Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
KIOSCO12


EXCLUSIVO: UN INFORME DEL FMI CRITICA EL DESEMPEÑO DE LA AFIP
Los sabuesos perdieron el olfato

Página/12 accedió a un estudio del Fondo Monetario en donde se cuestiona a la AFIP. �No tiene un plan de fiscalización�, dice el informe. También afirma que la corrupción �es un problema serio� en la institución. Y que la tecnología quedó desactualizada.

Por Cledis Candelaresi

A través de un informe rotulado como “confidencial”, el Fondo Monetario Internacional cuestionó seriamente el funcionamiento de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) que, según asegura, “no tiene un plan de fiscalización” que permita controlar a los contribuyentes y combatir la evasión. En el documento, al que accedió Página/12, el FMI también advirtió sobre la necesidad de combatir la corrupción interna de la entidad y acusó a los bancos de no colaborar con los embargos de fondos que dispone la Justicia contra los morosos. Las críticas no sorprendieron al Gobierno.
El estudio titulado “Argentina: nuevos desafíos para profundizar la modernización de la Administración Tributaria” estuvo a cargo de John Crotty, Juan Toro, Benjamín Schütz y Luis Pedroche. Los técnicos trabajaron en base a los datos que les proporcionaron las propias autoridades de la AFIP y de la Jefatura de Gabinete, que redactó su propia propuesta para mejorar la eficiencia del organismo que centraliza a la DGI y a la Aduana (ver aparte).
Con ese bagaje informativo, los técnicos del organismo multilateral concluyeron que la AFIP adolece de un poder central fuerte que diseñe planes de control y evalúe su cumplimiento. Debido a un desafortunado diagrama de funciones que instrumentó el ex administrador Carlos Silvani, la Subdirección General de Fiscalización (que planifica el control) y la DGI (que supervisa) están separadas. Este hecho, “sumado a una mayor autonomía de las regiones, diluye la responsabilidad de la fiscalización”. Pero el FMI es aún más categórico cuando asegura que, directamente, “no existe un plan de fiscalización de la institución”. En gran medida, porque la tarea de planificar el control está en manos de las delegaciones regionales, con menos jerarquía que la DGI. Este debilitamiento institucional también degradó los controles internos que se encargan de verificar si las presentaciones son consistentes. En los últimos dos años, la cantidad de casos auditados disminuyó de 47 mil a sólo cerca de 13 mil.
Los hombres del Departamento de Finanzas del FMI identificaron como otra gran falencia de la AFIP su sistema informático, desactualizado y fragmentado en siete subsistemas inconexos. Esta desarticulación “reduce el potencial de control” y torna utópico cualquier cruce de información para cazar potenciales evasores, afirma el informe del Fondo. La principal red para controlar grandes contribuyentes es la “Dosmil”, que desde su instrumentación, en 1991, “no tuvo actualizaciones significativas”.
La corrupción es otra de las presuntas debilidades internas, tema que “ha sido denunciado como un problema serio en el organismo”, según destaca el trabajo. Aunque el equipo fondomonetarista no identifica las conductas objetables, da por ciertas algunas denuncias por irregularidades y recomienda la manera de recomponer la situación. Hay que “fortalecer las medidas de control interno y dar señales claras de sanción a conductas alejadas de la probidad”. Se deben “investigar los indicios de corrupción” y “despedir a las personas involucradas en esos casos”, insiste.
Finalmente, el Fondo también pone la mira sobre los bancos que, según subraya el documento, permiten a sus clientes retirar fondos a pesar de que éstos hayan sido embargados por tratarse de contribuyentes morosos. Para corregir esa deficiencia, el FMI aconseja “establecer un sistema de responsabilidad solidaria de las entidades bancarias que incumplan órdenes de embargo y articular un mecanismo que permita el acceso a la información de los saldos y movimientos en cuentas bancarias de deudores en etapa de cobranza coactiva”.
Según reconoció ante este diario una fuente de Economía, el Gobierno no desconoce que los bancos tienen como norma no impresa advertir a sus clientes cuando les llega una orden de embargo sobre los fondos, para que los extraigan antes que queden inmovilizados por la orden del fisco. Del mismo modo, también es parte de la rutina financiera no advertir al Estadocuando se reciben depósitos suculentos, aunque esté vigente la obligación de hacerlo en el caso de que éstos excedan los 10 mil pesos.
Al cometer esta transgresión, las entidades financieras se escudan en otra de las falencias del sistema de recaudación tributaria: la AFIP no les requiere regularmente información sobre sus depósitos.

Evitar a los periodistas

Por C. C.

Discreción. Bajo perfil. Con una transformación integral o sin ella, la Administración Federal de Ingresos Públicos debería abstenerse de aparecer en los medios de información tanto como sea posible. Al menos ésta es la recomendación que el Fondo reitera en varios pasajes de su documento, en algunos casos, como notas al pie, en otros, como párrafos del texto principal. “La aparición del administrador federal (y de la AFIP como institución) en los medios de prensa debería reservarse para la comunicación de resultados de la institución y para fortalecer la conciencia tributaria y modernización de la institución”, reitera el análisis fondomonetarista en varias páginas.
“Evitar la discusión pública de aspectos de la administración” es el primero de los consejos para “fortalecer” el organismo. Quizás por este criterio, el trabajo elevado a Chrystian Colombo fue distinguido con el sello de confidencial.

EL GOBIERNO COINCIDE CON EL FMI
Colombo ya lo sabía

Por C. C.

Lejos de caer en saco roto, las advertencias formuladas por el FMI están muy en sintonía con las críticas que la propia Jefatura de Gabinete formuló sobre el funcionamiento de la AFIP. Página/12 accedió al Plan Estratégico de la Administración Federal de Ingresos Públicos, donde la propia Jefatura considera a la evasión como “uno de los problemas básicos de la sociedad argentina”. Aunque, al mismo tiempo, reconoce que la mayor debilidad del organismo bajo su órbita es no tener, siquiera, “un plan de fiscalización de amplia cobertura”.
La reestructuración de la AFIP es uno de los capítulos más sustanciosos de la reforma del Estado que preveía encarar el Gobierno antes que en Economía recalase Domingo Cavallo. Con aquel afán, Chrystian Colombo encaró un estudio sobre el organismo recaudador, donde se reconocen a “la evasión, el contrabando y el fraude tributario” como “los problemas focales a resolver”.
El diagnóstico es claro y casi idéntico al que realiza el Fondo. El actual organigrama diluye la responsabilidad de fiscalización; no existe un plan integral para realizarla; los sistemas informáticos están desactualizados; no se centraliza el control en las áreas con más riesgo de incumplimiento y los cruces de información son parciales: “no se cruza, por ejemplo, la última declaración de Bienes Personales con la anterior para establecer si hay coherencia entre ambas”.
Una prueba de la frágil fiscalización es el hecho de que, según subraya el análisis oficial, el 96 por ciento de los contribuyentes –que representa el 13 por ciento de la recaudación– no es objeto de un control sistemático y continuado”.
Los cuestionamientos también incluyen a la Aduana, que “carece de un sistema completo de inteligencia que sirva de soporte a la fiscalización y a la detección de ilícitos”.
A partir de este cuadro de situación, los técnicos oficiales subrayan que la prioridad de la AFIP debe ser combatir la evasión, “objetivo estratégico que debe ser aprobado políticamente”. Este solo hecho ayudaría a que la recaudación creciera porque aumentaría el “riesgo subjetivo” de los contribuyentes. Teniendo en cuenta que se trata de un documento oficial, esa recomendación podría considerarse casi como un mea culpa: aunque elípticamente el informe admite que, en la actualidad, el foco de la AFIP no está puesto en corregir sus vicios operativos con miras a erradicar la evasión.

 

PRINCIPAL