Por S.R.
La presión del radicalismo
para que el gobierno porteño apure la sanción de la ley
de Descentralización y convoque a la elección por comunas
transcendió las fronteras de la ciudad: los diputados nacionales
del radicalismo de la Capital Federal presentaron un proyecto para que
la Cámara baja le solicitara formalmente a Aníbal Ibarra
el cumplimiento de los plazos electorales establecidos en la Constitución
local. Confiados en su poderío territorial, a los hombres del partido
radical los seduce la idea de una interna para sacarle ventaja al Frepaso.
Pero Ibarra y su vice, Cecilia Felgueras, no están dispuestos a
someter a la Alianza a ese trance y sólo alentarán la elección
comunal si los candidatos se designan por consenso y en partes iguales
para cada uno de los socios de la coalición.
Los radicales somos democráticos y respetuosos de la Constitución
y, si en octubre no se votan los alcaldes de las comunas, se la estará
violando, explicó la diputada delarruista Graciela Inda,
quien motorizó la presentación del proyecto en la Cámara
baja. Señaló también que Ibarra debe impulsar la
sanción de la ley de Descentralización y convocar a elecciones
comunales en octubre para agilizar la implementación de políticas
activas que beneficien a los vecinos, como prometió la Alianza,
y no apoyarse en argumentos de una mezquindad política que perjudican
a los porteños.
Detrás de esos fundamentos de Inda se encolumnaron todos los diputados
radicales, salvo Rafael Pascual, por ser el titular de la Cámara
baja. Así, suscribieron la iniciativa los también delarruistas
Fernando Cantero, Beatriz Nofal y Pedro Calvo, el terragnista Juan Carlos
Farizano, los nosiglistas Cristina Guevara y Marcelo Stubrin y el líder
del Ateneo del Centenario, Jesús Rodríguez.
Según establece la Constitución porteña, a más
tardar en 2001 debía darse cumplimiento a la descentralización
política y administrativa del distrito en comunas, a cargo de un
alcalde y una junta de gobierno elegidas por el voto popular. La convocatoria
a esas elecciones requiere la previa aprobación de la ley de Descentralización
que fije la cantidad de comunas, su área de influencia y sus atribuciones.
Su sanción requiere los dos tercios de la Legislatura, donde existen
desde hace años varios proyectos la mayoría propone
la división de la ciudad en 16 zonas que nunca terminan de
consensuarse.
El reclamo del partido radical no es ingenuo: los radicales saben del
poderío de su estructura y quieren aprovecharla en desmedro de
los frepasistas. Incluso hay cálculos que hablan de que en caso
de ir a una interna se alzarían al menos con 12 de las 16 comunas.
Los frepasistas también saben de la intención de sus socios
y por eso no se desviven por fogonear el tema en la Legislatura. Su estrategia
es simple: no trabajar en pos del consenso necesario para juntar los dos
tercios para aprobar la ley. Así, además, licuan su responsabilidad
frente al incumplimiento de la Constitución.
El andar del Frepaso puede cambiar si los radicales acceden a que los
candidatos en cada comuna se designen en partes iguales y mediante acuerdos
entre ambos socios de la Alianza. Ibarra cuenta en ese punto con el apoyo
de Felgueras. La cuestión es que así la elección
de alcaldes deja de ser atractiva para la dirigencia radical.
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