Por
Maximiliano Montenegro
Anoche
el presidente Fernando de la Rúa firmó el proyecto de ley
que modifica la Convertibilidad para atar el peso a una canasta de monedas
integrada mitad por dólar y mitad por euro. Y hoy mismo ingresará
al Congreso por la Cámara de Diputados. En la práctica significa
que, una vez implementada la canasta, la regla intocable durante la última
década, 1 peso igual 1 dólar, ya no será más
válida y que la cotización de dólar fluctuaría
de acuerdo a las variaciones cambiarias con el euro. No tengan ningún
temor, incluso si en los próximos días tienen que endeudarse
en dólares, aconsejó Domingo Cavallo, y dijo que aun
si el peso se devaluara respecto del dólar, las tasas de interés
de los créditos hipotecarios bajarían tanto que compensarían
el impacto negativo sobre el bolsillo de los deudores. Con una propuesta
como ésta los argentinos sólo podemos ganar, nadie va a
perder, prometió. Sin embargo, la incertidumbre que pesará
sobre los que adeudan en dólares y perciben ingresos en pesos es
el punto más controvertido de la iniciativa.
El proyecto consta de un solo artículo que establece que
cuando euro alcance la paridad con el dólar, el peso será
convertible a razón del promedio simple de 1 dólar y 1 euro,
explicó ayer Cavallo, que parece dispuesto a batir el récord
semanal de conferencias de prensa. En la actualidad, con 1 euro se compran
0,89 centavos de dólar y, por lo tanto, sólo recién
cuando el euro se revalúe hasta valer 1 dólar se pondría
en marcha la canasta en Argentina. El ministro se negó ayer a revelar
cuándo considera que ello podría ocurrir. No hago
predicciones, no soy ni pronosticador. Puede ocurrir en los próximos
meses, en un año, dos o tres, sostuvo. Yo sé
cuándo va a pasar, pero no lo voy a decir, agregó,
enigmático, mientras se le dibujaba una sonrisa. Según los
consultores, no hay forma de saber cuándo se alcanzará la
paridad euro/dólar: algunos arriesgan en los próximos meses,
en tanto otros hablan de un plazo superior a los dos años.
Hacia el futuro vamos a tener una moneda mejor, más estable,
aseguró Cavallo, y dijo que el Congreso podrá modificar
el régimen monetario sin que haya ningún sobresalto ni riesgo
de devaluación. De acuerdo al proyecto, cada peso en circulación
será respaldado mitad en dólares y mitad en euros, por lo
que las reservas en poder del Banco Central también deberán
dividirse en partes iguales en dólares y euros. Así, se
mantendrá la Convertibilidad del peso, no sólo a dólares
sino también a euros. Eso asegura que, como ocurre desde abril
de 1991, el Banco Central no pueda emitir billetes si no tienen como contrapartida
el ingreso al país de las dos divisas de mayor peso internacional.
Sin embargo, se abandonará la paridad fija 1 peso igual 1 dólar.
Porque la cotización del dólar en pesos fluctuaría
según las variaciones cambiarias del dólar con el euro.
Por ejemplo, si el euro se devalúa 20 por ciento en relación
al dólar, entonces el peso se devaluará 10 por ciento respecto
del dólar (y se apreciará 10 por ciento respecto del euro).
Entonces, para comprar 1 dólar sería necesario 1,10 pesos.
En cambio, si el euro se revalúa frente al dólar 20 por
ciento, entonces el peso se revaluará 10 por ciento contra el dólar
(y se devaluará 10 por ciento frente al euro). Entonces, para comprar
1 dólar sería necesario 0,90 centavos de peso.
Dado que el euro se devaluó fuertemente en relación al dólar
en los últimos dos años, si la canasta se hubiera adoptado
en enero de 1999, en la actualidad para comprar 1 dólar sería
necesario desembolsar 1,17 pesos. Es decir, habría ocurrido una
devaluación del peso del 17 por ciento.
Estas fluctuaciones del dólar, después de una década
de tipo de cambio fijo, en una economía hiperdolarizada, es lo
que puede provocar más de un sobresalto. Por eso, ayer Cavallo
se preocupó por hablarles especialmente a los endeudados en dólares:
A los que tengan toda la deuda en dólares no se hagan problema,
no tienen que angustiarse, porque en el futuro les van a venir a ofrecer
créditos mitad en euro y mitad en dólares a tasas muchomás
bajas, o van a poder seguir con el crédito en dólares a
tasas más bajas, auguró. Y citó el caso de
España, donde con la peseta se pagaban tasas de interés
arriba del 12 por ciento y al ingresar al euro esas tasas bajaron al 4
por ciento.
En la versión Cavallo, los nuevos préstamos a menores tasas
servirían para precancelar los créditos anteriores. Y aún
si el peso se devaluara, ese costo extra sobre los que cobran en pesos
y pagan cuota en dólares se vería compensado por el alivio
de la baja de la tasa de interés. Más aún, para el
ministro, que muchos contratos tengan cláusulas que inhiben la
precancelación de los préstamos no sería un obstáculo.
No tengan miedo, porque los bancos van a preferir conservarlos como
clientes y ningún banco va a resistir aceptar cancelación
anticipada si usted consigue plata más barata, ilusionó.
Sin embargo, no explicó cómo haría un deudor hipotecario,
que tienen más del 30 por ciento de su sueldo afectado al pago
de la cuota bancaria, para conseguir otro préstamo, con el que
cancelar el anterior, a menos que el mismo banco le refinancie la deuda.
Y, en ese caso, tampoco es evidente cuál sería el incentivo
del banco para reducir drásticamente los intereses del crédito
acordado previamente, sobre todo si cuentan con la garantía de
la hipoteca. A menos, claro, que existiera alguna intervención
estatal.
Los principales motivos, algunos revelados y otros no, que guían
la propuesta de la canasta son los siguientes:
Mejorar la competitividad de
la producción nacional. En los últimos dos años y
medio, como se dijo antes, el euro se devaluó fuertemente (un 34
por ciento) contra el dólar y el peso. Esto significa que los productos
argentinos se encarecieron en el mercado europeo, que acapara más
de un tercio de las exportaciones argentinas, mientras que las importaciones
europeas ingresaron más baratas al país. Para Cavallo, esto
es una de las causas importantes de la deflación y depresión
que vivimos. Al abandonar la paridad fija con el dólar, apunta
a atenuar la sobrevaluación del peso, que incluso podría
devaluarse nominalmente frente al dólar.
Al integrar parte de las reservas
del Banco Central con euros, Cavallo apuesta a negociar con el Banco Central
Europeo financiamiento a menores tasas de interés. Los europeos
van a estar encantados de que el euro tenga status internacional,
afirmó ayer. Y confesó que aspira a que la competencia entre
la Reserva Federal norteamericana y el Banco Central Europeo por ampliar
las áreas de influencia otorgue a Argentina un mayor margen de
maniobra para obtener un rédito en las condiciones de financiamiento.
Así no nos va a pasar como le sucedió a Menem y Pou
que se jugaron todo para dolarizar y no consiguieron nada de Estados Unidos,
aseguró.
El tercer objetivo de la canasta
es, justamente, sepultar el proyecto de dolarización que impulsan
algunos sectores del establishment financiero, alentados por el titular
del Banco Central y el menemismo. Por el contrario, Cavallo quiere desdolarizar
contratos, porque está convencido que si no se empieza ahora será
demasiado tarde para recuperar en el futuro la política cambiaria,
y revertir la evidente sobrevaluación del peso, que
en su opinión ronda el 20 por ciento.
UNO
DE LOS AUTORES DEL PROYECTO BRINDA PISTAS PARA ENTENDERLO
No
se sumará la moneda brasileña
Por
Cledis Candelaresi
La
canasta tiene propósitos aparentemente contradictorios: disminuir
la incertidumbre cambiaria, descartando una devaluación drástica
y, al mismo tiempo, mejorar la competitividad de sectores ligados a la
exportación, a través de una eventual depreciación
del peso. Esta paradoja y otros aspectos clave fueron desmenuzados ante
Página/12 por un estrecho colaborador de Domingo Cavallo, con gran
predicamento en el tema y uno de los que participó en la elaboración
del proyecto de ley enviado al Congreso. Aceptó hablar a condición
de mantener en reserva su nombre. Aquí, los argumentos del cavallismo.
¿Si la canasta se aplicara a partir de hoy habría
una devaluación?
Sí, porque ahora el euro está a 89 centavos de dólar.
Por lo tanto, el promedio simple del dólar y el euro (1,89 dividido
dos) resulta 0,94. ese sería el valor del peso hoy. En el supuesto
que el euro se revaluase a partir del momento en que se aplica la
canasta el peso también se revaluaría. Si el euro
vale 1,01 respecto al dólar, el cálculo es el siguiente:
un dólar más un euro es igual a 2,001, dividido dos resulta
1,005 peso.
¿Cuándo el dólar y el euro estarán iguales?
Ni el ministro de Economía ni nadie lo sabe, porque es imposible
saberlo. Tampoco se sabe si cuando euro y dólar se equiparen en
1 a 1, la moneda europea seguirá la tendencia ascendente o, de
inmediato, perderá valor.
¿Por qué Economía plantea ahora este proyecto?
Porque existía la posibilidad de que hubiese un embate fuerte
contra la Convertibilidad, tal vez para forzar una dolarización.
¿Había riesgos de una corrida contra el peso?
El equipo económico presume que no, ya que en los últimos
movimientos financieros la Convertibilidad habría funcionado: no
hay pesos suficientes como para promover una corrida. Antes del actual
régimen cambiario el mercado tenía pesos más que
suficientes para comprar dólares, algo que no ocurre ahora. Cuando
la plaza se seca por incertidumbre no se pueden comprar dólares.
El problema es que cuando la incertidumbre se prolonga, se traen menos
divisas al país, la tasa de interés no baja y la reactivación
no llega.
¿Por qué Cavallo apuesta a que las tasas de interés
van a bajar?
Primero, porque la tasa de interés del euro es más
baja que la del dólar a mayor plazo. A treinta años, por
ejemplo, el interés en euros está a 4 por ciento anual,
cuando la del dólar promedia el 6. Se supone que luego de
este tiempo de instalación el euro se va a revaluar. Si la
canasta ata el valor del dólar al promedio simple de la cotización
de ambas monedas, la tasa interés también debería
ser el promedio de ambas. Segundo, porque al disiparse el riesgo de una
salida de la Convertibilidad, es posible que muchos pasen sus depósitos
en dólares o en euros a pesos para aprovechar las tasas altas que
se pagan en moneda local y éstas terminen bajando.
¿Conviene hacer depósitos en euros en este momento?
Sí, porque lo que se deja de ganar por cobrar un menor interés
puede compensarse con la diferencia cambiaria de una futura revaluación.
¿Por qué no se optó por una canasta de monedas
en el momento de diseñar la Convertibilidad?
Porque la gente estaba acostumbrada a manejar divisas y, por una
cuestión psicológica, era mucho más sencillo que
la institución fuese adoptada por el común de los argentinos.
Hacer otra cosa en plena hiperinflación hubiese sido muy complicado.
Además, en ese momento no existía el euro que, en sí
mismo, es el resultado de una canasta de monedas. Diez años después
el euro se consolidó y tiene una cobertura geográfica importante.
¿Puede incorporarse el real a la canasta?No. Porque
el real es muy inestable y, además, está sujeto a una fuerte
regulación del poder público. El real no cubriría
una de las condiciones que el Cavallo considera ineludibles para integrar
una canasta: que se pueda convertir libremente a otra, algo que no cumple
el real.
¿Por qué la canasta puede solucionar problemas de
competitividad?
Por un lado, porque ayudaría a bajar la tasa de interés.
Además, porque hay sectores ligados a la exportación que
están perdiendo competitividad. en particular los que comercian
con Europa. Con la canasta la recuperarían, en la medida que el
precio se deprecie por su ligazón al euro.
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