Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
KIOSCO12


DIPUTADOS DIO MEDIA SANCION A LA LEY DE SALUD REPRODUCTIVA
Para que todos descubran la píldora

 Tras una larga negociación, la Cámara baja aprobó por amplia mayoría la ley que establece un programa de educación sexual y la distribución gratuita de anticonceptivos. La fuerte presión de la Iglesia logró exceptuar a instituciones religiosas de cumplir con el programa, pero no pudo imponer una edad mínima para los beneficiarios. Ahora, la batalla del Senado.

La diputada Marta Milesi (derecha), una de las promotoras de la ley. 
Arriba, la diputada Elisa Carrió, quien protagonizó un duro debate.

Por Horacio Cecchi
y Cristian Alarcón

Con mucha menos polémica que la imaginada, pero con una puntillosa y complicada tarea previa de limado de asperezas, ayer la Cámara de Diputados dio media sanción por amplia mayoría al primer proyecto de ley nacional de Salud Reproductiva. Por primera vez, una partida del presupuesto nacional estará dirigida a un programa de educación sexual, prevención de enfermedades y distribución gratuita de anticonceptivos en todo el país. El proyecto recorrió un largo periplo, jaqueado y cajoneado desde el �99. La Iglesia ejerció muy fuerte presión, y aunque no consiguió imponer una edad mínima para acceder al programa, finalmente logró impedir que la ley fuera extensiva a los institutos de salud y educativos confesionales. El obispo Estanislao Karlic, en representación del Arzobispado, hizo varias visitas a las legisladoras de las estratégicas comisiones de Salud y Familia. El mismo De la Rúa envió a su secretario de Culto, Norberto Padilla, para incidir en el articulado. Dentro de la Cámara, el PJ, con Chiche Duhalde a la cabeza, representó la mayor oposición. Horas antes de la sesión, el agregado de tres artículos y la inocua modificación de otro logró el objetivo de la aprobación general por 137 votos sobre 147.
El proyecto aprobado por Diputados fue iniciado por la radical Cristina Guevara. A ella se sumó una segunda propuesta de la rionegrina Marta Milesi (UCR). El proyecto inicial tuvo como objetivo garantizar con un programa estatal el acceso de toda la sociedad, pero especialmente de las mujeres de los niveles de mayor pobreza, a la educación sexual, incluyendo la distribución gratuita de métodos anticonceptivos reversibles �no definitivos�, atención médica dedicada a la prevención de enfermedades de transmisión sexual y, en especial, la prevención de embarazos no deseados.
Como ocurrió con la ley aprobada por la Legislatura porteña, la propuesta fue inmediato blanco de las presiones eclesiásticas, representadas por una variada gama de lobbistas que cargó sobre el proyecto el sayo de abortista. El texto original constaba de 11 artículos, entre los cuales los más polémicos eran los que aún no existían: �La Iglesia hizo lobby desde varios ángulos�, confesó a Página/12 un asesor de la Comisión de Salud. �El Arzobispado mandó a monseñor Karlic. Acá hubo reuniones con el secretario de Culto, Norberto Padilla, en representación de Rodríguez Giavarini. Esto quiere decir De la Rúa. Le espantaba que resultara una ley abortista. Se le explicó que no lo era. Todo lo contrario. Al final, se acordó fijar expresamente que los métodos anticonceptivos que se distribuirían gratuitamente serían no abortivos, reversibles y transitorios.�
También se planteó la discusión sobre los límites de edad. La Iglesia planteó los 16 años como límite. Esto significaba que menores a esa edad sólo podrían acceder a los beneficios del programa de la mano de sus padres. �La Iglesia hizo la presión y Chiche Duhalde fue la abanderada ante los medios�, sostuvo un asesor. 
�Nosotras creemos que los chicos tienen que ir a los hospitales con sus padres o sin sus padres�, explicó Marta Milesi. �Pero tuvimos que agregar en el mismo recinto el artículo 4º, que habla de los derechos y obligaciones que hacen a la Patria Potestad, para tranquilizar a aquellos que nos tomaban como herejes y que nos negábamos a que los padres acompañen a sus hijos. Ojalá los acompañen, pero todos los hechos y estadísticas demuestran lo contrario. En el 25 por ciento de los casos de embarazos de mujeres menores, no deseados, interviene un adulto. Y el 80 por ciento de esa cantidad, son violaciones de adultos familiares. ¿Alguien puede suponer que en ese estado de cosas un padre va a acompañar a la hija de 14 que él mismo embarazó? Lo sorprendente es que los mismos que se niegan a que un menor de 16 años pueda acceder por sí solo al programa, son los que reclaman que la edad de imputabilidad penal alcance a menores de 16.� 
Pero la Iglesia logró imponer dos artículos, el 9º y 10ª, que liberan de la obligatoriedad de la ley a �las instituciones educativas públicas de gestión privada�, y del reparto de métodos anticonceptivos a �las instituciones privadas de carácter confesional� que brinden servicios de salud.
El tratamiento general de la ley finalizó ayer, después de cinco horas de debate. Sobre 147 presentes, sólo seis votaron en contra: entre ellos Mario Cafiero, los dos diputados bussistas y Luis María Díaz Colodrero. Previamente, Elisa Carrió hizo una encendida defensa de la ley. �No se puede estar en contra de esta ley y a la vez en contra del aborto�, aseguró la legisladora chaqueña. �Negar el derecho a saber es negar el derecho a decidir. No estamos hablando acá del niño por nacer, sino de la niña por vivir. En contra del reparto de anticonceptivos están las mujeres que van a misa de las siete y que tuvieron todo a su alcance, y que tienen sólo tres hijos.�
El bussismo intentó alegar en contra: �Es una ley que encubre otra ley antinatalista�, aseguró el ignoto diputado Jorge Lix Klett. �Se viene expandiendo en nuestra patria la sombra de la cultura de la muerte�, declamó el tucumano. �No se puede estar de acuerdo con un partido cuyo presidente (Bussi) estuvo imputado de genocidio�, respondió Elisa Carrió.
La ley ya tiene media sanción y espera ahora la polémica en el Senado.

Los puntos de la ley

La ley crea el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable.
El objetivo es disminuir la morbimortalidad materno-infantil, la prevención de embarazos no deseados y disminuir el alto índice de mortalidad por abortos sépticos.
Uno de los mecanismos del programa, la distribución de anticonceptivos gratuitos, fue eje de lobbies y presiones. El artículo 4º limó asperezas: incluye la figura de la Patria Potestad, pero agrega que el bien supremo a proteger son los intereses del niño. Una de cal y otra de arena.
Con los artículos 9º y 10º, la Iglesia logró exceptuar a los institutos religiosos (de salud y educativos) de la obligación del reparto de anticonceptivos y de la educación sexual. 
Se votó, aparte, la ley de objeción de conciencia, que habilita a los médicos a negarse a prácticas reñidas con sus convicciones, pero los obliga a derivar la atención a otro médico.

 

CRISTINA GUEVARA, UNA DE LAS AUTORAS DE LA LEY
�Es lo que se pudo convenir�


María Cristina Guevara, titular de la Comisión de Salud.
�Las provincias tienen programas más abiertos�, admitió.

Por C.A.

María Cristina Guevara, presidenta de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, fue una de las mujeres de la Alianza dedicadas hace ya un año y medio a la redacción y el consenso de una ley nacional de salud reproductiva. En ese lapso se gestó el texto votado ayer con varias modificaciones que buscaron sumar votos y diluir la resistencia de la Iglesia Católica y los sectores más conservadores del PJ y el propio Gobierno. �Casi todas (las provincias) tienen programas más abiertos que esta ley �reconoce en una entrevista con Página/12�. Pero esto es lo que se pudo convenir dentro de lo posible.� 
�¿Las modificaciones se deben a que en el largo camino de la ley se consensuó con la Iglesia Católica? 

�No es que se haya acordado con la jerarquía eclesiástica una redacción. Simplemente se tuvieron en cuenta algunas visiones planteadas a las comisiones de debate. Ellos por dogma no aceptan más que los métodos naturales. Ellos buscaron una seguridad sobre que no se auspiciarían métodos que tuvieran relación con el aborto. Por ese motivo destacamos que deben ser reversibles, no abortivos y temporarios. En suma, son los que están autorizados por el Anmat, es lo mismo.
�Sin embargo, se le sumaron dos cambios de último momento. 
�Incorporamos dos artículos de eximición en el caso de los colegios confesionales de brindar la información y en el de los efectores de salud la aplicación del artículo 6to inciso b, que es la obligatoriedad de suministrar y proveer los métodos anticonceptivos.
�Eso abarca una enorme porción de la educación y de los prestadores de salud enrolados bajo la Iglesia Católica. 
�En realidad en este punto fuimos conscientes de que si bien podría pensarse eso existen muchísimas escuelas confesionales, y muchos centros de salud religiosos que por sus realidades de pobreza y exclusión no proceden inspirados en el dogma. No sólo informan para una salud reproductiva sino que también prescriben los métodos de anticoncepción. 
�¿Qué cambio cultural prevén con la aplicación del programa? 
�Acá se plantea una nueva situación en el acceso a la información. Allí donde no lleguen otros agentes, ni de salud ni educativos, llegará la trabajadora social que acerca las cajas de comida. El programa está impregnado de esa búsqueda de igualdad. 
�¿Cómo se entiende el acceso también a una libertad sexual?
�Se trata del acceso a los servicios de manera equitativa, bajo condiciones de igualdad que afecta no sólo la posibilidad de decidir si se quiere o no tener hijos, sino la de elegir el goce de la sexualidad plena. 
�Es notable la diferencia de la ley nacional con las provinciales. 
�Casi todas tienen programas más abiertos que esta ley. Muchas de ellas anuncian taxativamente los métodos. Con no nombrarlos se corre el riesgo de que un médico decida arbitrariamente que los métodos son el preservativo y la pastilla, pero no el DIU, u otra discriminación incorrecta. Pero esto es lo que se pudo convenir dentro de lo posible. 

�El virus es pequeñito�
Por C. A.

No hubo esta vez �como frente a la legislatura porteña el año pasado� huevazos entre militantes de izquierda, feministas y dinosaurios de la derecha más rancia gritando �Sí a la vida, no al aborto�. Pero cada bando tenía sus huestes más entrenadas en el Salón de los Pasos Perdidos. Así, con el correr de la tarde, sobre esos mármoles, bajo esos cuadros históricos, se cruzaron algunas frases de trinchera. �¡Los preservativos no impiden que pase el virus!�, gritó una mujer norteamericana, que asistía como asesora a un puñado de señoras de peinados recoletos, con abundante spray. 
Y no es que no tuviera prédica la norteamericana que según sus amigas fue tantísimas veces a Rusia y a China a explicar cómo no tener hijos con el natural método de los días. Ellas mismas, cada tanto, o cada vez que un aburrido cronista emprendía con las preguntas, popularizaban las ideas de la extranjera. �El virus es tan pequeñito, más pequeñito que el agujerito del látex�, insistió Olga Muñoz, de 52 y miembro de Fampaz, Familiares del Mundo Unidos por la Paz. �Está demostrado que la mujer tiene cien horas fértiles al año. Después de su regla (sic) larga una leche blanca, ahí no puede tener relaciones porque queda embarazada�, explicaba ya francamente escatológica Nélida Fonticiela, de 67 y dueña de dos hijos y un peinado que parecía la perfecta mezcla del look de la reina holandesa, la suegra de Máxima, y la soprano Monserrat Caballé. ¡Y olé! 

LAS CONSULTAS DE ADOLESCENTES SEGUN LOS MEDICOS
�Al hospital ellas vienen solas�

Por Pedro Lipcovich
�En mi consultorio privado en Barrio Norte, sí, muchas adolescentes vienen con la madre a consultar por anticonceptivos, pero en el hospital es infrecuente que vengan con un familiar�, dijo la jefa de un servicio de ginecología adolescente de un hospital público, como para ratificar que, siempre, las resistencias o condicionamientos a la oferta de salud reproductiva conducen a la discriminación de sectores sociales. Varios destacados especialistas comentaron para este diario sus experiencias en hospitales públicos porteños, donde desde el año pasado funciona una ley de salud reproductiva que incluye la provisión de anticonceptivos.
�Las leyes de salud reproductiva no hacen más que dar un marco a lo que ya ocurre: en los últimos cinco años, el primer motivo de consulta en nuestro servicio ha sido el pedido de anticonceptivos �destacó para este diario Eugenia Trumper, jefa de adolescencia del Hospital Rivadavia y presidenta del próximo Congreso de Ginecología Infantil y Adolescente�; es muy alto el porcentaje de jóvenes que tienen relaciones sexuales.�
En cuanto a si puede pretenderse que las adolescentes concurran acompañadas por sus padres, �depende del tipo de población: en mi consultorio privado, en Barrio Norte, muchas veces piden la consulta junto con la madre, pero esto no suele darse en el hospital: allí muchas de las adolescentes tienen familias distribuidas por el interior del país; muchas viven solas, trabajan solas y vienen solas�. 
El jefe de Ginecología del Rivadavia, Carlos Gurucharri �profesor en la UBA y presidente del próximo Congreso de Ginecología Psicosomática�, señaló que en ese hospital �hasta hace unos años, las consultas de adolescentes eran sobre todo por embarazos no deseados�. El pasaje de consultar después del embarazo indeseado a hacerlo antes, en busca de anticonceptivos, sería fruto de que �el Hospital Rivadavia tiene una tradición de protección a la mujer�. Así, �desde hace 30 años existe un consultorio de planificación familiar, que mantuvimos aun durante la dictadura, pese a prohibiciones. El año pasado llegamos a 6200 consultas�.
Diana Galimberti, jefa de Ginecología y Obstetricia del Hospital Alvarez, destacó como �fundamental la provisión de anticonceptivos gratuitos a las mujeres que los necesitan, posible desde el año pasado por la Ley de Salud Reproductiva de la Ciudad de Buenos Aires�. La doctora recordó que �las complicaciones por aborto son la primera causa de internación en servicios de obstetricia y ginecología de los hospitales públicos en el país�, y que �la mortalidad materna en la Argentina es de 41 mujeres por cada cien mil nacidos vivos y casi un tercio de estas muertes son por complicaciones derivadas de abortos clandestinos�. En Chile, la misma mortalidad no supera el 23 por cien mil; en Costa Rica el 26 y en Uruguay el 21. 
El Programa de Salud Reproductiva de la Ciudad de Buenos Aires funcionaba desde 1986, pero desde mediados del año pasado, cuando se dictó la nueva ley, �las consultas se incrementaron un 20 por ciento�, precisó Jorge Gilardi, titular del Programa. �El año pasado las consultas llegaron a 75.500, lo cual incluye las registradas en todos los hospitales de agudos más la Maternidad Sardá.� Los médicos �han recibido muy bien la ley del año pasado, y aquellos que, por convicciones personales, no acuerdan con ella se atienen a la objeción de conciencia y no se incluyen en el Programa�. 

 

 

 

PRINCIPAL