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Por José Natanson
 El Gobierno anunció ayer que la Subsecretaría de Comunicación, que dependía de Darío Lopérfido, pasará a la órbita de la Secretaría General de la Presidencia, que conduce Nicolás Gallo. Vinculada a esta movida hay una cuestión de fondo a resolver: aunque Lopérfido sostuvo que los medios de comunicación del Estado continuarán bajo su control (todo indica que así será), cerca de Gallo aseguraban ayer que �el tema no está cerrado�. En cualquier caso, la decisión implica que el grupo sushi pierde definitivamente el control de la comunicación política oficial y confirma la creciente relevancia de Gallo. Es más: en la Rosada circula un proyecto con bastante chances de concretarse para que todas las secretarías dependientes de Presidencia sean coordinadas por la Secretaría General.
La modificación se viene conversando desde hace un mes. Como parte del plan de reestructuración ministerial, De la Rúa dio instrucciones a los responsables de cada área para que elaboraran un informe sobre la mejor manera de reducir los gastos y optimizar sus funciones. Como anticipó
Página/12 el domingo pasado en un repaso sobre las últimas movidas del entorno, Lopérfido incluyó en su estudio un pedido para ceder la estructura de la Subsecretaría de Comunicación que dirige Ricardo Rivas.
Era, en realidad, una manera de formalizar algo que ya se había concretado en los hechos: Lopérfido fue designado vocero presidencial cuando la Alianza asumió el Gobierno, pero con el paso del tiempo sus funciones se fueron acotando. Primero por el nombramiento de Ricardo Ostuni (un delarruista, porteño de ley, aficionado al tango, muy alejado del perfil sushi) como reemplazante, y después con el desembarco de Rivas. Gallo estrenó su nuevo rol ayer, luego de la reunión de Gabinete, cuando anunció que la comunicación se trasladará a su órbita. Como para que no quedaran dudas, un rato después saltaba a la vista un ejemplo de la necesidad de mejorar el funcionamiento del área. A pesar de que la información había sido difundida oficialmente, Ostuni se negó a ratificarla. �Hasta ahora no hay ninguna concreción de esto que ha sido una noticia que se rumoreó en los últimos días�, dijo. Cuando le recordaron que el dato no era una versión, sino una noticia anticipada por Gallo y confirmada por Crhystian Colombo, Ostuni agregó. �Yo soy vocero del Presidente, no de Gallo, ni de Colombo, ni de Lopérfido�.
Por olvido o astucia, Gallo no aclaró qué pasará con los medios de comunicación públicos. Todo indica que ATC, Radio Nacional y Télam continuarán bajo la órbita de Lopérfido, que tiene como uno de los objetivos prioritarios de su gestión la creación del multimedios estatal.
Sin embargo, cerca de Gallo aseguraban que �el tema no está cerrado� y que el funcionario no está convencido de las ventajas de la unificación. Otro rumor no confirmado indicaba que Domingo Cavallo quiere que la Agencia Télam se traspase a su área.
Sea cual fuere el resultado del tironeo, lo cierto es que la decisión de trasladar la Subsecretaría de Comunicación arroja tres conclusiones:
 La estrategia comunicacional siempre fue uno de los temas del grupo sushi. Antonio de la Rúa, líder indiscutido de aquel núcleo de jóvenes entusiastas, la manejó el desde la campaña y ubicó a Lopérfido, uno de sus amigos, como vocero. Sin embargo, poco a poco Antonio se fue apartando de los vaivenes políticos cotidianos y Lopérfido se fue concentrando en la política cultural. Con la decisión de ayer, el grupo sushi pierde formalmente el control de la comunicación política oficial.
En el Gobierno aseguraban ayer que la movida fue consensuada. �Gallo es un delarruista indiscutido, lo conocemos desde hace años�, explicaban cerca de Lopérfido. Sin embargo, dentro del complicado mundo de las internas palaciegas Gallo y el grupo sushi siempre fueron adversarios. Como representante de la vieja guardia (que también integran Rafael Pascual, Enrique Olivera y José María García Arecha), Gallo se opuso a algunas jugadas de los jóvenes delarruistas y generó más de un conflicto. Uno de los famosos ocurrió durante la campaña de 1999, cuando Gallo quisofrenar el spot del aburrido, el mayor triunfo propagandístico de Antonio. * Por último, la decisión confirma el ascenso de Gallo dentro del círculo íntimo de De la Rúa, a tal punto que en los despachos oficiales circula una iniciativa para que Gallo se convierta en el coordinador de las secretarías dependientes de Presidencia: Turismo, Legal y Técnica, Ciencia y Cultura (la SIDE mantendría su autonomía). En caso de concretarse, el proyecto potenciaría el rol de Gallo �quizás como contrapeso a Cavallo� que, por otro lado, es hoy por hoy el único amigo de De la Rúa dentro del Gabinete.
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