Por Raúl Dellatorre
Una advertencia a la gente de
que no hay nada que temer porque se hable del euro o de una
canasta de monedas, una promesa de que no va a haber sobresaltos
en materia cambiaria y el aviso de que el equipo económico está
trabajando en Jueves y Viernes Santo, hoy sábado y el domingo (por
hoy) también, para sacar al país adelante, constituyó
el ramillete de anuncios del ministro de Economía, Domingo Cavallo,
en la conferencia de prensa que ayer brindó en mangas de camisa
y acompañado por sus principales asesores. Estamos trabajando
en un proyecto para ampliar la convertibilidad, incluir al euro para darle
más opciones a la gente, y el lunes (por mañana) nos vamos
a reunir con los jefes de los bloques que están apoyando al Gobierno
para conversar el tema, que lo enviaremos al Congreso cuando el Presidente
lo considere apropiado, señaló, sin dar más
precisiones, salvo que considera que el momento oportuno de hacerlo sería
cuando el euro alcance una paridad uno a uno con el dólar.
Fue en ese marco que Cavallo intentó unificar el discurso del Gobierno
en torno de la convertibilidad y salió a confrontar con quienes
siguen alimentando la dolarización o la devaluación. Los
que confunden a la gente diciendo que Cavallo habla del euro porque quiere
devaluar son unos mentirosos, acusó, hablando de sí
en tercera persona y nombrándose por su apellido, al estilo Maradona.
El mayor esfuerzo de Cavallo fue puesto en desdramatizar la inclusión
del euro dentro de la paridad cambiaria. Lo bueno de la convertibilidad
es que son decisiones que debe tomar el Congreso, cualquier cambio tiene
que ser discutido, entonces no hay posibilidad de sorpresas, no va a haber
sobresaltos, nadie tiene que temer nada, dijo como un cirujano con
el bisturí en la mano y a punto de ejecutar su tarea. Desde
afuera, y algunos desde adentro también, siguen pensando que se
puede devaluar, o que es mejor dolarizar, pero son los que no entienden
que tenemos un régimen monetario vigoroso, señaló,
en una definición que también abarcó implícitamente
al presidente del Banco Central, Pedro Pou.
Con un gráfico a la vista, demostró que el euro (o la canasta
de monedas europeas, antes de la creación de aquél) está
en uno de sus más bajos valores históricos, lo cual lo llevó
a concluir que va a recuperarse con respecto al dólar. Lo
inteligente es comprar algo cuando es barato, dijo, recomendando
ahorrar en euros para ganar más en dólares, a la espera
de la prometida canasta de monedas, que no será otra cosa que un
promedio entre la cotización de ambas monedas. Cavallo destacó
que el premio Nobel de Economía Robert Mundell había sugerido
que cuando el euro cotizara a un dólar (hoy vale 90 centavos de
la moneda estadounidense) aprovechen y peguen su moneda a un promedio
de las dos, lo que llevó al ministro a dejar picando la posibilidad
de que el Congreso podría votar la Convertibilidad II (canasta
de monedas) y dejar librada la decisión del Gobierno de engancharse
en la misma el día en que se alcance esa paridad.
El ministro reiteró que, en lo inmediato, se irán disponiendo
diversas medidas para empezar a hacer más frecuente el uso del
euro como moneda de referencia en el sistema financiero. Pero no dio detalles
de cómo se implementará que el sistema bancario habilite
cuentas y créditos en euros, ni explicó cómo funcionaría
un sistema en paridad con dos monedas como el que sugirió.
El equipo económico está trabajando, sin descanso ni fines
de semana largos, y ayer convocó a la prensa para demostrarlo.
El ministro también señaló que las medidas para bajar
el gasto público, las conversaciones con las provincias para volver
a encuadrarlas en las pautas presupuestarias y los planes de competitividad
por sectores formaron parte de la agenda de los funcionarios de este fin
de semana. El lunes mismo nos reuniremos con directivos de la asociación
de industriales metalúrgicos (Adimra) y del sindicato metalúrgico
(UOM) para hablar sobre cómo vamos a ir adaptando las relaciones
laborales para hacer más competitivo el sector, anticipó,
como para que nadie pensara que el lunes hay franco compensatorio.
Estamos trabajando todos los días, reiteró el
ministro por enésima vez durante la conferencia de prensa, en la
tarde del Sábado de Gloria.
Fuera de la canasta
No es un tema sencillo. Ni los expertos lo entienden claramente,
pero Domingo Cavallo confía en su buena imagen pública
para infundir confianza y credibilidad hacia el salto que piensa
dar, de una paridad fija con el dólar a otra anclada en un
promedio de dos valores, el dólar y el euro. Y hasta él
se equivoca cuando se apura a explicarlo. ¿Podría
establecerse una canasta de monedas antes que el euro llegue a un
dólar, cuando esté a 0,95, por ejemplo?, preguntó
un periodista extranjero. No, porque eso sería devaluar,
confundió el ministro, mientras que Daniel Marx y Federico
Sturzenegger se cruzaban, por detrás de Cavallo, miradas
desesperadas. No fue la única vez que los asesores, que acompañaron
silenciosos el sermón ministerial, se buscaron las miradas
asombrados. La otra vez fue cuando Cavallo, con total seguridad,
afirmó que el real se ha venido moviendo en una forma
más parecida al euro que al dólar. Una simplificación
que, previsiblemente, no conforma a los especialistas que lo acompañan.
|
EL
MINISTRO TENSO MAS EL ENFRENTAMIENTO CON POU
La puerta se abrió para tu paso
Con una sola frase, Domingo
Cavallo definió en qué forma trabajará, indirectamente,
el Poder Ejecutivo para que se efectivice el desplazamiento de Pedro Pou
del Banco Central. Vamos a reunirnos con la comisión legislativa
que analiza los problemas de superintendencia y las denuncias por lavado
de dinero para señalarles qué creemos nosotros sobre los
procedimientos, señaló el ministro. Aunque previamente
había aclarado que el Gobierno no propicia ningún
cambio, su explicación posterior deja en claro que tratará
de emprolijar la recomendación del Congreso para remover a Pou.
Las cartas del presidente del Banco Central al propio Cavallo, cuestionando
definiciones de éste, y los conceptos volcados ayer por el ministro
en su conferencia de prensa, ratificando y avanzando sobre los mismos
puntos que Pou le cuestiona, marcan que el enfrentamiento y la incompatibilidad
entre ambos ha llegado a su máxima expresión.
Usted cree que el precio de mercado del dólar no es hoy distinto
de un peso, cuando el dólar a futuro se cotiza a 20, 30 o 50 por
ciento anual por sobre esta paridad. Si desconociéramos esa realidad
y fijáramos de forma arbitraria un precio de compra inferior al
mercado, incumpliríamos la ley, sostuvo Pou en la carta a
Cavallo, de la que envió copia a De la Rúa. No sea
usted quien borre con el codo lo que escribió con la mano,
le advierte el presidente del Banco Central.
En su carta que ayer trascendió pese a que ninguna de las
partes quiso hacer pública, Pou vuelve a rechazar la propuesta
de una canasta de monedas en reemplazo del dólar como paridad única
para el peso. Sostiene que los empresarios no demandan la inclusión
del euro como moneda de respaldo del peso argentino y opina que es
poco probable que esta iniciativa tenga una impacto favorable. No
es un tema acuciante agrega que merezca discusión en
momentos en que el país atraviesa graves dificultades económicas
y financieras, en las que esta política tiene muy poco que ofrecer
a su solución.
Pou también cuestionó que Cavallo haya afirmado que el sistema
financiero local está quebrado, opinión a la que definió
como temeraria. Es una afirmación que podría
provocar la primera página de los diarios y una fuga masiva de
los depósitos. Espero que no sucedan ninguna de las dos cosas,
más todavía porque sus declaraciones son, por lo menos,
inexactas, le imputó al ministro. La prudencia es la
política más adecuada para la economía argentina,
señala en otro párrafo Pou, como para destacar aun más
sus diferencias con el estilo Cavallo y preparando, de paso,
el terreno para su inminente salida de la función pública.
|