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Cómo negociar luego de y también durante las balas

En un principio, Israel
pedía el fin de la violencia
como condición para negociar, pero ahora las conversaciones siguen adelante en medio del fragor de los enfrentamientos
en los territorios.

El campo de refugiados de Khan Junis, primer blanco atacado por Israel bajo soberanía palestina.

Israel y la Autoridad Palestina vivían ayer una realidad anómala: mientras continuaban las acciones de violencia de ambas partes, y un día después de que las Fuerzas de Defensa israelíes atacaran por primera vez en siete años una zona bajo pleno control palestino, tanto unos como otros expresaban posiciones optimistas sobre las perspectivas de una conciliación futura, aunque sea parcial. Del lado israelí, el primer ministro Ariel Sharon afirmó haber “percibido un cambio” en la posición del líder palestino Yasser Arafat, que “empieza a comprender las exigencias de Israel”, según dijo en una entrevista publicada en el diario Yediot Aharonot; del lado palestino, el general Amin al-Hindim, jefe de Inteligencia de su banco, afirmó que “hubo un cierto cambio en la posición israelí” y que “dijeron que aplicarán una serie de medidas por etapas”, que incluirían facilidades para el paso de los puestos fronterizos, la reapertura de ejes ruteros y el levantamiento al bloqueo contra ciudades de Cisjordania.
Las buenas palabras no significaban que el terreno no siguiera ardiendo. Dos soldados israelíes fueron heridos por balas de disparos realizados contra una posición cercana a Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, cerca de la frontera entre el territorio palestino y Egipto, y un tercero fue alcanzado por una bala de metralleta en la mandíbula cerca de la localidad palestina de Beit Jala, en Cisjordania. El ejército israelí respondió en ambos casos, disparando obuses de tanque contra Beit Jala y abriendo el fuego en dirección al campamento de refugiados de Rafah. En la Franja de Gaza, las represalias israelíes causaron un palestino muerto, Hafez Rushi Khalil, de 35 años, que cayó bajo las balas mientras pasaba cerca de una posición israelí que había recibido disparos del lado palestino; en Cisjordania, otro palestino murió por disparos israelíes durante disturbios en la localidad de Beit Ommar, cerca de Hebrón, donde se encuentra una de las colonias israelíes más polémicas de la trama de asentamientos que el Estado judío mantiene en territorios bajo soberanía palestina total o parcial. Al mismo tiempo, Nasser Abu Hmeid, un activista de Fatah, la organización de Arafat, escapó a un intento de asesinato con coche bomba en Ramalá, que fue atribuido por los palestinos a Israel.
La continuación de los choques coexistió con una nueva atmósfera de optimismo entre ambos bandos. El eje parecía ser la reunión mantenida el miércoles por la noche por los respectivos responsables de seguridad en la residencia del embajador norteamericano Martin Indyk, cerca de Tel Aviv.
Gedeon Saar, secretario del gobierno israelí, dijo que la reunión se había desarrollado en “una atmósfera positiva” y ambas partes acordaron reunirse de nuevo el lunes 16 de abril. Además del jefe de inteligencia palestino Amin-el-Hindi, los palestinos estuvieron representados por el jefe de seguridad pública de la Franja de Gaza, general Abdelrazek Al Majaida, y el jefe de Seguridad Preventiva en Cisjordania, coronel Jibril Rajub. El 4 de abril, israelíes y palestinos mantuvieron su primera reunión sobre seguridad desde la formación del gobierno de unidad nacional de Sharon, el 7 de marzo pasado. El encuentro no arrojó resultados y, además, al término de la reunión, el convoy que trasladaba a los delegados palestinos fue baleado desde posiciones israelíes, en un confuso episodio en que ambas partes se achacaron mutuamente la responsabilidad.
Entretanto, había signos de descompresión en el frente externo de Israel, el de la relación con sus vecinos árabes. Un alto funcionario jordano anunció ayer en Amman que el canciller Abdel Ilá Jatib se reunirá el lunes con el premier Ariel Sharon, constituyendo el primer encuentro de esa índole entre un alto responsable árabe y el líder nacionalista de Israel desde que éste asumió su cargo. Previamente, también ayer, el propio canciller, al término de una reunión con Arafat en Ramalá, anunció que tenía intenciones de reunirse con Sharon y con el canciller Shimon Peres, aunque no precisó la fecha. Las reuniones entre los jefes israelíes y los árabes han estado en suspenso por la Intifada palestina, lo que convierte a esto en un nuevo signo de posible distensión.

 

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