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La Argentina volvio a ser parte de la condena de la ONU contra Cuba
Un voto para poner nervioso a Fidel Castro

Los Estados Unidos lograron torcer a último momento la posición de países como Madagascar y conservaron la compañía de países como la Argentina para condenar a Cuba por la situación de los derechos humanos en la isla. En cambio, no se discutió el cuadro humanitario en China. El Frepaso se opuso a la decisión de De la Rúa, que hoy estrenará el voto ante George W. Bush. 

 

Por Martín Granovsky

Tal como adelantó este diario, los Estados Unidos forzaron anoche mismo el voto favorable a su resolución contra Cuba en las Naciones Unidas y consiguieron hoy un ajustado triunfo por 22 a 20. Entre los 21 países que acompañaron a Washington figuró nuevamente la Argentina, que presentó su voto solo como una expresión de principismo en materia de derechos humanos pero ayer mismo se abstuvo en una votación sobre si había que tratar o no la cuestión humanitaria en China. El voto anticastrista continúa una línea inaugurada por Carlos Menem y es el núcleo del regalo que hoy entregará en los Estados Unidos el presidente Fernando de la Rúa cuando se entreviste por primera vez con George W. Bush.
El Gobierno votó sin la compañía de los otros países de gran porte de América latina, México y Brasil, que se abstuvieron como el año pasado junto con Perú, Ecuador y Colombia. 
A Cuba la siguió la Venezuela de Hugo Chávez, convertida en el nuevo cuco para los Estados Unidos en el continente. 
Y por la resolución checa, con copyright del Departamento de Estado, además de la Argentina votaron, dentro del continente, Uruguay, Costa Rica y Guatemala. 
Solo 53 países integran la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. Unos permanecen y otros rotan año a año, lo que inaugura cada marzo la cacería de votos para abril por parte de cubanos y norteamericanos. 
Este año la presencia de los latinoamericanos fue particularmente deslucida. Ayer en Ginebra los delegados a la comisión, que este año preside el argentino Leandro Despouy, registraron con extrañeza que durante la hora que duró el debate solo un país de América latina, al margen de Cuba, habló antes del momento de votar, evidenciando cierta voluntad y vocación por fijar su actitud. Se trató de Costa Rica, donde la influencia de un fuerte grupo del exilio cubano anticastrista incidió en un discurso muy duro en contra de la situación de los derechos humanos en Cuba. 
En la misma sesión los checos presentaron su resolución con un discurso que los delegados consideraron �desteñido�, según dijo uno de ellos a Página/12, y que hace hincapié en la libertad de expresión y el ejercicio del voto como en las democracias liberales. 
Cuba respondió a la República Checa y Bélgica apoyó el proyecto en nombre de la Unión Europea, que al final no colocó ninguna alusión concreta al embargo ejercido por los Estados Unidos contra Cuba desde hace 40 años. Y China expresó su oposición, lo mismo que Libia, Argelia y Pakistán. El resto habló después de votar, con lo cual se aseguró un papel tenue: ya estaba todo jugado y solo importaba el acta. 
La comidilla de las delegaciones fue, como en todo organismo multilateral, la reconstrucción de cómo se había llegado a cada voto. La sensación de los diplomáticos apuntó al nuevo estilo de la diplomacia norteamericana con Bush hijo. 
�Arrancaron fuerte, y no convendría menospreciar este dato�, dijo un latinoamericano que pidió reserva de su nombre. 
La fuerza, que se ejerció voto por voto, puede verse en tres datos:
El delegado del Congo iba a votar por Cuba. Finalmente no estuvo en la sala justo en el momento del sufragio. 
Madagascar era otro voto procubano. Los norteamericanos recordaron a los funcionarios del pobre país del Océano Indico que necesario sería su apoyo para arreglar la deuda externa. Y consiguieron su sensibilidad. 
Kenya era, también, un voto cantado por Cuba. Se abstuvo. 
Camerún, que ayer fue mencionado por este diario como una de las incógnitas, cedió también a los argumentos financieros emitidos desde el Departamento del Tesoro. Se abstuvo. 
Aunque el voto sobre Cuba no figuró en la reunión entre Adalberto Rodríguez Giavarini y su colega Colin Powell, en febrero último, hoy sin duda estará presente en la audiencia privada que mantendrán De la Rúa y Bush. Los diplomáticos argentinos creen probable un comentario agradecido de Bush, el presidente más cercano a las presiones contra Cuba desde Ronald Reagan. 
Un miembro de la conducción de la Cancillería insistió anoche a este diario en que el voto fue una decisión en sí misma y no una forma de aproximarse más a Washington dentro del proceso que Rodríguez Giavarini calificó de �relaciones intensas�, para diferenciarlas de las carnales de Guido Di Tella. 
Nadie en la Cancillería ni en el Gobierno discute la convicción del canciller sobre el voto �no es, por otra parte, un izquierdista convertido� pero la abstención argentina sobre China pone una dimensión más real en el tema. La misma dimensión que hoy apreciará George W. en su primer contacto con el Presidente. 

El pronóstico fue cercano

Por M. G.

El análisis político en general sirve para explicar por qué pasó algo que, antes, el analista jamás había imaginado que ocurriría, pero a veces puede ocurrir lo contrario. Los lectores de este diario encontraron en la edición de ayer un análisis sobre el voto, y un pronóstico: los Estados Unidos triunfarían en la votación por 22 a 21 o 23 a 21. El vaticinio fue cercano a la realidad. Al final, la resolución de condena a Cuba ganó por 22 votos a 20. 
Votaron a favor del proyecto checo con auspicio norteamericano: Argentina, Bélgica, Camerún, Canadá, Costa Rica, República Checa, Francia, Alemania, Guatemala, Italia, Japón, Latvia, Madagascar, Noruega, Polonia, Portugal, República de Corea, Rumania, España, Reino Unido, Uruguay y Estados Unidos.
Votaron en contra: Argelia, Burundi, China, Cuba, India, Indonesia, Liberia, Libia, Malasia, Nigeria, Pakistán, Qatar, Federación Rusa, Arabia Saudita, Sudáfrica, Swazilandia, Siria, Venezuela y Vietnam. Se abstuvieron: Brasil, Colombia, Ecuador, Kenya, Mauricio, México, Níger, Perú, Senegal, Tailandia. No estuvo en la votación: Congo. 
La diferencia de solo dos votos es la menor en los últimos diez años desde 1999, cuando el proyecto norteamericano ganó por 21 a 20, obviamente con la excepción solitaria de 1998, en que Washington perdió. Al mismo tiempo, ayer se produjo el mínimo de abstenciones: diez, cuando la cifra histórica se ubicaba entre 12 y 28. Las cifras hablan de un nivel cada vez más alto de polarización y un crecimiento del voto procubano, que solo en 1999 había llegado a los 20 sufragios de ayer. 

�Fue seducido u obligado�

El embajador cubano en Argentina, Alejandro González Galiano, convocó anoche a una sorpresiva conferencia de prensa para referirse al voto argentino en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. Galiano leyó un comunicado en el que sostuvo que �el gobierno argentino, lamentablemente, fue seducido u obligado a votar contra Cuba� en Ginebra. �Se ha consumado la nueva traición contra el pueblo de Cuba�, leyó Galiano, y recordó que La Habana �no traicionó al pueblo argentino en su justo derecho a la soberanía por las Islas Malvinas�. Hasta último momento, el embajador cubano había tratado de disuadir al Canciller Adalberto Rodríguez Giavarini de que la Argentina vuelva a votar en contra de la isla, pero no lo consiguió. Pese al desaire, Galiano ya dijo que no se retirará de la Argentina �porque yo soy el representante de Cuba ante el gobierno argentino, pero soy sobre todo el representante de Cuba ante el pueblo argentino�. También aseguró que está convencido de que la decisión que tomó el gobierno no representa ni a la Alianza ni a la sociedad argentina.

UN COMUNICADO PARA ABRIR EL PARAGUAS
Explicaciones oficiales

Por M. G.
La declaración del embajador cubano en la Argentina, según se publica en estas mismas páginas, provocará seguramente un incidente diplomático con Cuba, porque La Habana calificó el voto de �traición� y negó legitimidad política al gobierno de Fernando de la Rúa. Ese será el efecto inmediato de la decisión de ayer, que la Cancillería prefirió explicar esta vez con mucho detalle en un texto para consumo interno y externo. 
El documento, de casi tres páginas, se apoya sobre todo en el informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos publicado el 16 de abril último, que sostiene que �las violaciones de los derechos civiles y políticos cometidas por el Estado cubano se multiplicaron durante el año 2000�. El documento, al que tuvo acceso Página/12, dice también que �la Comisión confía en que se adopten las medidas que sean necesarias a fin de dar por terminado el embargo comercial contra Cuba, ya que una política de aislamiento hacia ese país no contribuye a mejorar la vida del pueblo cubano, el único realmente afectado en esta situación�. Ese párrafo no está citado por la Cancillería, que sí menciona la oposición argentina al embargo pero en cambio no dio instrucciones al representante en Ginebra para que pasara de una declaración en su discurso a un activismo decidido para incluir el embargo en el proyecto de declaración final. 
�Si una violación a la libertad de expresión o asociación es condenable en nuestro país, no se entiende por qué no deba serlo en otro país, cualquiera sea su régimen político, su historia e ideología�, dice el comunicado emitido ayer por el Ministerio de Relaciones Exteriores. �Se trata de una cuestión de principios y no se pueden justificar las limitaciones a las libertades sobre la base de un combate más importante que se podría estar librando. En el siglo XX se recurrió con demasiada frecuencia a esta explicación, en particular respecto a la ex URSS, y como quedó demostrado ello solo sirvió para avalar durante años a un régimen totalitario.�
En otro tramo dice que �no resulta lógico que Cuba se oponga a colaborar con los mecanismos de la Comisión (de Derechos Humanos) como el relator sobre libertad de expresión o el relator sobre la cuestión de la tortura. La Argentina, por caso, recibirá en los próximos días al relator de la Comisión sobre el tema de la intolerancia religiosa, y en junio al relator sobre libertad de expresión�. 

 

CONCENTRACION FRENTE A LA CANCILLERIA 
Un acto con muñeco incluido


Fuego sobre un muñeco con los colores de EE.UU.
Hubo más PC que MST, por las diferencias sobre Cuba.

�¿Quién tiene legitimidad en América Latina para condenar a Cuba? ¿Fujimori? ¿Menem? ¿De la Rúa? El voto contra Cuba es una puñalada contra el pueblo argentino.� En la esquina de Arenales y Esmeralda, frente a la Cancillería, el legislador porteño de Izquierda Unida Patricio Echegaray hablaba ante un centenar de militantes, convocados para repudiar el apoyo del Gobierno a la moción condenatoria a Cuba. 
En el acto, organizado por el Partido Comunista, no faltaron banderas cubanas y argentinas y afiches del Che. Y sobró un apellido: el ex presidente peruano Alberto Fujimori votó el año pasado contra la resolución de los Estados Unidos. 
Detrás del vallado colocado a la entrada del Ministerio de Relaciones Exteriores, 20 policías miraban cómo los asistentes al acto desplegaban sus banderas y sus cantitos. �Los aliancistas, los menemistas, son todos lamebotas de los yanquis imperialistas�, entonaban los manifestantes, mientras el ex ministro de Defensa del menemismo, Jorge Domínguez, se escurría junto a un colaborador por Esmeralda, casi sin que se notara su presencia. 
�Argentina se perjudica con este voto. Se aísla de los pueblos latinoamericanos, no sólo de Cuba, sino de países como México, Colombia y Brasil, que se abstuvieron�, señaló Echegaray, y luego reiteró que nadie en Latinoamérica está autorizado para condenar a la isla. 
El único momento tenso del acto se produjo cuando un hombre mayor, alto, de traje, les dijo a los manifestantes: �En Cuba no hay libertad�. Hubo un arremolinamiento, insultos contra el individuo y volaron algunos manotazos. �En este país sólo pueden manifestarse los que son comunistas�, gritaba, mientras un anillo de periodistas y manifestantes lo llevaba de un lado a otro. Cuando quedó entre el vallado policial y más de 30 militantes, una mujer lo cacheteó y lo hizo trastabillar, pero los policías lo sacaron de apuro y lo metieron en la Cancillería. 
Recuperada la calma, Echegaray informó que el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), socio del PC en Izquierda Unida, también adhería al acto. Sin embargo, no hubo ningún cartel o bandera del MST. Como final de la protesta, los manifestantes quemaron un muñeco con los colores estadounidenses, repleto de petardos. Terminada la serie de estallidos, los manifestantes se desconcentraron hacia la 9 de Julio. En tanto, en la esquina de la Cancillería, la llovizna apagaba los restos del muñeco. 

 

 

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