Domingo
Cavallo iniciará esta semana su segundo round con el Congreso.
No bien asumió, ganó el primero, cuando los legisladores
le otorgaron poderes especiales y aprobaron el impuesto a las transacciones
bancarias. Ahora, Súper Mingo va por el segundo triunfo. Tal como
adelantó Página/12, el ministro concurrirá, hoy mismo,
al Parlamento para convencer a diputados y senadores de que aprueben cuanto
antes la ley que flexibilizará la Convertibilidad, introduciendo
al euro como segundo soporte del peso argentino. La inclusión
de la moneda europea le dará mayor estabilidad al peso y mejorará
la competitividad argentina, defendió ayer Alfredo Castañón,
secretario de Legal y Administrativo del Ministerio de Economía.
La idea es repotenciar al peso, añadió, con
el objetivo de alejar a los fantasmas que presagian que la movida redundará
en una devaluación.
En el escaso período transcurrido desde que asumió, Cavallo
no sólo logró posicionarse en el centro de la escena política
sino que, además, y después de batallar durante un par de
semanas, pudo colocar en el eje del debate su proyecto para ir hacia una
canasta de monedas. Su caballito de batalla fue el hecho de que la Argentina
precisa ganar en competitividad y así venderle más a Europa,
desairar a los operadores internacionales que auguran una inminente salida
de la Convertibilidad y ponerse en la vereda de enfrente de quienes, como
Pedro Pou, impulsan la dolarización.
Justamente, en sus declaraciones radiales, Castañón aprovechó
para lanzarle un dardo envenenado al presidente del Banco Central. Hay
un margen de política monetaria al que Pou renunció porque
es partidario de la dolarización, disparó. Y agregó
que ir hacia la dolarización es hacer desaparecer la moneda
argentina y nuestra idea es no hacer desaparecer al peso sino fortalecer
la Convertibilidad. Las declaraciones de Castañón
se encuadran en la dura pelea que vienen manteniendo Cavallo y Pou en
torno de esta cuestión y que podría empezar a definirse
mañana mismo cuando vuelva a reunirse la comisión bicameral
que analiza el pedido de remoción del banquero menemista.
Mientras tanto, en el Congreso ya están esperando el proyecto de
ley anunciado anteayer por el propio Cavallo. El vicepresidente de la
Comisión de Hacienda de la Cámara baja, el justicialista
Oscar Lamberto, pidió acelerar los tiempos para que la iniciativa
se analizara en el Parlamento. Lo peor que puede ocurrir es que
se manosee el tema. No se puede estar en la incertidumbre mucho tiempo,
sobre todo por las expectativas que genera este tipo de cosas, reclamó.
En Economía confían en que el justicialismo apoyará
los cambios en la Convertibilidad. Castañón dijo que el
PJ no se opondrá al proyecto porque en su momento el justicialismo
respaldó el régimen actual. En una primera instancia, Lamberto
no cerró ninguna puerta. No hay que ser dogmático,
enfatizó el hombre que maneja los temas económicos entre
los diputados del PJ.
Según dijeron en el Palacio de Hacienda, la primera reunión
de Cavallo con los legisladores ocurrirá hoy, cuando se encuentre
con los titulares de los bloques del oficialismo: los diputados Darío
Alessandro y Horacio Pernasetti y el senador radical Jorge Agúndez.
En Economía estiman que el proyecto, de tan sólo dos artículos,
ingresará a la mesa de entradas del Congreso entre hoy y mañana.
En su cruzada por hacerle lugar al euro en la economía, la estrategia
de Cavallo incluye una rotunda desmentida de que ello implique una devaluación
del peso, al menos en el corto plazo. En principio porque el cambio ocurriría
recién cuando el euro se revalúe y cueste un dólar,
algo que no se espera suceda en el corto alcance. Los que dicen
que el ingreso del euro al régimen encubre una devaluación
son mentirosos, acusó Castañón. Ayer, uno de
los especialistas que opinó en ese sentido fue Abel Viglione, economista
jefe de FIEL.
Llega
la misión
Otra
tarea que deberá enfrentar Domingo Cavallo es la reprogramación
de las pautas fiscales con el Fondo Monetario. Hoy llegará
una nueva misión técnica del organismo, encabezada por
el chileno Tomás Raichmann, que se encargará de auditar
las cuentas públicas de primer trimestre. Entre enero y marzo,
el déficit fiscal se excedió en 1000 millones de dólares
(fue de unos 3100 millones), pero el FMI no bochará a Cavallo
y le permitirá prorratear ese exceso a lo largo del año.
La meta es que, durante todo el 2001, el rojo alcance los 6500 millones.
Para cumplir con este objetivo, Cavallo lanzó un impuestazo
a las operaciones bancarias. Los técnicos del Fondo deberán
definir si esto alcanza o, por el contrario, hará falta un
nuevo ajuste en el gasto público.
A diferencia de sus antecesores, Cavallo adelantó que no participará
de las reuniones con la misión técnica del FMI y que
le dejará esa tarea a sus colaboradores. De hecho, hoy el ministro
se entrevistará con legisladores y empresarios, y mañana
viaja rumbo a Londres. |
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