Una
caída en las acciones en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires y
un aumento en el riesgo país y en las tasas interbancarias constituyeron
ayer la respuesta de los mercados financieros al anuncio del ministro
de Economía, Domingo Cavallo, del envío al Congreso del
anteproyecto por el cual se reemplaza al dólar por una canasta
de dos monedas como paridad cambiaria de la convertibilidad. La noticia
también inquietó a los mercados brasileños, donde
se registró una caída bursátil y un salto a nivel
record del dólar, que cotizó al borde de los 2,20 reales
por unidad. No se preocupen por lo que pasa en los mercados,
advirtió Cavallo ayer a los empresarios, y posteriormente calificó
de miopes a los especuladores del exterior que no creen en
el futuro de la Argentina. Por ahora, el ministro pretende darle la espalda
al mercado, mientras éste hace lo propio con el ministro.
El sensible mercado del call préstamos interbancarios
por pocos días saltó ayer al 23 por ciento anual,
alcanzando al 28 por ciento para tomadores de menor rango. A la incertidumbre
sobre las variaciones cambiarias, se sumaron durante la tarde las versiones
sobre la renuncia del presidente del Banco Central, Pedro Pou, luego desmentidas.
Como suele ser habitual, lo que es bien visto por el resto del espectro
político y social, los mercados lo perciben exactamente al revés:
como una mala noticia.
Es cierto que hay miopes en el exterior que no ven que la Argentina
no buscará plata cara, pero les estamos aproximando los anteojos
para que apuesten por el país, lo que creo que pasará en
los próximos días, ironizó y aventuró,
a la vez, Cavallo. El ministro haría mañana uno de sus ahora
habituales viajes relámpago, esta vez a San Pablo, para buscar
calmar a inversionistas y operadores inquietos por la posibilidad de una
devaluación encubierta. Días atrás, el propio Cavallo
se había referido al socio principal del Mercosur como el país
de origen de un ataque especulativo contra el peso, lo cual le resta posibilidades
a una recepción calurosa.
Precisamente, la plaza de San Pablo resultó ayer la más
castigada por el nerviosismo provocado por las noticias que se originaban
en Buenos Aires. El valor del dólar trepó a 2,196 reales
en casas de cambio y a 2,26 en el paralelo. Bancos y empresas endeudados
en dólares fueron los protagonistas de una corrida hacia la moneda
estadounidense, en previsión a la posibilidad de un agravamiento
de la crisis en Argentina, señalaron analistas paulistas. El índice
principal de la bolsa registró un retroceso del 3,5 por ciento.
En tanto, la incertidumbre retrajo los negocios en la bolsa porteña,
donde sólo se operó por 8,2 millones de pesos. El índice
de acciones líderes, el Merval, sufrió un retroceso del
2,6 por ciento, y el panel general cayó el 0,79 por ciento. El
riesgo país subió un escalón de 39 puntos, alcanzando
a 896 puntos básicos (casi 9 puntos de interés por encima
de los bonos del Tesoro estadounidense). En Nueva York, por otra parte,
tanto los bonos de la deuda argentina como los brasileños experimentaron
ayer la mayor declinación de las últimas tres semanas. El
FRB argentino perdió un 2,4 por ciento mientras que el bono C
de Brasil bajó 1,2 por ciento.
Pablo Goldberg, economista de Merril Lynch, resumió el sentimiento
de los operadores de Wall Street. La inclusión del euro en
la convertibilidad va a caer mal, no porque se piense que van a devaluar,
sino porque se preguntarán por qué esto, por qué
ahora, cuáles van a ser sus efectos, y esto implica volatilidad,
que siempre se paga.
Ignorancia
del FMI
Daniel
Marx y Jorge Baldrich, secretarios de Finanzas y de Hacienda, fueron
los encargados ayer de atender a la misión del FMI, encabezada
por Tomás Raichmann, que llegó para monitorear el (in)cumplimiento
de las metas presupuestarias. ¿Está la misión
del Fondo, Daniel?, preguntó haciéndose el desentendido
Domingo Cavallo en conferencia de prensa, para señalar que
los visitantes sólo serán atendidos a nivel técnico.
De todos modos, Marx debió ocupar la mayor parte de la primera
reunión con los veedores en explicar los alcances del cambio
del régimen de paridad y cómo espera cumplir la conducción
económica con la meta de 6500 millones de pesos de déficit
anual, con el auxilio del impuesto a las transacciones financieras.
Los funcionarios del FMI manifestaron su ignorancia sobre los
motivos de nuestra propuesta monetaria, señaló
Baldrich ante la prensa, cuando ratificó además el recorte
de 300 millones de pesos en los gastos que se espera obtener del rediseño
de las cuentas de los ministerios de Desarrollo Social, Salud, Interior
y Economía y en la Anses. |
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