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ULTIMOS MOVIMIENTOS DEL CIRCULO DE CONSEJEROS DE DE LA RUA
En torno del oído del Presidente

Antonito de la Rúa, Coti Nosiglia, Gallo, Lopérfido, Felgueras, De Santibañes y Paola Cocciaglia son algunos, no todos, aunque
los más influyentes �consiglieri� presidenciales. Cómo está el esquema de alianzas y disputas entre ellos y hacia afuera.

De la Rúa tiene oídos para
pocos, lo que los hace influyentes.

Por José Natanson

No es siempre el mismo: las circunstancias, los aciertos y los errores hacen que algunos personajes suban y otros bajen. Pero ellos siguen siempre ahí. Integran el entorno, ese pequeño y estrecho núcleo de colaboradores que observa, sugiere e intriga. Son los que están más cerca del poder, los que inspiran las decisiones claves. Y los que viven en el palacio, pendientes de cada palabra y cada gesto del Presidente.

Antonio. Es, por obvia cercanía afectiva, el concejero más influyente. Hoy tenía previsto llegar de Miami, donde recorre y recorre las calles en busca de una oficina para instalar su empresa de marketing. Se quedará una semana en Buenos Aires y aprovechará para charlar con su padre: estuvo con él la semana pasada en Roma, pero de ahí volvió volando a lo de Shakira y no tuvo tiempo para intercambiar opiniones. “La clave es cerrar con Cavallo. Lo demás importa poco”, es la línea que, a su juicio, deberá guiar el accionar político del Gobierno. Por eso, fueron algunos de sus amigos funcionarios quienes planearon la fantástica idea de convocar a elecciones para vicepresidente en octubre y candidatear a Domingo Cavallo.

Coti. Según se comenta en el Gobierno, Enrique Nosiglia estaría convencido de que los índices de popularidad de De la Rúa son ya irrecuperables y que la reactivación recién se notará el año que viene, por lo que a la Alianza le resultará imposible parar la derrota electoral de octubre. Su idea, entonces, sería encolumnarse desde ahora detrás de Domingo Cavallo para acompañarlo en la lucha por el 2003. Según esta teoría, Cavallo iría de presidente y un radical, de vice. Desde luego, Nosiglia sabe que esto podría provocar una ruptura de la UCR, lo que no lo preocuparía demasiado. “Tiene una concepción peronista del poder. Huele la debacle definitiva de De la Rúa y, aunque no quiere romper con él, está decidido a salir bien parado. Se está abriendo”, explican en el Gobierno.

Darío. Intimo amigo de Antonio, Darío Lopérfido es uno de los funcionarios más cercanos al Presidente. En los últimos días, Lopérfido habría decidido abandonar el alto perfil y concentrarse en algunos temas claves de su área, como la creación del multimedios estatal. Por eso, en el Gobierno se comenta que en el informe que De la Rúa le exigió a cada funcionario para optimizar su área, Lopérfido incluirá un pedido para ceder el control de la difusión. Así, el funcionario seguiría manejando la Secretaría de Cultura, los medios de comunicación y el COMFER, pero cedería la Subsecretaría de Prensa, que podría pasar a la secretaría general o convertirse en una secretaria dependiente de Presidencia, a la usanza menemista.

Nicolás. Sucedían terribles horas de indecisión en el Gobierno. ¿Había que aceptar el ajuste que ofrecía Ricardo López Murphy y emitir un gesto de autoridad? ¿O había que morigerar la dura propuesta de su ministro de Economía? De la Rúa titubeaba cuando Nicolás Gallo, al que un par de días antes había designado asesor presidencial, ingresó a su despacho. “Si no modificás el plan, va a haber quilombo”, dijo Gallo. De la Rúa empezó a esbozar una explicación cuando su amigo lo cortó de golpe. “Decime una cosa: ¿vos en serio querés gobernar con los olivas (por los militares)?”. Aunque fue desoída, la recomendación le valió un ascenso dentro del círculo de consejeros del Presidente. Hoy, Gallo no sólo es su único amigo en el Gabinete, sino que también ha recuperado cierta confianza en ámbitos hasta entonces vedados. “Ahora con Gallo se puede hablar”, dicen los radicales alfonsinistas –e incluso algunos frepasistas– que antes lo consideraban un enemigo.

Cecilia. Socia fundadora del grupo Sushie, Cecilia Felgueras tuvo un altísimo perfil en los comienzos de la gestión delarruista, cuando asumió la intervención del PAMI. Después fue elegida vicejefa de Gobierno y se convirtió en la única integrante de aquel núcleo de jóvenes con capacidad de gestión y votos propios, lo que generó rechazo entre sus antiguos aliados y terminó alejándola definitivamente de los sushies. Hoy, Felgueras reúne dos condiciones generalmente contradictorias: conserva intacta su influencia sobre el Presidente y mantiene viva su voluntad aliancista. Tanto, que habla seguido con Chacho Alvarez y que incluso tuvo la osadía de reunirse con Federico Storani unos días después de que renunciara al Ministerio del Interior. “Tenés razón. Nunca prevén más de una jugada”, dijo en referencia a los consejos de los sushies.

Paola. Cuando la Alianza llegó al Gobierno, con sólo 27 años Paola Cocciaglia fue designada subsecretaria adjunta de Presidencia. Nunca reportó a Antonio de la Rúa, lo que generó celos dentro del grupo Sushie. Tuvo su momento de gloria a fines del año pasado: salió en la tapa de varias revistas, asistió a “Hora Clave”, almorzó con Mirtha Legrand. Hoy, cuatro meses después de aquel maratón de entrevistas, la funcionaria se ha alejado –al menos físicamente– de De la Rúa: su despacho, que antes estaba ubicado a pocos metros del Presidente, fue trasladado a la Jefatura de Gabinete, donde Cocciaglia trabaja como subsecretaria de Fomento e Integración de las Economías Regionales.

Fernando. Durante su paso por el Gobierno, Fernando de Santibañes se enfrentó con medio gabinete y quedó comprometido en el escándalo del Senado. Pero, a pesar de sus tropezones, sigue siendo uno de los más escuchados por De la Rúa. Llega a la Rosada para conversar, siempre después de las siete, cuando desde el despacho presidencial se puede ver el atardecer sobre el río. En las últimas charlas, De Santibañes recomendó no remover a Pedro Pou –con el que comparte el credo ultraortodoxo y la pertenencia al CEMA– de la presidencia del Banco Central. La sugerencia va a contramano de la opinión general y podría desembocar en un conflicto abierto con Cavallo. Pero De Santibañes no le teme al superministro de Economía: al fin y al cabo, hace unos meses no sólo se enfrentó con Chacho Alvarez, sino que además le ganó la pulseada.

 

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