Por
Adriana Meyer
La
foto de Carlos Menem subiendo las escalinatas de Comodoro Py para declarar
como sospechoso hasta ahora sólo posible en la fantasía
de algún reportero gráfico tras una extenuante guardia en
los tribunales federales podría concretarse como símbolo
del fin de una época. Y el entonces y actual ministro de Economía
Domingo Cavallo podría seguir el mismo camino. Este diario pudo
saber que el juez Jorge Urso, que investiga la venta ilegal de armas a
Croacia y Ecuador, los convocará salvo que surja un impedimento
que hoy no existe. Un alto funcionario judicial aseguró a Página/12
que ante las acusaciones públicas que cruzaron los ex funcionarios
imputados durante los últimos días, estaría
dado el estado de sospecha necesario como para llamarlos en condición
de imputados a fin de que hagan su descargo.
La convocatoria a Menem y Cavallo no sería inmediata, sino que
se produciría recién antes de que el juez Urso eleve la
causa a juicio oral y público. Así se revierte la tendencia
según la que Menem y Cavallo iban a quedar excluidos de la asociación
ilícita que, según la Cámara Federal, existió
en este caso.
Todo se precipitó cuando el ex interventor de Fabricaciones Militares,
Luis Sarlenga, incriminó al ex cuñado de Menem Emir Yoma.
En realidad, una semana antes la sala II de la Cámara Federal había
trazado el camino cuando afirmó que el origen de las maniobras
(...) habría partido desde niveles superiores del Estado,
ordenó a Urso interrogar a todos los imputados por asociación
ilícita e indicó que había que profundizar la investigación
sobre la ruta del dinero, en la que Yoma tendría un papel protagónico.
A partir de entonces se produjo la detención del empresario riojano
y cundió el nerviosismo entre los menemistas.
Mientras, la impaciencia de Emir fue creciendo. Cuando Menem lo visitó
en su celda del Escuadrón Buenos Aires se encontró con un
enérgico pedido de auxilio. ¡Sacame de acá!,
le gritó. Su entorno prefirió minimizar la inquietud que
le produce un eventual ataque de verborragia de Emir, similar al que padeció
Sarlenga. Pero sigue latente, y la ampliación de indagatoria aumenta
la ansiedad.
Los escalofríos empezaron con las declaraciones de ex funcionarios:
u Tienen que declarar todos los que somos partícipes de la
firma del decreto, imploró el ex ministro de Defensa Oscar
Camilión el jueves 12 al enterarse que el juez en lo penal económico
Julio Speroni lo llamó a indagatoria por contrabando calificado
de armas y pólvora a Croacia, y que podría ir preso. Se
refería a Menem, que solía presentarlo como hermano
y amigo, y a Cavallo, los dos firmantes hasta ahora intocables.
u Cuando Emir Yoma hablaba o actuaba lo hacía siguiendo precisas
instrucciones de (Carlos) Menem, aseguró Cavallo en el programa
Hora Clave. Aunque señaló al traficante de armas sirio Monzer
Al Kassar como la presunta cabeza de la organización criminal,
el superministro recomendó a la Justicia que cite a Menem
y no a Yoma porque Yoma es Menem.
u Esteban Caselli me dijo que fue el propio Menem quien ordenó
mantener a Sarlenga en su puesto (en Fabricaciones Militares), refirió
Camilión. Caselli, ahora secretario del gobernador Carlos Ruckauf,
siempre lo había desmentido. Esta vez no.
u Son responsables todos los ministros que firmaron los decretos,
escribió el ex jefe del Ejército Martín Balza. Y
agregó que la Aduana y el sistema de cobros de reintegros
por exportaciones dependían de Cavallo.
Los allegados al magistrado confiaban que Urso siente que tiene
que ser cauteloso porque Cavallo es el actual conductor de la economía
y cualquier decisión que lo involucre podría tener repercusión,
por ejemplo, en los mercados. Y, además, Sarlenga dejó
salvados a Menem y a Cavallo en su confesión, a la que los investigadores
dieron especial validez. Pero ahora, los dichos de Camilión, Caselli,
Balza, Cavallo y Erman González modificaron el escenario. Es
que pudo haber habido más de un jefe u organizadores, e incluso
uno acá y otro en el exterior, comentó a este diario
otro funcionario judicial consultado.
El abogado Ricardo Monner Sans, denunciante del caso, insistió
durante años con la necesidad de que Menem y Cavallo fuesen indagados.
Y según había explicado a Página/12 uno de los investigadores,
el ministerio de Economía debía ocuparse de las cartas de
crédito, la posición arancelaria y aduanera. Ellos
tocaron sólo en la puerta de salida, indicó la fuente.
En el expediente de la venta de armas, Menem declaró como testigo
por escrito y Cavallo hizo lo mismo en dos oportunidades. Cuando era diputado,
Cavallo se presentó ante la Justicia porque interpretaba que los
fueros no lo protegían de una declaración indagatoria. ¿Qué
hará ahora que es ministro y rige una nueva ley de fueros? Se
toma un taxi y viene, bromeaba ayer uno de sus colaboradores. En
cuanto a Menem, el miércoles último pidió que no
lo abandonasen y habló de traiciones. Quizás
ya era demasiado tarde para tales ruegos.
UN
PEDIDO DEL FISCAL STORNELLI QUE EL JUEZ URSO PODRIA ACEPTAR
Emir
Yoma, a proceso como organizador
Por
Eduardo Tagliaferro
Acusándolo
de ser organizador de la asociación ilícita
que facilitó la venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador, el fiscal
federal Carlos Stornelli reclamó ayer la prisión preventiva
y el procesamiento de Emir Yoma. Detenido luego de la confesión
del ex interventor en Fabricaciones Militares Luis Sarlenga, la situación
procesal del ex cuñado de Carlos Menem se complicó luego
de que su ex secretaria Lourdes Di Natale ratificara que el abogado Mariano
Cúneo Libarona, ex pareja suya, le habría dicho: Tu
jefe está detrás del tema de las armas.
En un dictamen de 36 fojas, terminado en las últimas horas del
viernes de Semana Santa, Stornelli anuda el testimonio de Sarlenga a distintos
elementos probatorios que se encuentran en los 80 cuerpos que hoy tiene
el expediente judicial.
Es el primer relato en el que se escucha la confesión de
uno de los principales involucrados en los hechos, dijo el fiscal
refiriéndose a la declaración de Sarlenga, antes de ingresar
a los tribunales federales de Comodoro Py. La exposición de Sarlenga
fue, para la fiscalía, un hilo conductor en el que se fueron engarzando
anteriores testimonios, como el de Di Natale, y otros elementos probatorios
que se encuentran en los 80 cuerpos que hoy conforman la investigación.
Algunas de estas pruebas fueron detalladas por Stornelli en los fundamentos
de su pedido de procesamiento.
Este diario pudo saber que antes de definir la situación procesal
de Emir, el juez federal Jorge Urso escuchará esta semana una ampliación
indagatoria del ex asesor presidencial, un paso obligado por las novedades
en la causa. Luego de ese testimonio, Yoma continuará sus días
en prisión, ya que es muy probable que el magistrado haga lugar
a la solicitud fiscal y decida su procesamiento.
Si bien los fundamentos de la fiscalía valoran varios elementos
de prueba, lo cierto es que luego de las declaraciones de Sarlenga todo
el expediente es visto de otra manera. No es descabellado pensar que incluso
se tomen nuevas medidas de instrucción tendientes a sumar evidencias
que ratifiquen los cargos contra Emir Yoma. Entre ellos el seguimiento
de los contactos telefónicos y personales del ex cuñado
de Menem con los principales involucrados en el expediente judicial.
Para los investigadores, esta pesquisa no solo reforzará los cargos
contra el titular de la curtiembre riojana sino que también conducirá
a un camino que irremediablemente recalará en Menem.
Por más pruebas que ratifiquen que Emir Yoma es el organizador
de la asociación, es inadmisible que ese sea el techo de la causa,
dijo a este diario un funcionario con acceso a la instrucción judicial.
La frase explica, por si sola, la preocupación puesta de manifiesto
por el menemismo a partir de la detención del ex cuñado
de Menem y ratifica lo endeble del discurso esgrimido por Cúneo
Libarona para desvincular a su cliente.
Desde La Rioja, el senador Eduardo Menem insistió en desvincular
a su hermano de la asociación ilícita que pergeñó
la maniobra capaz de derivar las armas, que según los decretos
presidenciales estaban destinados a Venezuela y Panamá, hacia Ecuador
y Croacia. No tiene ninguna responsabilidad en este tema,
dijo el senador riojano. Incluso fue un paso más allá y
aventuró la existencia de un manejo de la prensa para
imputar a su hermano.
Otros menemistas imaginan inverosímiles movidas judiciales para
favorecer al Jefe. En este punto se inscribe la insistencia en señalar
al comerciante de armas Monzer Al Kassar como principal responsable del
affaire. En los tribunales federales reconocían ayer lo inconsistente
del argumento ya que la existencia de un organizador internacional
no descarta la posible presencia de otros jefes locales. En verdad si
es ilusorio pensar que un gabinete completo, reparticiones del Ejército
y funcionarios de la fábrica estatal de armamento pueden responder
almandato de Emir Yoma, que no era funcionario público, más
rudimentario lo es que estos obedezcan a las llamadas internacionales
de un traficante que tenía por toda virtud el manejo de un español
básico y el ingreso al despacho de Carlos Menem.
Un
favor para el tío Emir
Yo
no sé nada, sólo estaba ahí para hacerle un favor
a mi tío, admitió ayer ante la Justicia el sobrino
de Emir Yoma. Mohammed Yalal Nacrach (foto) era presidente de la empresa
Elthan Trading, con sede en Uruguay, señalada como pantalla
para el movimiento del dinero negro de la maniobra. Al salir de los
tribunales federales insistió en la inocencia de su pariente
y sostuvo que todos los familiares esperamos que este mal momento
termine lo antes posible. Tras interrogar a Nacrach, el juez
federal Jorge Urso esperó en vano al presidente del Banco Central
Pedro Pou quien debía presentarse para declarar por la demora
en la entrega de un informe sobre el lavado de dinero en este caso.
Pero el funcionario estaba más preocupado por mantenerse en
su sillón y llamó al juzgado para pedir una postergación
de la medida. Hoy el juez recibirá a la diputada frepasista
Graciela Ocaña, que le entregará documentación
referida a la curtiembre Yoma y a su accionista mayoritaria, Elthan
Trading. Los documentos muestran sospechosos aportes de capital
hechos a Yoma SA donde no se aclara procedencia y con fechas coincidentes
a los últimos envíos de armas a Croacia y Ecuador,
adelantó la legisladora. Ocaña posee el acta constitutiva
de la empresa donde describe que se creó con un capital social
de 5 mil pesos, pero hasta diciembre de 1996 sólo se habían
integrado 2500. Es decir que Elthan le envió a Yoma más
de 30 millones contando con un capital de 2500 pesos, explicó. |
¿PODRA
IR PRESO MENEM?
Un
juego con final abierto
El
sentido común, la historia sugieren lo contrario. Pero nadie tiene garantizada
la impunidad. Por qué perdieron poder los poderosos.
Por
Mario Wainfeld
¿Lo
van a citar a Emir Yoma? ¿Y ahora que lo citaron lo van a procesar?
¿Quedará preso? ¿Lo van a indagar a Carlos Menem?
¿Y a Domingo Cavallo? ¿Y si los indagan, los dejarán
adentro? ¿Y si la causa avanza, los condenarán? Las preguntas
brotan de dos clases bien diferentes de personas: a) gente del común,
que propende a creer que no va a pasar nada, y b) integrantes de la élite
política, que advierten que la bola de nieve crece y propenden
a creer que la situación es ingobernable. Dentro de éstos,
los menemistas aún existentes se muestran francamente preocupados.
La gente
del común sospecha con cierta lógica que la
impunidad que floreció durante añares va a perdurar. Que
a estos efectos, como a tantos otros, el gobierno aliancista es la continuidad
del menemista con otros modales. Que los lazos amicales o de negocios
entre políticos enriquecidos de la noche a la mañana y jueces
enriquecidos de la noche a la mañana harán que todo lo que
ya sucedió vuelva a suceder, que nada cambie.
La impunidad viene desde el fondo de nuestra historia. Ya lo dijo el Viejo
Vizcacha, hay que hacerse amigo del juez, lo demás viene por añadidura.
Valga recordar que el menemismo, para garantizarse palenque ande
ir a rascarse, perfeccionó el consejo vizcachista, dándolo
vuelta: hizo jueces a los amigos. Así razonan el kiosquero de la
esquina y mi prima la pelirroja con la densa escéptica, por
lo común sarcástica sabiduría hija de haber
vivido en las calles y haberse acodado en los estaños.
Aquellos que son lectores atentos de los diarios añaden datos más
que consistentes. ¿Jorge Urso no es uno de los jueces de la servilleta?
¿Cavallo no es la pieza central del oficialismo? ¿El ministro
de Justicia no es hermano del Presidente? ¿No están José
Luis Manzano, Enrique Coti Nosiglia, Carlos Corach poniendo
al rojo vivo sus celulares hablando con Dios y María Santísima?
¿Acaso no se han prolongado hasta el absurdo todas las causas judiciales
que investigan delitos de estado, IBM-Nación, venta ilegal de armas,
atentados contra la Embajada de Israel y la AMIA? La incredulidad no es
banal, ni perversa, ni desinformada.
Sin embargo... Sin embargo, quienes están más cerca de la
corporación política husmean que no todo está atado
y definido. Las viejas lealtades, los lazos mafiosos o políticos,
los pactos de silencio se debilitan no como consecuencia de exóticos
fenómenos psicológicos sino por el cambio de las condiciones
sociales y políticas. Por los límites impuestos al autoritarismo
por el funcionamiento (aunque imperfecto y zigzagueante) de las instituciones
democráticas y de la sociedad civil.
El menemismo, desplazado del Ejecutivo por el voto popular, tiene obviamente
menos poder que diez o cinco años atrás. Aun cuando tenía
poder por mejor decir, cuando abusaba de él y lo ejercía
contra legem hizo bastantes barbaridades pero no pudo lograr total
impunidad. Pese a sus esfuerzos no pudo dominar a todos los jueces, por
ejemplo a la Sala II de la Cámara Federal. No logró acallar
a la prensa ni impedir investigaciones que probaron -desde hace rato
la existencia de venta ilegal de armamento, de decretos viciados por falsedad
ideológica. Tampoco consiguió que este expediente (ni los
mencionados precedentemente) tuviera sentencia definitiva absolutoria.
Jugó más bien a perpetuar estas causas, esperando que se
perdieran las pruebas, se olvidaran los enconos, que el tiempo jugaría
a favor. Pusieron sus fichas al olvido, a que un escándalo tapara
al otro. También a la perpetuación, vía re-reelección.
O a pactos de con(v)(n)ivencia con la Alianza.
Tal como les aconteció a los genocidas de las Fuerzas Armadas,
el tiempo jugó contra los corruptos que buscaron impunidad. La
repulsa social a sus movidas creció, antes que disminuyó.
Excede el alcance de esta columna (quizá de este columnista) explicar
por qué en pocas palabras, pero es dable suponer que en algún
momento el vizcachista proverbio roban perohacen era una suerte
de elogio a la administración menemista. Elogio que incluía
un proyecto de indulto social: se creía valioso lo que hacían.
Ahora, con un saldo más decantado de lo que hicieron -desempleo,
marginalidad creciente, abismo entre los más ricos y los más
pobres, desintegración social hay menos paciencia. Hace diez
años unos cuantos admitían, diciéndolo o no, que
la corrupción de la carpa era el (admisible si no bajo) precio
de la estabilidad. Hoy tienden a percibir que es una de las causas de
la malaria social y económica.
La bronca colectiva creció. Los contrapoderes periodismo
y jueces independientes se mantuvieron vivos. Los jueces de la servilleta
fueron renunciando para evitar juicios políticos o fueron removidos
o volvieron a la profesión libre. En cualquier caso, saben que
sus padrinos políticos no tienen tantas jinetas como ayer.
El cambio de conducta del juez Urso alude innegablemente a los dos sosegates
que le dio la Cámara, a la necesidad de conservar un mínimo
prestigio, a los escasos márgenes que le permiten el control judicial
y mediático. Luis Sarlenga rompe el silencio de años en
parte por una chapucería de sus ex compañeros que lo libran
a su propia suerte, pero más porque Urso hace lo que le impone
el tablero actual. Erman González y Oscar Camilión se defienden
atacando porque perciben que se ha roto la solidaridad entre ex compañeros
de gobierno. Los pactos preexistentes entran en crisis porque cambió
el medio ambiente sociopolítico.
La gente del común cree que todo está arreglado, como siempre.
Que todas las cartas están marcadas. Quienes están más
cerca de los acontecimientos y de los protagonistas saben que hay cartas
marcadas, jugadores astutos y hasta pesados, pero que la actual situación
es fluida y que es posible -no seguro, pero posible que pasen cosas
que jamás pasaron. Mi prima la pelirroja cree que todos saldrán
impunes y tal vez tenga razón. Pero valga señalar que hace
un mes no creía que Sarlenga se quebraría, que Emir iría
a la cárcel, que Erman hablaría lo que habló la semana
pasada. El sentido común induce a imaginar lo contrario, pero el
juego está abierto y tal vez pueda pasar lo que nunca pasó.
Sólo tal vez, dirá el escéptico. Nada
menos que tal vez sería más preciso.
Por lo pronto, el juez ya tomó la decisión de convocar al
ex presidente a tribunales, a serMenem será indagado como sospechoso.
Y también deberá hacer lo propio el superministro. Todo
esto ocurre porque es difícil conseguir impunidad perpetua en un
sistema democrático imperfecto pero con actores atentos, activos,
hasta jacobinos, como es el argentino.
Si el juez finalmente cita a Carlos Menem a Comodoro Py, será de
por sí un hito histórico. Puede que todo termine ahí.
Puede que no. El final, abierto, no depende solo de él, sus operadores
y sus abogados. Hay otros (contra)poderes en juego, que pesan. Aunque
usted, lector que está terminando esta nota, siga creyendo con
buenos basamentos históricos que Carlos Menem es intocable
por la Justicia de los hombres.
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