Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
KIOSCO12


¿Qué busca Cavallo con la canasta de monedas?

Enterrar la dolarización y remontar la mala imagen de un régimen de tipo de cambio fijo. Intenta así atraer capitales para sostener la Convertibilidad.

Por Alfredo Zaiat

La Convertibilidad como se conoce y como se redefinirá a partir de ahora sólo puede sobrevivir si la economía que adoptó ese estricto régimen cambiario recibe incesantes ingresos de capitales. Esos fondos sirven para financiar los desequilibrios gemelos, el fiscal y el de las cuentas externas, que la inmovilidad de la paridad cambiaria van generando. Desde la caída en desgracia de los mercados emergentes en 1997, con la cesación de pagos ruso y el consiguiente descrédito en que cayeron los sistemas de tipo de cambio fijo en el consenso de los inversores internacionales, la economía argentina se quedó sin el pulmotor del ingreso de capitales. Los inversores directos en proyectos productivos cerraron sus carpetas de Argentina. Y los inversores especulativos redujeron sus carteras de bonos y acciones locales a niveles mínimos. Así, la economía se sumergió en una crisis de deflación-recesión-depresión de proporciones que el fiscalismo ortodoxo sólo profundizó. Ante ese escenario de sequía de capitales para seguir alimentado a una economía convertible endeudada, Domingo Cavallo sale nuevamente a seducir a los dueños del dinero. ¿Qué tiene que ver todo esto con la canasta de monedas? ¿Por qué Cavallo anuncia ahora una futura incorporación del euro al dólar para fijar la paridad del peso? Porque es el último intento para mantener la Convertibilidad y evitar que estalle con una devaluación descontrolada o se hunda a la economía en una vía de no retorno como la dolarización.
La discusión sobre el futuro de la paridad del peso resulta irrelevante en estos momentos. Polemizar si habrá devaluación o revaluación de la moneda con una canasta por mitades de euro y de dólar, o si llegará pronto o no el euro a valer un dólar no tiene ningún sentido en el presente escenario económico. Lo que está buscando Cavallo con esta movida es conseguir que Argentina vuelva al mapa de los inversores, tantos directos como especulativos. Y de ese modo poder conseguir que la economía pueda empezar un crecimiento sostenido, puesto que sólo así se sostiene el régimen de Convertibilidad como se conoce y como continuará.
Para lograr ese objetivo, Cavallo apeló a una inesperada jugada que desorienta a los economistas sabelotodo de la city, pero que en realidad es otro de sus espejitos de colores que apunta a otra dirección de la que la mayoría está empecinada en observar. No se trata de la paridad cambiaria, que mucho no se modificará en esa futura y ¿lejana? cesta de monedas, sino que Cavallo se dirige a otros dos blancos.
Dolarización. El proyecto de Cavallo sale al cruce definitivo del proyecto menemista de eliminar el peso como moneda para reemplazarla por el dólar. Si bien el Gobierno ha insistido en el rechazo de la dolarización, ante cada una de las crisis que enfrentó los abanderados de ese proyecto volvían al ataque. Con Pedro Pou, al frente del Banco Central, como fuerza de choque, los sectores económicos más concentrados, bancos internacionales, privatizadas y grupos multinacionales, presionaban por la dolarización para asegurar sus abultadas rentas en sus áreas de negocios. La canasta de monedas clausura, por ahora, ese debate. Y además permite desandar el camino de dolarización creciente del sistema financiero alentado por Pou. En esa dirección va la modificación de uno de los artículos de la Carta Orgánica del BC que adelantó ayer Cavallo.
Tipo de cambio fijo. Los regímenes cambiarios inflexibles han perdido reputación en los mercados internacionales. Lo que antes era evaluado como un elemento a favor (basta recordar que Cavallo fue convocado a Rusia para instrumentar la Convertibilidad cuando esa economía se derrumbó), ahora es visto como la peor de las políticas si el objetivo es el crecimiento. La flotación del tipo de cambio ha ganado popularidad y es visto como la mejor estrategia para que las economías globalizadas puedan adaptarse en forma dinámica a los sucesivos nuevos escenarios que se van presentando. Argentina quedó fuera del interés de los inversores, con una Convertibilidad que ya cumplió diez años y rodeada de países que en losúltimos cuatro años han devaluado mejorando su posición relativa de competitividad. Con la canasta, Cavallo sale a vender que ahora Argentina tiene un régimen cambiario más flexible para volverla así atractiva ya sin el anzuelo de las privatizaciones.
Ahora bien, qué ése sea el objetivo de Cavallo no significa que vaya a lograrlo. El régimen cambiario seguirá siendo bastante rígido, no tanto como ahora, pero lo suficiente como para que la economía siga retrasándose respecto a otras con sistemas más flexibles. El plan de competitividad podrá en el mejor de los casos compensar la actual sobrevaluación del peso. Pero el mundo seguirá andando, otras monedas devaluándose y otras economías ganando productividad con esquemas más dúctiles.
El espejito que muestra Cavallo ahora es una convertibilidad con dos monedas, con pequeñas variaciones eventuales de esa nueva paridad, que forzará igualmente a que la economía tenga que ajustar para bajar costos y ser competitivo con la veda de la vía cambiaria. La clave seguirá siendo, entonces, que la economía necesitará tener una productividad tan elevada para evitar presiones de devaluación para equilibrar la economía con déficit gemelos, virtud que hasta ahora no ha mostrado y no hay señales de que pueda mostrarla. Otros países, como Brasil por ejemplo, tiene un tipo de cambio flotante que lo ayuda en esa misión. Argentina, por ahora no. En una de esas, la canasta con el euro y el dólar es el primer paso para ir acostumbrando a la gente a una futura flotación esta vez sí libre del tipo de cambio.

 

 

PRINCIPAL