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PLANES PARA QUE LA DESATANUDOS DEJE AGRONOMIA
Una Virgen que se va a mudar

Los vecinos de Agronomía piden que se vaya: la avalancha de fieles los agobia. En La Paternal quieren recibirla: piensan que traerá bonanza. La Legislatura aprobará pronto el cambio.

Por Horacio Cecchi

Dos proyectos de la Legislatura porteña intentarán solucionar, en pocos días más, un conflicto urbano-milagroso que desde hace cinco años, los 8 de cada mes, provoca la transformación de un barrio residencial en poco menos que un bazar persa. La discusión está centrada en la cesión de un terreno para el nuevo emplazamiento de la Virgen Desatanudos, ubicada actualmente en una estrecha calle del barrio de Agronomía que no da abasto a los 70 mil fieles que la visitan. El terreno en cuestión fue fijado en La Paternal, más estrictamente en parte de lo que era el Albergue Warnes. Los vecinos de Agronomía quieren que se vaya. Los de La Paternal quieren recibirla. El Arzobispado está de acuerdo y el Gobierno conforme. Pero la cesión misteriosamente se demora y ya hay quienes piensan que la Virgen enfrenta el primer nudo gordiano de su carrera milagrosa.
–Escuche, escuche –dijo Dante Cisilino y despegó el auricular de su oído para que Página/12 pudiera escuchar, desde el otro lado de la línea, un sonido semejante al de un concierto de campanas.
–¿Qué es? –preguntó el cronista.
–¿Sabe qué es? Es un invento nuevo del párroco, desde que está el cuadro (la imagen de la Virgen). Lo escucho cada hora, todos los días de la semana –dijo Cisilino, vecino de la parroquia San José del Talar, sede de la imagen.
Navarro 2460, y Beiró. Allí está ubicada la parroquia, y desde el ‘96, cuando fue traída la imagen de la Desatanudos, un mar de fieles y pedidores de milagros forma fila para, al menos, ser rozado por el aura virginal. “Al principio, nadie imaginaba lo que iba a provocar –se quejó Cisilino con el tin-tan-ton del campanario de fondo–. Pero llegó a 60 mil personas. Trajo un sinfín de actividades ilegales, puestos clandestinos, comercios de dudosa habilitación. De ser un barrio tranquilo y limpio pasó a ser anárquico y sucio. San José es una capilla de barrio nada más. La calle es angosta. Y todas las casas son residenciales. No hay lugar para nada. El vía crucis lo empezamos con De la Rúa. Conformamos una comisión vecinal. Presentamos notas al Ejecutivo que hizo un hop al costado. Después seguimos trabajando con el Arzobispado, que nos dio la razón.”
El vía crucis señalado por Cisilino prosiguió con un petitorio al Gobierno para la cesión de un terreno. Las conversaciones, con intervención eclesial, derivaron a Planeamiento Urbano, hasta que finalmente todos coincidieron en que un espacio en la zona del ex albergue Warnes sería el lugar más apropiado. El terreno está señalado en los mapas de catastro como manzana 5, sección 61. Para legos en cartografía, sencillamente Warnes al 2600, muy próximo a la estación La Paternal, entre una embotelladora de cerveza, las vías del San Martín y el Hospital de emergencias psiquiátricas Alvear.
“Se pidió al Gobierno de la Ciudad una sugerencia, y el Gobierno aconsejó trasladar –explicó el vicario de San José, Alejandro Russo–. Ya está el terreno, pero la Legislatura tiene que aprobar el proyecto de cesión, después hay que tomar posesión y levantar el santuario. Yo no le doy menos de dos años”.
En realidad, en la Legislatura existen dos proyectos de reciente data. El primero es del vicepresidente primero, el radical Jorge Enríquez. El segundo, del justicialista Guillermo Oliveri. “Hicimos un estudio ambiental –detalló Enríquez– y se determinó que la sede actual es de alto impacto ambiental y que en el terreno propuesto, el impacto es mucho menor”. La superficie varía según el proyecto. Enríquez propone 1500 metros cuadrados cubiertos y 300 semicubiertos. Oliveri, 2300 cubiertos y 700 descubiertos. El Arzobispado será el beneficiario de la cesión, en comodato gratuito por 20 años, para levantar un santuario. El proyecto de Enríquez dirime la cesión en una página. Oliveri se extiende a lo largo de cuatro páginas. Sostiene que “Nuestra Señora knotenlöserin –la que desatanudos– fue traída por primera vez en forma de estampas” y agrega que “solita la advocación fue creciendo de poco”.
Además de los vecinos de Agronomía que rezan por la mudanza, alrededor de mil firmas de vecinos de La Paternal ruegan recibir a la Desatanudos. El milagro virginal, en este aspecto, parece más relacionado a lo comercial: estiman que lo que la Virgen desatará es una espiral de bonanza comercial en los alrededores del santuario.
Pero también hay quien se queja. Voces de la Cooperadora del Alvear temen que el predio utilizado como canchitas de fútbol, principal ingreso para ayudar al hospital, pase de manos. Enríquez asegura que “las canchitas no serán tocadas”. Todos aguardan la sesión del jueves 26. Ese día, milagro mediante, en la Legislatura se habrá desatado el nudo.

De la mano de Bergoglio
La Desatanudos nació en el siglo XVII, pintada por un artista anónimo de Ausburgo. En la imagen, la virgen recibe de un ángel una cinta llena de nudos. Con su otra mano, la pasa desanudada a otro ángel. En el ‘84, el arzobispo porteño, Jorge Bergoglio, viajó a Ausburgo y trajo estampitas. En el ‘96, una artista local pintó una reproducción, instalada en la parroquia San José del Talar. Bergoglio es quien desató el nudo entre los vecinos y el párroco y avanzó en las negociaciones por el terreno de La Paternal.

 

 

 

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