Ayer,
mientras los fieles de distintas confesiones cristianas celebraban en
Israel como podían la Pascua y el Papa desde Roma auguraba que
la paz era posible aun en Tierra Santa, el premier israelí
Ariel Sharon desmentía que su gobierno no tendiera la mano
a la verdadera paz con los palestinos. Pero al mismo tiempo enfatizaba
que Jerusalén es la capital única e indivisible
de Israel. Sobre el fondo pascual y declaratorio, la violencia continuaba,
con explosiones en Cisjordania. Y a medianoche, aviones israelíes
destruyeron una estación de radar siria en Líbano, a 45
kilómetros de Beirut.
Sharon hizo sus declaraciones en un discurso que pronunció en la
ciudad portuaria de Ashkelon, en el marco de una visita oficial a la región.
En tanto, una bomba explotó en un puesto de control entre la ciudad
autónoma palestina de Kalkilia y la ciudad israelí de Kfar
Saba sin causar heridos, informó la emisora Radio Israel. En la
misma ciudad habían explotado el sábado dos bombas de similares
características, dejando herido a un israelí de 70 años.
El grupo palestino Mártires de la Intifada de Al Aqsa se confesó
ayer autor de una de las detonaciones, mientras que Hamas prometía
un centenar de atentados kamikazes en el interior de Israel.
Sharon explicó ayer que actualmente era imposible llegar a un acuerdo
amplio y que en lugar de ello aspiraba a una solución gradual,
posición que los palestinos rechazan de plano. Pese a la violencia,
prosiguen las reuniones secretas a alto nivel en un intento de encontrar
el secreto del fin de los enfrentamientos, según informó
ayer la prensa israelí. El ministro de Relaciones Exteriores israelí,
Shimon Peres, se reunió recientemente con el presidente del Consejo
Legislativo Palestino (PLC), Ahmed Qrei, en conversaciones que buscan
resucitar el proceso de paz.
El diario israelí Haaretz señaló ayer que el hijo
de Sharon, Omri, se entrevistó en secreto el miércoles pasado
con Arafat por segunda vez, pero no se difundieron detalles de la conversación.
Estos encuentros filiales, sin embargo, parecen carecer ya de futuro.
El asesor jurídico del Gobierno israelí, Eliakim Rubinstein,
prohibió ayer a Sharon que utilizara a Omri como enviado especial
frente a los palestinos o para cualquier asunto de Estado.
Por primera vez desde 1996, la aviación israelí hizo en
la medianoche de ayer un vuelo de represalia en el interior del Líbano,
para destruir una estación de radar siria. Según fuentes
israelíes, el objetivo era castigar los ataques de la guerrilla
shiita de Hezbollah que opera desde territorio libanés. Dos soldados
sirios fueron declarados muertos y hubo más de cincno heridos
Hoy se reunirán expertos en seguridad israelíes y palestinos
para continuar las conversaciones. Pero el jefe de Inteligencia palestino,
Mohammed Dahlan, acusó ayer a Israel de haber destruido
la cooperación en materia de seguridad entre ambas partes.
|