius, si el objetivo de la visita era, según Cavallo, “no pedir nada” sino “informar sobre las medidas adoptadas para volver a crecer”, el intercambio con Fabius “tiene un impacto en términos de comunicación interna para Cavallo”. En suma, venir a ver a los grandes en un momento crítico eso le aporta “credibilidad en Argentina” al ministro visitante.
Domingo Cavallo tiene aún mucho prestigio entre sus interlocutores y supo entusiasmar a los medios de comunicación con su idea tendiente a extender la convertibilidad al euro, la moneda única europea, “en cuanto el euro se adecue un poco más con el dólar”. Una idea tanto más seductora cuanto que el responsable argentino argumentó que en un futuro podría pensarse en una suerte de paridad dólar-euro-peso fijada en relación a un promedio de las dos monedas y no con respecto a una de las dos. De esa manera, nuestra “moneda no estará respaldada sólo en dólares sino mitad y mitad. Si podemos pegarnos a un promedio de las dos, vamos a tener una moneda más estable”.
Cavallo negó enfáticamente que esa idea escondiera una devaluación: “Todo lo contrario”, aseguró para exponer a continuación que “la devaluación se produce en un país cuando un ciudadano tiene que utilizar obligatoriamente una moneda que está sujeta a las arbitrariedades del Banco Central, del Ministerio de Economía o de los que mandan en materia económica. En la Argentina, no existe moneda que pueda estar sujeta al manoseo de las autoridades económicas. Porque si eso ocurriera, la gente se refugiaría totalmente en dólares o en euros”. El ministro terminó acentuando que al contar con la posibilidad de tener las dos monedas, eso “protege más el valor presente y futuro de los ahorros. Hay más alternativas. Eso no tiene nada que ver con una devaluación”.

 


 

FINALMENTE, EL MINISTRO SE JUGO CON UN PRONOSTICO
“La economía crecerá el 2,5 %”

Por E. F.
Desde París

Domingo Cavallo afirmó aquí que Argentina no necesita “ningún préstamo adicional. Hemos decidido no salir al mercado de bonos internacionales hasta que el riesgo país sea mucho más bajo que el actual. Hoy hemos resuelto todas las necesidades financieras para este año en la Argentina, con el apoyo de los bancos, las empresas argentinas y una política monetaria del Banco Central apropiada para estos tiempos”. También reiteró que no se “necesitaba nada nuevo” por parte de los organismos multilaterales.
Tras anunciar que el país debería registrar este año un crecimiento del 2,5 por ciento, Cavallo reconoció que el único problema que hubo últimamente es un estancamiento de la demanda “debido a la recesión”. Luego sentenció que eso era “justamente lo que a partir de ahora va a ser diferente porque volveremos a crecer”. La Argentina que Domingo Cavallo mostró en Francia es un país “con mucho más optimismo, donde la gente confía que ahora vamos a volver a crecer y ese fenómeno se está trasladando al comportamiento cotidiano de la gente. El plan ya está funcionando. Yo no hago pronósticos cuantitativos, pero ha habido claros indicios del cambio. La gente ve que, en vez de planear despidos, las firmas empiezan a incorporar más gente y entonces el trabajador le pierde miedo a la disminución de ingresos. Así se establece una suerte de círculo virtuoso que va del crecimiento de la demanda al crecimiento de la oferta”.
De cara al presente, aseguró que “las tasas han estado bajando, lo mismo que el riesgo país”. Mientras que, mirando al futuro, prometió que la “inversión va a renacer”. Ante el interrogante sobre si abrazó con más fe que antes las teorías de Keynes, Cavallo acotó que “no hay algo así como keynesiamismo o clasicismo. Sólo hay buena economía y ésta debe responder a la realidad. Uno no tiene que razonar con modelos, tiene que mirar las realidad y resolver sus problemas”.
Desde luego, el ministro reconoció que aquello a lo que se “llama keynesianismo es una forma de analizar la economía. Claro, eso se ha divulgado como correspondiente a determinadas políticas. Es entonces natural que ese tipo de políticas se aplique cuando un país tiene deflación y depresión. Justamente, Keynes reaccionó para períodos de deflación y depresión como los que hay ahora en la Argentina. Pero todo esto no quiere decir que yo haya cambiado de bagaje intelectual. Aplico las herramientas sobre la realidad interpretando esa realidad”.
Por último, con la misma visión bucólica de la realidad, Cavallo afirmó que “el Mercosur está andando más o menos..., pero va a andar mucho mejor porque Argentina va a volver a crecer y Brasil ya está creciendo”.

 

También en las c/a

Tal como adelantó Página/12, la AFIP confirmó ayer que el Impuesto sobre los Débitos y Créditos en las Cuentas Corrientes Bancarias alcanzará también a los cheques depositados en caja de ahorro y, en este caso, con una alícuota del 5 por mil, el doble que la aplicada para el resto de las transacciones. La única excepción para que un ahorrista no sea alcanzado por el nuevo tributo es que se trate de un valor emitido contra la misma entidad en la que tiene su cuenta o que lo cobre por ventanilla. La Administración Federal de Ingresos Públicos difundió a través de un comunicado una última y decisiva precisión acerca del alcance que tendrá el tributo con el que Domingo Cavallo prevé recaudar entre 2000 y 2500 millones de pesos anuales. El texto subraya que “los débitos y créditos en las cuentas bancarias de caja de ahorro no están alcanzadas por el impuesto, incluso cuando se trate de débitos en dichas cuentas que tengan por objeto del pago de servicios públicos o privados, tales como luz, gas, teléfonos, cuotas de colegios, tarjetas de crédito, etc. destinados al uso y consumo popular”. Pero el comunicado de AFIP destaca que “sí están gravadas con la alícuota del 5 por mil las gestiones de cobro que las entidades bancarias efectúan, por ejemplo, respecto de cheques de terceros depositados en dichas cuentas de caja de ahorro”. Es decir, que no están gravados los depósitos y extracciones, salvo que se trate de depositar un cheque de tercero librado contra cualquier otra entidad.
Si bien el Congreso facultó al Poder Ejecutivo a gravar las transacciones con una tasa de hasta el 6 por mil, Cavallo resolvió que la alícuota para las operaciones en cuenta corriente fuese (al menos por ahora) del 2,5 por mil. Sobre esta base, AFIP reglamentó luego el cobro del gravamen, que contemplará varias excepciones.
Las salvedades señaladas por la AFIP son las siguientes: las transferencias electrónicas de fondos que realicen las personas físicas, siempre que no actúen en carácter de apoderados o mandatarios de personas jurídicas; la transmisión de cheques por endoso, aunque no la extracción inicial ni el depósito final en una cuenta corriente; tampoco se gravarán las operaciones de caja chica que se realicen a través de alguna cuenta bancaria; por única vez, también se exime a la transferencia que realicen las empresas hacia su cuenta corriente y desde su caja de ahorro, las que irán cerrándose.

 

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