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Por M. G.
 La delegación francesa introdujo una enmienda al proyecto original checo que alguien podría leer, con buena voluntad, como una condena velada al embargo norteamericano contra Cuba. Dice que no debe haber restricciones externas al bienestar económico de los cubanos y su formulación podría ser usada por varios países, incluida la Argentina, como una forma de justificar un supuesto equilibrio de la resolución.
Con esa corrección las decenas de diplomáticos norteamericanos asignados a la votación de esta mañana confiaban en eliminar a los últimos remolones y asegurarse un activismo mayor de los Estados europeos, que ya habían decidido su voto pro-Washington. Igual que el año pasado, la Unión Europea quiso criticar abiertamente el embargo pero no insistió hasta el final en incluir un párrafo específico en la resolución. Por cierto, una forma de unir política y negocios. Si por un lado evitaba así chocar con los Estados Unidos, por otro garantizaba la relación económica con La Habana: sin embargo el aluvión de inversiones norteamericanas sepultaría a los adelantados, pero distantes, socios europeos de Cuba.
Si hay votación, el texto de la resolución que se tratará, y al que tuvo acceso Página/12, constará de 14 puntos. Uno �llama al gobierno de Cuba a honrar el compromiso con la democracia y el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales y a proveer el marco adecuado para garantizar el imperio de la ley mediante instituciones democráticas y la independencia del sistema judicial�. También reconoce �ciertas medidas tomadas por Cuba para reforzar la libertad religiosa� y toma nota de la libertad condicional del núcleo opositor Grupo de Trabajo de la Disidencia Interna. Sin embargo, expresa su �profunda preocupación por la continua represión de los miembros de la oposición política y sobre la detención de disidentes y otras personas detenidas o en prisión por haber expresado pacíficamente sus puntos de vista políticos, sociales o religiosos�. Sobre ellos, el texto escrito por los checos pide �respetar sus derechos a una participación plena e igualitaria� y llama a La Habana �a liberar� a quienes hayan quedado presos.
Otro punto, el noveno, llama al gobierno cubano a abrir el diálogo con la oposición política. El décimo invita a Cuba a afrontar �contactos abiertos con otros países, para asegurar el disfrute de los derechos humanos para todos los cubanos utilizando la cooperación internacional, permitiendo el libre flujo de personas e ideas y considerando el apoyo de otras naciones�.
Sobre el final, llama a Cuba a aceptar la cooperación de la Comisión de Derechos Humanos y la insta a aceptar visitas sobre libertad de opinión y de expresión y sobre torturas.
ACTO EN LA EMBAJADA CUBANA A LA ESPERA DEL VOTO
Antes de Ginebra, mojito con amigos
Por Romina Calderaro
Mojito va, trago viene, el embajador cubano en la Argentina, Alejandro Pérez Galiano, recordó ayer con amigos el 40º aniversario de Playa Girón, una conmemoración que estuvo llena de alusiones a la votación en la comisión de derechos humanos de la ONU, donde hoy, entre las diez y las once de la mañana hora argentina, 53 países se pronunciarán sobre la isla. �Habría que preguntarles a algunos pueblos que pretenden votar en contra de Cuba a dónde fueron a parar los derechos de los desempleados, de los jóvenes sin futuro, de los obreros reprimidos por reclamar por sus justos derechos�, dijo el embajador. Los invitados, que llenaban la recepción de la embajada, respondieron con un �Cuba, Cuba, Cuba, el pueblo te saluda�.
Entre otros dirigentes de derechos humanos, intelectuales y simpatizantes estaban el Premio Nobel de la Paz y titular del Servicio de Paz y Justicia (SERPAJ), Adolfo Pérez Esquivel, el filósofo León Rozitchner, el periodista y escritor Miguel Bonasso e integrantes de la Asociación Madres de Plaza de Mayo y de las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. Todos escucharon un grupo que entonó �Hasta Siempre�, la canción que recuerda a Ernesto Guevara, y escucharon el discurso a 40 años de la fallida invasión de Bahía de los Cochinos en 1961, que se conoce en Cuba como de Playa Girón por uno de los puntos utilizados en el desembarco de unos 1200 anticastristas sobre una pantanosa zona al sudeste de La Habana. La invasión de 1961, considerada como un momento determinante en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, fue un fiasco para el entonces presidente John F. Kennedy y dejó un sabor amargo permanente en la comunidad de exiliados. Alrededor de 161 defensores y 107 atacantes perecieron en los combates. Más de 1000 agresores fueron tomados prisioneros y posteriormente volvieron a Estados Unidos. Los cubanos lo vivieron como un triunfo.
Más allá del motivo formal de convocatoria, la votación que tendrá lugar hoy en la comisión de derechos humanos de la ONU estuvo presente en toda la velada. �El gobierno de Estados Unidos promueve una inmoral condena contra Cuba por supuestas violaciones a los derechos humanos. Cuba tiene sobradas razones para sentirse orgullosa de lo que ha hecho en materia de derechos humanos por su pueblo�, dijo el embajador, y habló de la �falta de autoridad moral de Estados Unidos� para cuestionar en materia de derechos humanos a la isla que gobierna Fidel Castro. Aunque sin nombrar a la Argentina, Galiano hizo una mención genérica claramente identificable al tocar el caso �de los países en los que hay desempleados, jubilados con sueldos miserables, obreros reprimidos por reclamar lo que les corresponde.�
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El embajador y Pérez Esquivel.
El recuerdo de Playa Girón. |
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OPINION
Las razones de un castigo
Por Alfredo E. Allende*
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