Por Raúl Kollmann
Sería un grupo
muy chico, tal vez de cinco o seis jóvenes, militantes de ultraizquierda
que han pasado por agrupaciones de derechos humanos o partidos de izquierda,
que obviamente no tenían por ahora la pretensión de tomar
el poder, pero sí hacerse notar con actos violentos, principalmente
contra el plan económico. No tenemos en claro si pusieron los otros
tres artefactos explosivos contra las fundaciones económicas de
López Murphy y Cavallo y tampoco sabemos si estaban a punto de
poner ese artefacto en alguna de las puertas del Ministerio de Economía.
Está claro que casi no tenían estructura, ni siquiera llevaban
un auto de apoyo, por lo que tuvieron que huir a pie. Además el
artefacto era elemental. Este es el diagnóstico que le hizo
anoche a Página/12 un hombre allegado a la pesquisa por la explosión
ocurrida el jueves en un auto ubicado en Sarmiento y Esmeralda.
Carlos Bértola, hijo de desaparecidos, resultó ileso de
la explosión y ayer fue llevado a declarar ante el juez Adolfo
Canicoba Corral. Se limitó a decir su nombre y número de
documento y se negó a declarar. El magistrado resolvió que
siga detenido y todo indica que le dictarán la prisión preventiva
dentro de unos días. El otro detenido, Diego Quinteros, que perdió
un brazo, seguía en terapia intensiva del Hospital Argerich. Quinteros
no está en condiciones de declarar. De acuerdo con los testigos,
había una o dos personas más en el automóvil Renault
11 que lograron escapar. Se dice que podría haber una mujer en
el grupo, tal vez la esposa de Bértola, que se fugó del
hogar de ambos, aunque por ahora no hay ninguna evidencia contra ella.
Según dijo la Policía, en los domicilios de Bértola
y Quinteros se encontraron volantes de partidos de izquierda e incluso
uno de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), además
de la colección de afiches del Che Guevara, el sacerdote Carlos
Mugica, el Subcomandante Marcos y Fidel Castro. Por estos datos y sobre
todo por el testimonio de militantes que los conocían, está
claro que ambos eran de izquierda, ideológicamente más cercanos
a Quebracho organización que se hizo famosa por los disturbios
en las marchas de protesta que a los partidos más tradicionales
de la izquierda. En el auto en el que se produjo la explosión había
volantes del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), cuya dirigente
más conocida es la legisladora porteña Vilma Ripoll, pero
los propios investigadores están seguros de que ni Bértola
ni Quinteros tienen nada que ver con ese partido. Los dirigentes de Izquierda
Unida Patricio Echegaray y Vilma Ripoll se entrevistaron con el secretario
de Seguridad, Enrique Mathov, confirmaron que nadie del MST
conoce a los detenidos y se quejaron de una campaña policial para
involucrarlos.
En principio, se trataría de una célula que todavía
no tenía nombre, pero que estaba dispuesta a recurrir a explosiones
reducidas para llamar la atención y protestar contra el plan económico.
Dado que Quebracho ha perdido presencia en La Plata y según parece
vive una profunda crisis, aparecen algunos militantes que quieren
acción. Este sería un caso. Quinteros, por ejemplo,
tiene todo el cuerpo lleno de tatuajes, fundamentalmente estrellas rojas
de cinco puntas, consignas y un rostro del Che Guevara. Se ve que
vivía obsesionado, en su mundo, sostuvo uno de los investigadores.
De todas maneras, no se trata de una organización de envergadura.
Hay algunos detalles que muestran su estructura elemental: el Renault
11 era propiedad de uno de ellos, iban tres o cuatro en el mismo auto,
cuando la lógica es que se procuraran aunque sea una moto de apoyo,
y terminaron huyendo a pie, con Quinteros gravemente herido.
OCHO
PIQUETEROS DETENIDOS Y NUEVE HERIDOS
La represión en Mar del Plata
La Semana Santa le trajo a Mar
del Plata tres cosas: turistas, piquetes y represión policial.
Esta combinación generó, por un lado, ocho piqueteros detenidos
y nueve heridos, y por el otro, un embotellamiento en la Ruta 2. Pero
si los automovilistas sufrieron el jueves demoras y fastidio, los manifestantes
detenidos, que reclamaban por un seguro de empleo y contra la reducción
en los sueldos de un plan laboral, llevaron la peor parte: están
acusados de lesiones leves y resistencia a las autoridades,
y uno de ellos, Luciano Luppi, recibió 20 balas de goma en
el cuerpo, según el abogado César Sivo.
El jueves al mediodía era un momento clave para la protesta; los
turistas que habían salido por la mañana de Capital y alrededores
estarían llegando por esas horas a Mar del Plata. Con ese cálculo,
250 miembros de la Corriente Clasista y Combativa cortaron el acceso a
la ciudad desde la Ruta 2, mientras que 50 integrantes del Movimiento
de Desocupados Teresa Rodríguez hicieron lo mismo en la Avenida
Zabala, continuación de aquella vía, y la calle Beruti.
Los manifestantes exigían la aprobación de un seguro de
empleo de 360 pesos por familia y además protestaban por la rebaja
en los sueldos del Plan Barrios, instrumentado por el gobierno
bonaerense.
Pasadas las 13, los piqueteros levantaron pacíficamente los cortes
de la ruta y se dirigieron hacia la Municipalidad, escoltados por 200
policías del Cuerpo de Infantería, de las comisarías
marplatenses y del Comando de Patrullas. A cinco kilómetros de
la rotonda de acceso comenzó la represión contra los manifestantes,
según la versión policial ante un presunto intento
de saqueo de un supermercado. Pero Sivo, el abogado de los detenidos,
aseguró que reprimieron a mansalva, cuando los manifestantes
solamente se dispersaban frente a un supermercado Carrefour.
En un escrito presentado ante el fiscal Marcos Pagella, el abogado de
los piqueteros afirmó que los policías los comenzaron
a golpear sin motivo alguno y de manera inusitada. Sivo precisó
que hay nueve personas que tienen lesiones de balas de goma en la
parte posterior del cuerpo, lo que indica que no estaban resistiendo,
sino que huían de la policía. El letrado también
señaló que hay testigos que vieron cómo le
disparaban a quemarropa a Luppi y agregó que ese piquetero
no recibió atención médica cuando fue detenido,
pese a los 20 balazos de goma.
Por la represión, el abogado ya presentó una causa contra
los policías que actuaron en el operativo y pidió que se
identifique a todos los uniformados que participaron del hecho. Ahora
los policías dicen que estaban disparando al aire. Si estaban haciendo
eso, que expliquen cómo puede ser que los heridos hayan recibido
disparos en la espalda y en los glúteos, se preguntó
Sivo.
La cuestión es que Luppi, Oscar Martínez, Mario Leguizamón,
Alejandra Cristeche, Juan Oviedo, Fernando Sánchez, Luis Verón
y Hernán Luza pasaron el viernes en una fría celda de la
comisaría séptima. Al mediodía de ayer los indagó
el fiscal Pagella por los incidentes frente a Carrefour y luego declararon
como testigos en la causa que investiga el operativo policial. Para esperar
el sábado, los trasladaron a la Dirección de Narcocriminalidad
de la Policía Bonaerense. Y Ahora, el juez Raúl Paolini
resolverá la situación procesal de ellos, aunque tiene hasta
cinco días de plazo para tomar una determinación.
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