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UN DIRIGENTE BARRIAL DICE QUE FUE PRESO POR ERROR
Allanando la casa equivocada

Por Alejandra Dandan

Marta y Ramón Camacho, dos dirigentes barriales de la Villa 20 de Lugano, presentaron ayer una denuncia judicial para que se investigue lo que denominaron un �allanamiento ilegítimo� dirigido por las tropas especiales del Grupo Geof en su domicilio. En la presentación, que fue acompañada por la Defensoría de la Ciudad, el matrimonio denuncia apremios ilegales, privación ilegítima de la libertad y abuso de autoridad sucedidos en el término de tres días en los cuales la policía y la Justicia presuntamente confundieron al dirigente barrial con el jefe de una banda especializada en robos de bancos y homicida de un agente. Aunque durante el operativo la familia manifestó la equivocación, el allanamiento continuó y Mario fue detenido. En diálogo con Página/12, fuentes del juzgado de María Gabriela Lanz, desde donde partió la orden, aseguraron que �no existió ninguna confusión� y que la dirección del acta coincidía con la casa allanada. Aunque Camacho no es un ladrón de bancos. 
La confusión partió de la inscripción en la puerta de calle. Los Camacho viven en Lavalla 4296, manzana 3 casa 60 pero en la puerta dice 66, la misma indicación del acta que llevaban las tropas especiales del Geof para el allanamiento. �Escuchamos ruidos �dice Marta� pero creímos que eran los chicos malos tirando piedras.� No pudieron chequearlo. �Cuando llegamos al patio, todos estaban adentro.� Eran sólo una parte del operativo que contó, según relataron varios vecinos, con el desplazamiento de cien hombres y carros de asalto. �Entraron disparando �sigue la mujer�: el primer tiro pegó en la puerta, se escuchó una explosión�. Mientras gritaban �Tírense al piso carajo�, dispararon tiros al piso y entre las piernas de Mario. �Yo sabía que estaban equivocados �dice Marta� pero ellos no entendían eso, nos pusieron a todos boca abajo.� 
La mujer estuvo ayer reunida con el ombudsman adjunto Gustavo Lesbegueris para preparar los exhortos que hoy presentará el organismo. �El más chiquito de mis hijos �contó allí� se hizo pis y caca encima mientras el policía le apuntaba con el arma, diciéndole que no se moviera�. Los acusaban de asalto a mano armada al banco Río, tenencia de armas, explosivos, capuchas y lentes oscuros. �Querían el botín pero yo en un punto pensé que hasta podrían ser asaltantes disfrazados.� 
Durante el operativo, ella mostró certificados de la Comisión de Vivienda donde figura la dirección correcta de su casa. A continuación explicó que la casa buscada estaba exactamente detrás de la suya. Mario mostró su cédula y documentos para probar que no era el jefe de banda rastreado por la policía. Aun así, lo mandaron callar. �Uno de los comisarios le dijo a otro: nos equivocamos�, dice ahora el hombre. En el rastrillaje de la casa, la policía encontró dos revólveres de uso personal. Uno sólo estaba habilitado, el otro �de acuerdo incluso a los relatos de la Defensoría� �estaba tan fuera de uso que se había convertido en reliquia.�
Mario fue detenido por violación al artículo 189, tenencia de arma ilegal. Lo incomunicaron. �Me sentía secuestrado �dice�: ya no estamos en la época de los militares pero cuando quería hablar no me dejaban, moralmente estaba muerto�. Al tercer día, lo soltaron. �Fue una equivocación�, le dijeron. Y lo dejaron ir.

 

 

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