PENSAR
LOS70
Hacer la historia,
escribir la historia
De qué discutimos cuando hablamos y escribimos de los 70?
De temas muy diversos, pero casi todos apretamos los dientes por
las cosas pasadas veinticinco años atrás. Se la llama,
en muchas ocasiones, una discusión política y no una
escritura de la historia, como si ese pasado estuviera vivo. Y ello
es así porque en una determinada manera continúa de
pie. Y sin embargo, el pasado está también y sobre
todo muerto. No podemos cambiar los hechos, cambiamos la escritura
de la historia.
Sobre este desafío escribió en un campo de concentración
nazi del que no saldría vivo y con la sencillez del sabio
el historiador francés Marc Bloch: En una palabra,
un fenómeno histórico nunca puede ser explicado en
su totalidad fuera del estudio de su momento. Esto es cierto de
todas las etapas de la evolución. De la etapa que vivimos
como de todas las demás. Ya lo dijo el proverbio árabe
antes que nosotros: Los hombres se parecen más a su
tiempo que a sus padres. El estudio del pasado se ha desacreditado
en ocasiones por haber olvidado esta muestra de sabiduría
oriental.
Los 70 en la Argentina fueron una revolución frustrada,
una revolución derrotada. No se gana para la historia despolitizando
hechos, ocultando sentidos, mutilando identidades, condenando a
los vivos, mitificando a los muertos. El deber de la construcción
de la historia es el más amplio: tratar de diseñar
el sentido político total de aquel tiempo de
Bloch.
Una revolución fracasada en la América latina de los
70 remite a la única y todavía persistente revolución
triunfante en la región: la Revolución Cubana. ¿Por
qué una de esas dos revoluciones se encarnó y la otra
fue derrotada? Un dato fuerte a discutir es la violencia de los
70: ¿Fue opción legítima, eficaz y astuta
en el Caribe y locura exasperada en el Río de La Plata? ¿Qué
tan militarista fue la Revolución Cubana y qué tan
política se asumió la Revolución en la Argentina?
Diversos marxistas han criticado el uso de la violencia en los 70,
como si la vía fuera válida en los mares
supra ecuatoriales e improcedente en las sociedades sub-ecuatoriales.
Otros, también marxistas, creen que el denostado populismo
de la organización montonera fuera la culpable ideológica
de una derrota catastrófica. Por último, populistas
amontoneros de ayer o de hoy descalifican tanto el ejercicio de
la violencia como el conjunto del comportamiento político
de sus criticados, aunque por razones diferentes a las que se asientan
en la Vulgata marxista.
En Cuba, la dirección del proceso político revolucionario
estaba militar y políticamente conducida por el Movimiento
26 de Julio (M-26-7), fuerza hegemónica del proceso que terminó
por unificar bajo su dirección a las otras formaciones insurgentes
y a las meramente opositoras.
En la Argentina, la fuerza militar de la Revolución estaba
dividida pese al hegemonismo montonero, que la compartía
con formaciones marxistas ortodoxas. Políticamente, Montoneros
(populismo y marxismo heterodoxo) competía en el marco del
peronismo y también con su conducción estratégica.
En Cuba, el Movimiento 26 de Julio era también puro extracto
de populismo rebelde, militancia juvenil del Partido del Pueblo
Cubano (Ortodoxo). La Ortodoxia fue la escisión de izquierda
del poderoso partido Auténtico, el movimiento populista de
los anos 40. Fidel, de trayectoria en el movimiento estudiantil
universitario, asumió un liderazgo vacante por el suicidio
de Eduardo Chibas, su carismático lider. Montoneros, en cambio,
nunca pudo desplazar la conducción de Perón.
El ataque al cuartel Moncada, responsabilidad de Fidel, fue expresión,
diríase años después, y también entonces,
de un foquismo aislado de las masas. Pero esa catastrófica
derrota militar despertó la admiración de un amplio
sector del pueblo cubano frente a una dictadura represiva como la
de Fulgencio Batista. La legitimidad del combate contra esa dictadura
esperpéntica permitió a Fidel Castro encabezar exitosamente
una lucha política y militar claramente vinculada con las
mayorías, más allá de fracasos tácticos
tanto pacíficos como castrenses.
Castro fue, al mismo tiempo, nuevo líder del movimiento nacional
democrático, jefe militar destacado de la resistencia armada
a la dictadura y flexible compaginador de alianzas, frentes y articulaciones
con un enorme abanico de fuerzas políticas cubanas.
En la Argentina, el foco militar luchó dentro
y fuera del peronismo, pero nunca pudo ser el centro del movimiento
nacional, sino una parte. Notoriamente se destacó al apoyar
las reivindicaciones democráticas que encarnaba el peronismo
y su consecuencia directa: el retorno de Perón al país.
El socialismo cubano constituyó una excepcionalidad política
en América latina. La lucha armada argentina fracasó,
en términos sustantivos, por razones políticas, del
mismo modo que la cubana triunfó por las mismas causas.
Parece difícil poder adjudicar de manera excluyente a las
conductas personales, a las profundidades psicológicas de
los jefes, a las condiciones ideológicas de los militantes
y al uso del método militar, la exclusiva responsabilidad
de una derrota.
En la Argentina del 73 en adelante se produjo la catástrofe
que adviene cuando un cambio social radical fracasa: el poder reaccionó
con el salvajismo de los propietarios aterrados y ejecutó
el genocidio.
La proscripción del peronismo, enlazada con la vigencia del
conjunto del aparato represivo, rematada en la dictadura de Onganía-Levingston-Lanusse
(1966-1973), justificó la articulación del conjunto
de medios pacíficos y violentos para la instauración
democrática. El combate político-militar de los 70
poseía legitimidad para sentar las bases de aquélla.
Más allá de esos marcos empezaba otra partida.
La sociedad argentina necesita elaborar una explicación política
del fracaso de la revolución derrotada, una debacle que sobrevino
por la incapacidad para entender que el dilema a develar a partir
de mayo de 1973 era el de la democracia, no el del socialismo.
La larga marcha del pueblo argentino se dirigía
hacia la democracia. Nada menos. Y todavía no ha terminado.
* Profesor de la UNLP y de la UBA.
|