Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
KIOSCO12


LA INTERNA DEL MENEMISMO ESTALLO EN SU REVISTA PREFERIDA
“Teníamos de nuestro lado a Dios”

Daniel Hadad publicó declaraciones de Sarlenga que comprometen a Yoma y al ex presidente en el tráfico ilegal de armas.

Luis Sarlenga, ex interventor en Fabricaciones Militares, cuya declaración provocó
la detención de Yoma.

“Yo siempre consulté a Torcillo y a Etchechoury por estos temas, y me trataban muy mal. En una oportunidad, Yoma me inquirió que por qué tenía que informarles a los ‘apóstoles’, refiriéndose a ellos; yo le dije que lo hacía pues eran mis jefes y Yoma me dijo que no me preocupara porque nosotros teníamos a Dios.” La frase encomillada fue publicada en el último número de La Primera y –según afirma la revista que dirige Daniel Hadad, uno de los periodistas preferidos de Menem– formaría parte de la declaración de Luis Sarlenga ante el juez Urso, que derivó en la detención de Yoma. Curiosamente, el Dios de la frase no puede ser otro que el propio ex presidente.
Resulta evidente que la sorpresiva prisión de Emir Yoma por la causa del tráfico de armas produjo en el seno del menemismo un revuelo inusitado, al punto que desde una publicación tan relacionada con este sector se publica una supuesta versión textual de las declaraciones de Sarlenga que compromete a sus principales figuras, empezando por el ex presidente. “Yoma me dijo que no podía ser que no pudiera venderse más y que habría que trabajar para que se firmase otro decreto. Yo recuerdo –agrega Sarlenga– que en esos momentos Palleros me llamó desde Suiza y me dijo que fueran armando todos los papeles necesarios, que él conseguiría todos los papeles necesarios para seguir con las ventas...”
El artículo empieza con un párrafo que involucra a Yoma y termina con otro que da a entender la intervención del ex presidente Menem. “Quiero decirle que yo sabía que el destino de las armas no era Panamá sino Croacia, y esto lo sabía todo el mundo”, puntualiza el ex interventor de Fabricaciones Militares. Y vuelve a mencionar a Yoma, “con quien siempre había tenido una relación cordial; me dijo que él se había portado muy bien conmigo, salvando mi puesto, y que yo debería tener que colaborar con el partido. Yo lo tomé un poco con sorpresa. El me dijo que era la única empresa que no colaboraba y que no podía ser que desde allí no se colaborara con el partido”.
La influencia de Yoma a niveles supraministeriales surge nuevamente cuando Sarlenga recuerda que, a poco de asumir Oscar Camilión, estuvo a punto de ser desplazado por el nuevo ministro. “En esos momentos lo llamé por teléfono a Emir Yoma y le cuento lo que estaba pasando. El me dice: ‘Quedate tranquilo que yo me voy a ocupar’. Emir no sé a quién mueve. Yo fui a saludar al doctor Camilión y alguien le habló a él para que me quedara en Fabricaciones Militares. Esa gestión la hizo Emir Yoma, aunque no diré a quién le habló.”
Hay otro párrafo dedicado al entonces embajador de Estados Unidos en la Argentina, James Cheek, referido al envío de un cañón que no estaba incluido en la lista de armas establecida en los decretos: “Me llama entonces el señor Yoma y me pregunta cuál era el problema, lo cual yo le expliqué. El me dijo que había una orden clara (se refería a los Estados Unidos) de que había que armar al ejército croata...”. En otro párrafo alude a una reunión con senadores (Menem, Vaca, Genoud, Bordón, León), el ministro Camilión, Muzi y Sarlenga: “Ahí –afirma– el senador Vaca menciona que acababa de hablar con el embajador James Cheek, quien le había confirmado que la autorización para que Fine Air (la empresa que transportó las armas) pudiera aterrizar en la Argentina había sido tramitada por él mismo ante la Fuerza Aérea, y se había conseguido en sólo 24 horas. A los dos meses de este asunto, Cheek se fue de la Argentina”.
Más adelante recuerda que el decreto 103 fue firmado por los ministros Camilión, Cavallo y Di Tella, y transcribe una conversación con el general Martín Balza que compromete indirectamente al mismo Menem: “Cuando se decide pedir material al Ejército, me llama Balza y me recrimina: ‘¿Por qué hablaste con el Presidente por un tema que podés hablar conmigo?’ Yo le dije que nunca había hablado con el Presidente por este tema”.
En la página siguiente a este artículo hay otro con la foto de Yoma y un gran título: “Nadie sale limpio”, donde se explica la estrategia que seguirá el defensor Mariano Cúneo Libarona con el evidente propósito de multiplicar la preocupación que produjo en el ambiente político la causa sobre tráfico de armas y, sobre todo, enfatizar el grave peligro que correría el actual ministro de Economía, Domingo Cavallo, de ser citado en la causa. “Si Cavallo se complica –señala La Primera–, la economía, y el frágil remanso que su llegada brindó al país, podría perderse.” Por su parte, Cúneo Libarona, uno de los pocos que tienen acceso a los expedientes por ser el defensor de Yoma, advirtió que “su defendido no aguantará más allá de esta semana en prisión, y después hablará”.

 


VOLVIO A DECLARAR LA EX PAREJA DE CUNEO
Testigo de cargo contra Emir

La ex secretaria de Emir Yoma, Lourdes Di Natale, volvió a declarar ayer como testigo ante el juez Jorge Urso y el fiscal Carlos Stornelli, que la citaron sorpresivamente el miércoles como parte de la causa sobre venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia. Al presentarse ayer al mediodía en los tribunales de Retiro, ratificó que su ex marido y actual abogado del empresario riojano, Mariano Cúneo Libarona, le había contado que Yoma cobró una coima de 400 mil dólares por aquella operación de contrabando. Y aportó datos sobre las casas de cambio con las que operaba su jefe.
“Los 400 mil dólares que (el teniente coronel Diego) Palleros depositó en la cuenta de Daforel son para Emir. Se depositaron en Munticambio, de Pedro Stier”, reiteró ayer Lourdes que le dijo Cúneo Libarona en 1995. En esencia, la acusación contra Yoma es la misma que formuló el ex interventor de Fabricaciones Militares Luis Sarlenga –que está preso– al declarar el viernes pasado. Daforel es una empresa que se le atribuye a Yoma. Stier era apoderado de una firma melliza y uno de los hombres que solía comunicarse hacia 1996 con Emir Yoma muy preocupado por números que no cerraban. Como Cúneo aseguró que en el ‘95 no vivía con Di Natale y que no la ve desde 1992, ella llevó ayer al juez documentación que acreditaría la convivencia, según pudo saber este diario por allegados al expediente.
Durante la audiencia, que duró tres horas, la mujer habló de las casas de cambio con las que operaba Yoma. Para los investigadores es una pista importante para rastrear la ruta del dinero, cuentas utilizadas en el exterior y establecer qué empresas pudieron haber intervenido en el blanqueo de las coimas pagadas. Por lo pronto, en esta búsqueda uno de los escollos que se ha planteado es que Estados Unidos no levantó el secreto sobre la cuenta de la empresa fantasma Daforel en el MTB de Nueva York.
Di Natale tuvo que revisar ayer un listado de nombres de gente que podría estar involucrada en el contrabando de armas. Reconoció cuatro de la nómina, entre ellos un pariente de Carlos Menem. Lo cierto es que ratificó absolutamente todo lo que había declarado ya en 1998 ante el propio Urso y ante el juez en lo penal económico Julio Speroni: que visitaban las oficinas de Yoma los ex directivos de Fabricaciones Militares Sarlenga y Edberto González de la Vega. También dijo que iban los ex ministros Antonio Erman González y Carlos Corach. Sarlenga, había contado Lourdes, dejaba mensajes que decían –por ejemplo– “anoche se reunieron (Oscar) Camilión, el flaco y Nicolás”. Según ella “el flaco” podría ser el ex jefe del Ejército Martín Balza y Nicolás, el hermano del ex ministro de Justicia Raúl Granillo Ocampo.
Lourdes Di Natale no sólo fue secretaria de Emir Yoma. También lo fue de los secretarios del ex presidente Carlos Menem, Ramón Hernández y de Miguel Angel Vicco. Ya estaba cerca de ellos en la época de la interna entre Menem y Antonio Cafiero. Pasó por la Casa Rosada y se fue sólo para pasar a trabajar con el empresario de cueros, con quien también trabajó el abogado Cúneo Libarona. Más aún, ella dice que Cúneo le contó todo sobre las armas por la bronca que tenía cuando el riojano le rescindió el contrato.
Cuando en el ‘98 Di Natale se decidió a hablar se abrieron múltiples causas judiciales con sus denuncias, pero ninguna avanzó. Había deschavado, entre otras cosas, que en las oficinas de la calle Florida que tenía el ex cuñado de Menem, “se cocinaban todas las privatizaciones”. Lo sabe, decía, porque era la encargada de llevar la agenda, un preciado objeto que también entregó a la Justicia.

 


 

HABLAN ZULEMA, BALZA, IMPUTADOS Y ABOGADOS
Cuando todos tiran contra todos

Zulema Yoma dijo ayer que está “totalmente convencida” de que la muerte de su hijo está relacionada con la venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia. Y reclamó, a través de su abogada, que la investigación no se detenga en Emir Yoma, léase que llegue hasta su ex marido. En esa y otras direcciones apunta una catarata de confesiones y reclamos desatada como consecuencia de la detención de Yoma el sábado pasado. “Los decretos estaban dibujados”, “son completamente falsos”, reiteró ayer el ex jefe del Ejército Martín Balza, sobre las resoluciones que habilitaron desde el Gobierno el contrabando.
“Yo creo que Balza conocía perfectamente bien todo”, contraatacó el ex jefe de Cargas y Complementos de Fabricaciones Militares de Río Tercero, Omar Gaviglio. Recordó, además, que las autoridades de la planta cordobesa solían comentar ante el personal “sin ningún inconveniente” que armas y municiones se transportarían desde allí a Croacia. Incluso cree que existe “íntima relación” entre la venta de armas y la explosión en Río Tercero.
A Roberto Sassen Van Sloo, uno de los directivos de la empresa ecuatoriana Prodefensa que en 1995 compró armas argentinas a través de Fabricaciones Militares, “le dijeron que no se hiciera ningún problema porque el negocio estaba totalmente arreglado desde arriba”, aseguró su abogado, Miguel Bootelo. El letrado dijo que el empresario ecuatoriano –que está prófugo– trató directamente con los ex directivos de FM Luis Sarlenga y Edberto González de la Vega.
“La señora Zulema dijo que nueve días antes de la muerte de Carlitos, él fue el primero que se enteró de la existencia del contrabando. Y en esa oportunidad el chico le dijo a su madre: ‘Al papi lo están pasando. Esto podría tener complicaciones internacionales’. Y ante la impotencia de denunciar el tema, el joven le adelantó: ‘Me van a matar’”, relató Ana Herren, abogada de la ex primera dama.

 

PRINCIPAL