Por Julian Borger *
Desde Washington
Estados Unidos amenazó ayer con abandonar las conversaciones sobre seguridad con China después que Pekín se negara a discutir el regreso del avión espía norteamericano EP-3, lo que potencialmente hundiría a las relaciones bilaterales en una escalofriante reminiscencia de la Guerra Fría. En un intento por mejorar los lazos tensionados por la colisión aérea del 1º de abril, los negociadores mantuvieron ayer en Pekín conversaciones de dos horas y media que la Casa Blanca describió como �improductivas�. Los dos lados expusieron nuevamente sus versiones de la colisión del 1º de abril entre el avión de vigilancia de Estados Unidos EP-3 y el caza chino.
Los ocho negociadores norteamericanos reformularon su demanda de devolución del avión norteamericano valuado en 80 millones de dólares que las tropas chinas tomaron y despojaron de su equipo electrónico después que hiciera un aterrizaje de emergencia en la isla Hainan en el sur de China. Pero según los informes de Estados Unidos, la delegación china se negó a discutir el tema y los negociadores norteamericanos se fueron. La agencia oficial de noticias de China Xinhua dijo que las conversaciones continuarían hoy pero la Casa Blanca dijo que no existen tales planes. En cambio, el embajador de Estados Unidos en Pekín, Joseph Prueher, visitará el Ministerio de Relaciones Exteriores chino esta mañana para entregar un ultimatum: o se negocia el regreso del EP-3, o las conversaciones finalizan.
Continuar con las negociaciones �no tiene sentido desde nuestra perspectiva�, dijo un funcionario de la Casa Blanca ayer. Estados Unidos también quiere discutir más las causas de la colisión. Desde la liberación de los 24 hombres de la tripulación la semana pasada, el Pentágono ha estado mucho más agresivo al culpar al piloto chino, Wang Wei, que murió en el incidente, por acercarse demasiado al avión espía. China, en cambio, insiste en que el EP-3 viró bruscamente hacia su avión.
Ayer los funcionarios estadounidenses expresaron sorpresa por la posición china. La tripulación destruyó mucho del equipo de espionaje que había a bordo, antes y justo después de aterrizar. Todo lo que queda en Hainan es el anticuado fuselaje del avión a propulsión. �El tema del avión es ahora el principal,� dijo Bryan Bender, un especialista sobre China en el think tank de seguridad, Stratfor. �El gobierno chino quiere mostrarle al Ejército Popular de Liberación que ganó la partida.� El Pentágono había esperado un intercambio más difícil sobre las futuras �reglas operativas� entre los aviones de vigilancia de Estados Unidos que vuelan en los bordes de la costa china y los interceptores chinos. China exigió un fin a estos vuelos, pero Ari Fleischer, el vocero de la Casa Blanca, insistió en que Estados Unidos tenía el derecho legal de conducir vuelos en espacio aéreo internacional.
Los analistas dijeron ayer que ninguno de los dos lados tenía un interés a largo plazo por continuar la confrontación. Ruth Wedgwood, del Consejo de Relaciones Exteriores de Estados Unidos, dijo: �Los chinos estarían escupiendo al cielo. Necesitan un crecimiento económico a largo plazo�. Antes que comenzaran las conversaciones ayer, Estados Unidos hizo algunos ademanes conciliatorios, divulgando propuestas de postergar las ventas a Taiwan de avanzados sistemas de radares antimisiles Aegis, basados en destructores navales. De acuerdo a trascendidos publicados por el New York Times, Washington vendería ahora destructores clase Kidd �menos sofisticados que los contemplados�, desprovistos del sistema de radares.
Pero Washington sigue acosando a Pekín sobre el tema de los derechos humanos. Ayer en Ginebra, Estados Unidos presentó una moción en la ONU para someter a China al mismo patrón de medida que a los otros países con respecto a los derechos humanos, pero la moción fue derrotada 23 a 17 cuando las naciones africanas tomaron parte por China.
* De The Guardian de Gran Bretaña, especial para Página/12.Traducción: Celita Doyhambéhère
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