Por Carlos Rodríguez
Los policías que denunciaron
actos de corrupción en la comisaría de Florida y en el Comando
de Patrullas de Vicente López siguen siendo víctimas de
amenazas e intimidaciones. Ahora fue el turno de las dos hijas de un sargento
ayudante de la policía bonaerense que se desempeñaba en
la comisaría de Florida y que había imputado a sus superiores.
Las dos jóvenes fueron perseguidas durante una hora cuando iban
con su auto, por la ruta Panamericana, por tres hombres que ocupaban un
vehículo que tenía una patente trucha, según se comprobó
después. Asustadas, las chicas salieron de la ruta, siempre seguidas
por los desconocidos, y chocaron contra un colectivo en su intento por
acercarse a un puesto policial para denunciar la persecución. La
secuencia final confirmó el motivo del obstinado seguimiento: Mándenle
saludos a tu papá, fue el mensaje que les dejó, luego
de bajar el vidrio del auto, uno de los tres hombres, todos ellos con
pelo corto y aspecto policial, según los testigos.
Los investigadores de esta nueva intimidación dijeron que se sospecha
del pariente de uno de los jefes policiales denunciados por corrupción.
Las hijas del sargento su nombre se mantiene en reserva anotaron
el número de la patente del auto que las persiguió, pero
con posterioridad se comprobó que correspondía a una camioneta
que en nada se parece al vehículo involucrado. Las dos chicas están
seguras de haber registrado bien la numeración, de manera que se
cree que los desconocidos utilizaron una patente falsa para su identificación.
Sin embargo, hay elementos que podrían servir para individualizar
a los responsables.
Las amenazas contra el sargento ayudante que recién se conocieron
ayer comenzaron el jueves por la noche, en las proximidades de la
vivienda de la familia, en la localidad bonaerense de José C. Paz.
Vecinos del suboficial le advirtieron que estaba dando vueltas a la manzana
un auto ocupado por tres hombres de pelo muy corto y de aspecto
policial. El sargento, luego de hacer algunas averiguaciones sin
resultado positivo, se despreocupó del tema, pero el viernes por
la mañana, cuando sus dos hijas salieron en su coche con destino
a Zárate, donde trabajan, el mismo vehículo, con las mismas
personas a bordo, las empezó a seguir.
Las víctimas, en su relato ante el fiscal Hernán Collantes
el mismo que investiga la causa central por corrupción
dijeron que fueron perseguidas durante una hora y que se dieron cuenta
porque el auto iba detrás, a pocos metros, realizaba la mismas
maniobras que hacían ellas y nunca intentaba pasarlas, a pesar
de tratarse de un modelo mucho más nuevo y más veloz que
el que manejaban las chicas, explicó a Página/12 una
fuente judicial. Al comprender su situación, las jóvenes
se comunicaron con su padre por un celular y él les aconsejó
que salieran de la ruta a altura del primer puente, donde siempre
hay un puesto policial.
Así lo hicieron al llegar a las proximidades de la planta automotriz
Ford, en General Pacheco. Por el nerviosismo, realizaron una brusca maniobra
y chocaron contra un colectivo. El paragolpes delantero del auto quedó
enganchado con la carrocería del vehículo de pasajeros y
cerca estuvieron de protagonizar un accidente grave. Cuando se reponían
del susto, los ocupantes del auto perseguidor se acercaron y uno de los
hombres, luego de bajar una de las ventanillas, les guiñó
el ojo y les dejó el mensaje amenazador.
En febrero del 2000 quedó abierta una causa en la cual 35 suboficiales,
con identidad reservada, acusaron a 19 de sus jefes por casos de corrupción
en la comisaría de Florida y en el Comando de Patrullas de Vicente
López. Desde entonces, las amenazas son constantes. La anterior
fue el martes, cuando un cabo primero del Comando de Vicente López
recibió una advertencia racista de parte de un superior: Cuando
se me calienta la sangre nazi, me paso a los negros por las bolas,
dijo el comisario inspector dirigiéndose al denunciante.
A pesar de todo, la causa sigue en pie y Collantes acusa a los denunciados
por asociación ilícita en el manejo de los fondos
por horasextras que eran realizadas de espaldas a la legalidad y que eran
cobradas por los 19 jefes involucrados en la causa por corrupción.
Los acusados habían sido detenidos y quedaron en libertad por un
fallo judicial que ahora podría ser modificado.
UN
CHICO DE 14 HIRIO A OTRO DE 17, QUE ESTA GRAVE
Balazos a la salida del cole
Por Cristian Alarcón
Mar del Plata también
tiene sus ajustes de cuenta adolescentes. Ayer a media mañana,
un chico de apenas 14 años, alumno de la EGB 77, disparó
varias veces contra uno de 17. La última de las balas atravesó
el cráneo de su enemigo, quien anoche continuaba internado en lo
que los médicos calificaron como un estado desesperante.
El desenlace llegó después de un enfrentamiento que había
comenzado con palabras adentro del colegio entre el chico del disparo
y otro estudiante de su misma edad. Pero en la pelea terció un
grupo de jóvenes de entre 17 y 20 años que el martes esperaron
al agresor en la puerta de la escuela para insultarlo y amenazarlo de
muerte. El chico recibió el mensaje. Esta mañana llevó
el fierro al colegio. Algunos padres cuentan que sus
hijos les dijeron que vieron el arma, pero nadie se lo contó a
los docentes, le dijo ayer a Página/12 la directora del colegio,
Mabel Duré.
Mabel Duré trabajó hasta hace un año como directora
en escuelas rurales. Su nuevo lugar, la recién estrenada EGB 77,
la sumergió tras cierta parsimonia en el clima de conflicto de
una de las zonas más golpeadas de Mar del Plata. La escuela fue
levantada en el Barrio Parque Palermo, casi en el límite con Batán,
para poder descomprimir otros ocho colegios saturados. En el nuevo edificio
se congregaron chicos de una villa miseria, de un barrio de casas precarias
y los hijos de los quinteros. La directora se acostumbró a un nivel
de violencia cotidiana, que igual nunca imaginó que terminaría
en un intento de homicidio. Fue una discusión de grupos adolescentes
y una resolución entre grupos que arreglan de esa manera los conflictos
explicó. Sabemos que la mayoría son un poco
violentos. Estamos en un lugar periférico, la forma de conducirse
no es lo que habitualmente aceptamos en otros ámbitos.
Ayer, el subcomisario de la 8ª de Batán, Miguel Purpur, le
dijo a este diario que aún no tenía establecida la
identidad del agresor, como tampoco el móvil del hecho. Primero
en manos del fiscal Pagella le dijo a este diario que en principio
había habido una pelea en una plaza y luego en las del juez
de menores Efraín Melczarsky, hasta anoche no estaba claro en la
causa cómo se desencadenó la furia del chico de 14. Una
fuente policial aseguró que el enfrentamiento inicial fue entre
dos compañeros de 14, pero que terció el hermano de uno
de ellos, quien se convertiría en víctima.
Hubo un incidente que pudo ver media escuela el martes al mediodía
cuando salía el turno mañana. En la puerta había
alboroto porque una niña se había accidentado y llegaba
una ambulancia. Bajo el sonido de la sirena igual se escuchaban las amenazas
de muerte de los muchachos al chico de 14. ¡Te vamos a reventar!,
fue apenas una de las frases. Decían de todo, cosas irrepetibles,
cuenta Duré. Tanto fue así que la directora decidió
llamar al comando de patrullas. Ayer por la tarde, cuando los padres supieron
del incidente, ocurrido en un descampado a seis cuadras del colegio, ellos
mismos contaron que algunos de sus hijos habían visto el arma en
manos de un compañero durante las clases. Ningún chico
fue capaz de decírselo a un docente, se quejó ante
ellos la directora. ¿Usted no conoce los códigos de
la calle?, le respondió un padre. Lo cierto es que el chico
del arma salió a las 10.20 por la falta de una profesora. La hora
de la venganza se había adelantado. Unos minutos después
caía, medio muerto, su enemigo, el de 17 años.
SANTOS
NO FUE A DECLARAR POR ESTAR EN MISION
El juez Bergés denuncia a Mathov
Ayer a las 17,
el jefe de la Federal, Rubén Santos, estaba en misión reservada
por orden de su superior, el secretario de Seguridad Enrique Mathov. Pero
a esa misma hora Santos debía prestar declaración indagatoria
ante el juez Mariano Bergés, por la causa que investiga los adicionales
policiales truchos en los estadios. Pero Santos no fue. Sólo su
aureola en forma de escrito presentado al juez por un secretario del jefe
policial. El texto ofrecía disculpas a su señoría
porque su superior le había encomendado una misión reservada
en el interior del país, hasta el 17 de abril. Es el mismo día
en que Bergés debe devolver la causa al juzgado original. El juez
denunció a Enrique Mathov por falsedad ideológica de documento
público y se quejó de su actitud burlesca hacia la
Justicia.
El escándalo de los adicionales truchos se destapó después
de una denuncia que sostenía que en los estadios había menos
policías que los realmente contratados para la seguridad. El mismo
Bergés comprobó personalmente en un partido entre Huracán
y San Lorenzo que sobre 650 uniformados contratados, 156 estaban sólo
dibujados en el papel. La investigación recayó en el juzgado
de Gustavo Karam, ahora de licencia. En su reemplazo, fue designado Bergés.
El 20 de marzo pasado fue citado a declarar Mathov, quien deslindó
responsabilidades del gobierno y sostuvo que los contratos se realizaban
entre la AFA y las comisarías, pese a que éstas dependen
del Ejecutivo. La semana pasada, antes de la misión reservada,
también declaró Santos, quien negó estar al tanto
de las irregularidades.
Ayer, el jefe de los federales debía presentarse nuevamente, pero
esta vez para prestar declaración indagatoria. Pero una sorpresiva,
compleja y reservada misión en algún punto del interior
del país, lo obligó a ausentarse a la cita ante el juez,
desde ayer y durante una semana, hasta el 17. Ese mismo día Karam
regresará a su despacho. Bergés interpretó las coincidencias
y en un extenso escrito denunció al superior de Santos, es decir
a Mathov, por falsedad ideológica de instrumento público
y lo acusó de mantener una actitud burlesca hacia la Justicia.
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