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Siempre hay una primera vez para violar un pacto

Cuando ayer sus tanques entraron en Gaza en un campo de refugiados y lo bombardearon, los israelíes violaron la soberanía palestina por primera vez desde los Acuerdos de Oslo de 1993. A última hora, palestinos e israelíes retomaron los contactos de seguridad.

Palestinos discuten con
soldados israelíes en Hebrón.

Por Suzanne Goldenberg *
Desde Jan Yunes, Cisjordania

El ejército la llamó “Operación canción agradable”. No hubo advertencias. “Sucedió de golpe, en medio de la noche, cuando todos estábamos durmiendo,” dijo Soraya Abu Loz. Su familia vivió en el campo de refugiados de Jan Yunes desde que en 1948 llegaron como refugiados de la ciudad Beer Sheva en Israel. Ayer ella estaba sentada, rodeada por sus ocho hijos, sobre las tristes pertenencias que había logrado salvar de los escombros de su casa: una bolsa de harina, una de arroz, una máquina de coser manual, un ramo de flores de plástico y un libro para colorear. Su hogar fue uno de los 30 sistemáticamente arrasados por tanques y topadoras israelíes en la primera invasión al territorio palestino desde el comienzo de la intifada hace siete meses. Dos personas resultaron muertas en la operación, que comenzó poco después de medianoche cuando cuatro tanques entraron al campamento, densamente poblado, campo en el sur de la Franja de Gaza. Mientras helicópteros artillados sobrevolaban y los tanques bombardeaban dos bloques de departamentos en la cercanía, las topadoras se dedicaron a la destrucción de una hilera de hogares civiles.
El ataque fue lanzado horas después de que el primer ministro, el derechista Ariel Sharon –conocido como “topadora” por su personal predilección por destrozar hogares palestinos cuando era comandante militar en la Franja de Gaza a comienzos de la década de 1970–, anunció que tenía un plan para tratar la revuelta contra la ocupación de Israel. Aún por los patrones de los últimos siete meses, que han visto cómo el ejército israelí sacaba de raíz miles de árboles de olivo y arrasaba con vastos trechos de tierra laborable en Gaza, el asalto a la madrugada eneste campamento de refugiados significó una vuelta de tuerca, dijo Peter Hansen, el comisionado de la agencia de la ONU para los refugiados. Dijo que la demolición de más de 32 refugios, habitados al menos por unas 400 personas según las cifras más conservadoras, representaba el peor acto de destrucción a los palestinos desde que comenzaron su intifada contra la ocupación de Israel en septiembre pasado.
También marca la primera invasión de Israel a territorio palestino desde 1994, cuando Jan Yunes, como el 60 por ciento de la Franja de Gaza, quedaron bajo el gobierno de la administración de Yasser Arafat como parte de los acuerdos de Oslo. Todos los residentes del campamento son refugiados, o descendientes de aquellos refugiados que huyeron de sus hogares cuando en 1948 se creó el estado judío. Y, de la noche a la mañana, 56 familias se quedaron nuevamente sin techo.
El ataque de siete horas del ejército israelí sobre Jan Yunes, cuyas casas bajas con techo de cemento albergan a unos 60.000 refugiados, fue lanzado después de la visita de Sharon a las bases del ejército en Gaza. Se informó que Sharon recriminó a sus comandantes por incluir contenidos políticos en sus informes. “En mi época hablábamos menos y nos enfocábamos en la acción”, dijo. Pero también hizo una alusión a lo que sucedería en la Franja de Gaza, donde el ejército israelí ha estado confrontando una nueva amenaza de las milicias palestinas que disparan morteros sobre asentamientos ilegales judíos dentro de su territorio, y sobre un kibutz cercano que está en la frontera del estado judío.
El ejército israelí dice que los guerrilleros palestinos han disparado más de 70 morteros sobre los asentamientos judíos y sobre las bases del ejército desde el 24 de febrero y 40 de estos fueron disparados en los últimos seis días. los palestinos parecen estar utilizando lanzadores caseros. Pero según la inteligencia israelí, el uso de armamentos de más alto calibre es una nueva y peligrosa escalada en la intifada. Pocos de los ataques con morteros han causado heridas o han dañado las propiedades, pero los oficiales militares israelíes temen que sea sólo cuestión de tiempo antes que los palestinos causen grandes bajas.
Entre la creciente preocupación internacional por la guerra de morteros en Gaza, y la invasión de Jan Yunes de ayer, provoquen una mayor escalada de violencia, los funcionarios de seguridad palestinos e israelíes se reunieron anoche en la residencia de Tel Aviv del embajador norteamericano en Israel. Es la primera reunión de seguridad programada desde la semana pasada, cuando soldados israelíes dispararon en el cruce de la frontera Erez, sobre la delegación palestina que regresaba a la Franja de Gaza. Pero ayer, entre las ruinas de Jan Yunes, donde decenas de personas caminaban sobre los restos de sus casas buscando sus pertenencias perdidas, no había ánimo para la conciliación. “Ahora estoy seguro de que una agresión sólo puede responderse con agresión,” dijo Mohammed Ayash, un ingeniero padre de siete hijos. Estaba parado sobre una pila de cemento, señalando los restos de su casa: un pedazo de azulejo del baño, un colchón unos metros más lejos, y una computadora, un aparato de televisión y una heladera enterrados en algún lugar de la pila de escombros.
La Agencia de la ONU está armando nuevos refugios en una escuela cercana. Hansen dijo que la ONU tendría que decidir si sería seguro reconstruir los hogares donde estuvieron alguna vez o mudarlos a otro lado. “Si Sharon... quiere aumentar el enojo y el odio, y profundizar el circulo vicioso en el que estamos, entonces probablemente ésta sea la forma de hacerlo,” dijo Hansen.

* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12
Traducción: Celita Doyhambéhère

 

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