Por
Facundo Martínez
El Museo de la Pasión Boquense abrió las puertas al público
en general. Con una estética modernista, esa misma que viene imponiendo
el empresario Mauricio Macri desde su arribo al club que se deja
ver en la reconstrucción de la Bombonera y la realización
de un súper gimnasio en Casa Amarilla, el museo presenta
al visitante una interesante síntesis de la historia de la institución,
desde sus comienzos hasta el presente. Todas las camisetas que utilizó
Boca, una gran pared con más de 800 fotografías de los ídolos
de todos los tiempos, los trofeos más importantes, una ventana
desde donde se puede mirar la Bombonera misma y un espectáculo
visual sin precedentes en el país en el que los participantes
pueden sentir lo mismo que cualquier futbolista al salir a la cancha,
son algunos de los entretenimientos que ofrece este santuario del fútbol,
situado a escasos metros de Brandsen 805, donde está la entrada
principal al club.
Que los límites entre observar la historia o formar parte
de ella se diluyan, dice en alguna parte el tríptico que
a modo de guía se le entrega al visitante. Claro que, para ello,
éste debe abonar una entrada de siete pesos (los socios, los menores
y los jubilados abonan el 50 por ciento) y cumplir con una serie de recomendaciones
que incluyen no ingresar con bolsos ni comestibles que se pueden
dejar en un guardarropa, no fumar, o permitir la revisión
de su persona y pertenencias para evitar el acceso de artículos
no autorizados. El museo, que dispone de técnicas avanzadas
de exhibición, una gran variedad de recursos audiovisuales y sonoros,
trucos lumínicos y presentaciones interactivas, fue construido
por la empresa Museos Deportivos SA, que invirtió unos 3 millones
de dólares en su realización.
Una vez adentro de las instalaciones, el visitante puede deleitarse con
una pared repleta de fotografías (807) de todos los jugadores que
vistieron al menos por una vez los colores del club en partidos oficiales
de Primera División en la era profesional. Sobre la otra pared
del pasillo está el muro dedicado a los fundadores del club, y
debajo de sus nombres se irán colocando estrellas con los nombres
de los socios fundadores del museo, quienes podrán inscribir sus
nombres en una de las paredes de la Bombonera a cambio por doce cuotas
de 16 pesos o un pago de 160 pesos.
Enseguida se puede acceder al sector de las camisetas, que auspicia la
firma Nike. Allí se pueden ver los diversos modelos y su evolución
a lo largo del siglo, desde la casaca celeste o la blanca con líneas
negras hasta el modelo que utiliza el equipo en el presente torneo Clausura.
Uno de los puntos más llamativos del museo es el Geoestadio: se
trata de una pelota gigante donde funciona una sala audiovisual en la
que se proyecta una película, en una pantalla en 360 grados, que
permite al visitante sentir y escuchar lo mismo que viven los futbolistas
cuando salen a la cancha. En esta experiencia, con imágenes y sonidos
envolventes, los espectadores podrán sentirse parte de un equipo
de juveniles, estarán sentados en el banco de suplentes, saldrán
a la cancha, serán amonestados y hasta podrán anotar un
gol en la Bombonera.
Subiendo una rampa que circunda al Geostadio, se puede ver una postal
viviente del barrio de La Boca. Se trata de una maqueta que recrea la
vida barrial. Desde las puertas y ventanas de las casas se pueden ver,
en unos monitores camuflados, distintas situaciones de la vida cotidiana.
En la planta superior se encuentra la ventana desde donde se puede contemplar
la mismísima Bombonera, así como un espacio de informática
en el que se pueden consultar datos y estadísticas de la historia
del club. En ese piso está también el Salón de la
Estrellas, una sala de exposiciones temporales, que en este momento rinde
su homenaje al Boca de Carlos Bianchi, campeón de la Copa Libertadores
y de la Intercontinental. Hay, además, distintos monitores en los
que se pueden revivir los goles y los relatos de distintos momentos históricos.
Nuevamente en la planta baja, se accede a otro pasillo donde se exhiben
diferentes objetos de la historia del club, desde camisetas, libros de
actas, carnets, entradas, pelotas, los trofeos más importantes,
etcétera...
En ese sector del museo, en lo que sería una de las paredes del
salón dedicado a los ídolos donde se proyecta un espectáculo
audiovisual que reseña las hazañas de los jugadores más
significativos del club se encuentra el homenaje al máximo
astro del club, Diego Armando Maradona. Se trata de una imagen estampada
en una inmensa pared, identificada como el sector Genio y Figura.
Por último, en el sector denominado Los Campeonatos, se pueden
seguir a lo largo de una sucesión de más de 70 televisores
las distintas campañas del equipo, que podrán ser comparadas
con lo que en esos años sucedía en el país y en el
mundo.
A la salida, se encuentra el infaltable puestito para los recuerdos. Libros,
indumentaria, objetos artesanales y revistas, posters, fotografías
y hasta llaveros. ¿Los precios? Saladitos.
Prometí que llevaría al club a los primeros lugares
y lo encuentro entre los mejores del mundo, manifestó Macri
el día de la inauguración del Museo, que coincidió
con el 96º aniversario de la fundación del club. El empresario
agregó que la obra es la culminación del esfuerzo
de cinco años de actuación como presidente del club.
Boca tiene entonces su museo; los demás clubes podrán imitarlo
y por qué no superarlo. Este es el desafío.
Eso sí: quizás ni River ni ninguno de los otros clubes puedan
superar el comentario del sacerdote que el día de la inauguración
dio la bendición al salón. Dios con-Boca, dijo
el cura.
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