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ENTREVISTA EXCLUSIVA A ALAN GARCIA, LA SOCIALDEMOCRACIA EN ASCENSO
“Seré líder de la concertación”

Alan García es la centroizquierda en Perú. En las elecciones del domingo, desbancó del segundo lugar a la conservadora Lourdes Flores. En la segunda vuelta, aspira a derrotar al hasta ayer inatacable Alejandro Toledo. En este reportaje exclusivo de Página/12, García explica por qué está seguro de volver a la presidencia.

Alan García, confiado de
ganar en la segunda vuelta.
“Una cosa es ser un agitador;
otra cosa es ser estadista.”

Por Carlos Noriega
Desde Lima

“La segunda vuelta la ganará quien demuestre que pueda ser el presidente de la concertación”, señaló el ex presidente Alan García en diálogo exclusivo con Página/12. Luego de una conferencia de prensa para responder a las versiones de una baja en la Bolsa y de un temor en los inversionistas por su segundo lugar en las elecciones, que lo pone en posición de regresar al poder, en la que dijo que esas versiones son parte de “una guerra sucia” y aseguró que respetará las inversiones y las privatizaciones, García nos recibió en un ambiente de su local de campaña, donde un grupo de sus asesores lo esperaban para trazar la estrategia a seguir en los próximos días. El ex presidente peruano se refirió a lo que espera sea la campaña por la presidencia del Perú, su alta votación que sorprendió a casi todos, a las virtudes y defectos de su rival, el economista Alejandro Toledo, a las razones por las que confía convertirse en presidente por segunda vez y otros temas.
–¿Siente que el resultado de las elecciones que lo han colocado, inesperadamente para muchos, en la segunda vuelta ha sido una resurrecciónpolítica?
–Yo siempre he tenido confianza en lo que hicimos de bueno en el gobierno, en que las cosas que la gente sintió como positivas iban a ser de alguna manera recogidas en esta nueva presencia. En segundo lugar, a pesar de todo lo dicho por la prensa basura que manejó Fujimori y los jueces basura, la gente tenía que ir decantando y dándose cuenta qué tanto era manipulatorio y qué tanto era real. Sabía que iba a tener más de la cuarta parte de los votos.
–¿Estaba convencido de pasar a la segunda vuelta?
–Sí, porque el país se iba a decantar, iba a ir analizando y excluyendo a otros sectores. Cuando uno ha sido presidente, puede preciarse de conocer algo el alma nacional. Yo sí tenía confianza y para mí no fue una sorpresa el resultado.
–A muchos sí los sorprendió...
–Sí, yo me pongo en la piel de otra persona para la cual sí debe haber sido una sorpresa. Esa persona fue bombardeada por 10 años con informaciones que me presentaban como un asesino, un ladrón, un ineficiente que dejó en escombros la economía, pero si la cuarta parte de un país, con tendencia creciente, no está de acuerdo con esa descripción, quiere decir que había mucho de publicidad y menos de verdad.
–¿Se considera el gran triunfador de las elecciones a pesar de haber quedado en segundo lugar?
–El concepto “gran triunfador” no me gusta. Pienso que hemos tenido un éxito. Yo he hecho nueve semanas de campaña y he invertido 348.000 dólares. Toledo tiene dos años de campaña y ha invertido millones de dólares. Ha habido siete veces más comerciales de Toledo que de Alan García. Los analistas más lúcidos y los encuestadores dicen que ya se empezó a romper la barrera del rechazo, del miedo y la tendencia es creciente.
–¿Confía que esa tendencia ascendente continúe para la segunda vuelta?
–Tiene sus límites, no creo que siga indefinidamente. Yo he dicho que soy candidato del APRA, pero que seré el presidente de la concertación. Desde ahora comienzo a trabajar esa concertación, sin excluir ni a Toledo, ni a Lourdes Flores. Creo que eso garantiza, en un país que espera continuidad, estabilidad y serenidad, que continúe esa tendencia ascendente. La tendencia será votar por la experiencia. Cuando llegué enenero dije que lo hacía para pasar a la segunda vuelta y muchos seguramente se rieron; ahora digo que estoy en la segunda vuelta para ganarla.
–¿Cuál va a ser el tema clave para ganar la segunda vuelta?
–El tema va a ser quién puede concertar mejor en el Perú; ése es el quid de la segunda vuelta. La ganará quien demuestre que puede ser el presidente de la concertación.
–¿Y por qué usted está en mejores condiciones de concertar que Toledo?
–Porque yo tengo experiencia, porque en las encuestas los peruanos me reconocen más serenidad, porque yo ya he sido presidente y las ansias personales las tengo en mi maleta.
–Que Toledo tenga en su equipo a personas cercanas al neoliberalismo, junto a otras ligadas a la izquierda, ¿no es una muestra de capacidad concertadora?
–Eso no es concertación, es contradicción. La concertación es entenderse con personalidades, no sólo con grupos políticos, de modo de poner en marcha objetivos de reactivación y justicia social de una manera civilizada y sensata en la cual el presidente tiene que conceder parte de lo que dijo, tiene que ceder y las personalidades también tienen que ceder. Juntar el agua y el aceite no es concertación.
–Se dice que su alta votación se debe a su capacidad oratoria antes que a cualquier otra razón. ¿Toma eso como un elogio o como una crítica?
–Eso no es ni critica ni elogio, es envidia.
–¿Cree que en estas elecciones usted compite contra su pasado antes que contra sus rivales?
–Cada vez compito menos contra el recuerdo de mi gobierno.
–¿El enemigo a vencer es ese mal recuerdo de su gobierno?
–Ya está vencido, fundamentalmente.
–¿Qué le parece más fácil, arrebatarle a Toledo una porción de sus electores populares o ganar el voto conservador de Lourdes Flores?
–Hay la tendencia en un sector a votar por antagonismo a Toledo y llegar a mi candidatura. A mí me gusta la aventura conceptual, la aventura del convencimiento y la dialéctica de la discusión, entonces posiblemente mi campaña se oriente más a ganar votos en el electorado que votó en la primera vuelta por Toledo.
–En una entrevista que le hice a Alejandro Toledo dos días antes de las elecciones, él se quejó de que usted no había cumplido con el ofrecimiento que le hizo de no presentarse a las elecciones y apoyar su candidatura...
–Cuando conversamos en Francia Fujimori todavía estaba en el poder y era obvio que yo no iba a poder volver al Perú mientras estuviera Fujimori y, en segundo lugar, lo natural era confrontar a Fujimori con el mejor ranqueado en ese momento y el mejor era Toledo, pero el escenario ha cambiado. Sería de una soberbia muy grande decirle a un partido político como el APRA que se retire para dejarle el camino libre. Es como si alguien le dijera a Alfonsín que desaparezca de la escena junto al radicalismo para que pueda ganar unas elecciones.
–¿Y el pedido de Toledo para que usted renuncie a la segunda vuelta cómo lo ha tomado?
–Estoy a ocho puntos de él, el 64 por ciento de los peruanos no ha votado por el señor Toledo y él me pide que me retire. ¡Por favor! Eso lo tomo como una grave falta de respeto a mí, que soy su contendor, y también al pueblo peruano y a la Constitución, que establece el sistema de dos vueltas para elegir al presidente.
–¿Cree que ese pedido expresa algún temor de Toledo?
–Absolutamente, es la expresión del temor. Hay una serie de indicios que me dicen que está atemorizado. Ese pedido es una especie de moralfujimorista, de que no haya democracia, que no haya polémica, que no haya elección, que sea yo y retírate tú. Entonces, por qué no me manda a asaltar la casa como Fujimori para que me vaya.
–¿Cuáles son, en su opinión, las principales virtudes y defectos de Toledo?
–Toledo ha cumplido un bello papel. El momento estelar de Toledo fue haber levantado la bandera de decir que el de Fujimori era un gobierno espurio que tenía que irse, después de consumado el fraude y cuando la gente ya comenzaba a resignarse a otros cinco años de Fujimori. Es un gran agitador, pero agitar contra una dictadura es una cosa, reconstruir un país democráticamente y con experiencia es otra cosa. Una cosa es ser activista; otra cosa ser estadista.
–¿Toledo no sería un buen estadista?
–Yo le he reclamado a Toledo que defina si es continuador de la política económica fujimorista, que diga qué plantea para la agricultura ya que el libre mercado no lleva créditos. Me parece que Toledo no ha sido claro en eso y no es claro porque en la suma de factores antidictatoriales tiene como jefe de plan de gobierno a un hombre convencido del modelo económico fujimorista e inclusive más al extremo, que es el señor (Pedro Pablo) Kuzcinsky, pero tiene también a sectores de ultraizquierda. Quienes han votado por mí lo han hecho por un programa de doce puntos que hemos expuesto hasta el cansancio y que se refieren a la promoción de la agricultura a través de la creación de un Banco Agrario que dé créditos, la ejecución de un plan de construcción de viviendas, la promoción de la industria nacional, la baja de las tarifas públicas y de los créditos, entre otras cosas. Y saben que el APRA es la socialdemocracia. En cambio votar por Toledo es un enigma.
–¿Eso significa que la elección de Toledo sería un salto al vacío como lo fue la de Fujimori en 1990?
–Yo no uso ese término para que no sea un titular, pero la democracia necesita partidos políticos sólidos, con idearios por los que la gente pueda decidirse. Cuando se elige, como ocurrió en el caso de Fujimori, una persona porque en un momento pareció simpática, se corre un riesgo. Entre los partidos y las personas, yo prefiero a los partidos.
–Pero los votos que usted ha tenido ¿no son más personales que partidarios?
–A mí me hizo el APRA y yo represento al APRA. Es posible que crean en mí más, pero yo tengo un partido; ésa es la diferencia. Yo mañana no llegaría al poder para convertirme en un Fujimori cualquiera, yo no puedo hacer eso, yo me debo no sólo a un partido, me debo a una hermandad internacional socialdemócrata. Soy presidente honorario de la Internacional Socialista, cómo podría traicionar eso. Otro que no tiene partido, que no tiene vinculaciones que lo limiten, que lo orienten, puede hacer cualquier cosa.
–Si usted es un socialdemócrata de centroizquierda, ¿cómo calificaría a Toledo?
–No tengo muy bien definido lo que es Toledo. Para mí sigue siendo un enigma.
–En su campaña, ¿buscará sacar provecho de esa falta de definición que le adjudica a Toledo?
–Al contrario, los que más se definen y más precisan su programa son los más combatidos. Pero prefiero ser discutido y no ser un enigma.
–¿No teme ser un presidente amarrado por una mayoría parlamentaria adversa?
–No, porque yo tengo espíritu de concertador.

 

Claves

Después de una década de exilio y sistemática campaña fujimorista contra él, Alan García, ex presidente y líder del centroizquierdista APRA, logró conquistar el segundo puesto en las elecciones presidenciales peruanas del domingo pasado, y se enfrentará en mayo con el economista Alejandro Toledo, quien hasta hace pocos días parecía imparable tras su cruzada antidictatorial de dos años de duración.
El resultado constituyó un indudable triunfo para Alan García, quien con sólo nueve semanas de campaña y un presupuesto mínimo logró revertir el recuerdo de la hiperinflación en que concluyó su mandato para convertirse en el polo convocante de la centroizquierda de su país.

 

EL NO DEL ECONOMISTA DE SOTO
Alan a pie y sin Cavallo

En las encuestas, el único que crece es Alan García. Pero ese mismo crecimiento es el que aterra a mercados e inversores, quienes lo asocian con el presidente (1985-90) de la inflación y de la moratoria en el pago de la deuda externa. García necesita su Domingo Cavallo, y creía haberlo encontrado en el economista peruano de (buena) fama hemisférica Hernando de Soto. Sin embargo, el autor de Misterio del Capital y favorito de la revista Forbes denegó ayer rotundamente cualquier cargo político en un eventual triunfo de APRA en la segunda vuelta presidencial de mayo. Estaría dispuesto, en cambio, a trabajar como contratista privado en la ejecución de proyectos de lucha contra la pobreza. “Lo haríamos igual con un gobierno de Alan García o un gobierno de Alejandro Toledo, con el ánimo de realizar en nuestra patria nuestras propuestas para capitalizar al país y salir de la pobreza”, precisó. Tras reiterar que, en cualquier caso, “de ninguna manera aceptaría un cargo público” en el próximo gobierno peruano, De Soto señaló que tampoco está dispuesto a ser portavoz de García ante instituciones internacionales, como también apuntó el candidato. “No puedo pasar un mensaje a nombre de Alan García. Lo que sí puedo hacer es hablar de las esperanzas del Perú, o de los consensos que existen sobre la economía de mercado, que el debate electoral no nos deja ver”. De Soto recordó que durante el primer gabinete del ex presidente Alberto Fujimori tampoco ocupó un cargo político “y sin embargo logramos reincorporar al Perú en el sistema financiero internacional y realizar proyectos importantes”.

 

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