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 Mar del Plata quedó parcialmente sin luz, sin clases y sin operaciones en el puerto como consecuencia del devastador temporal que durante la madrugada de ayer azotó a buena parte del sur bonaerense. La velocidad del viento que alcanzó ráfagas de 75 kilómetros por hora arrancó techos y marquesinas allí mientras que obligó a 25 familias de Lincoln a buscar alojamiento para evacuarse. En varias regiones de los municipios de General Pueyrredón y General Alvarado, principales centros de la tormenta, fueron suspendidas las clases y el suministro de energía eléctrica como medida de prevención.
Las corrientes de aire comenzaron poco antes de las dos de la mañana en Mar del Plata y se prolongaron hasta el mediodía con intensidades que variaron entre los 55 y 75 kilómetros por hora. Guillermo Valotto, titular de Defensa Civil difundió la suspensión de las clases en todos los niveles para evitar, aseguró, �mayores inconvenientes�. Aunque distintas especulaciones, hicieron pensar en el cierre transitorio del aeropuerto local, voceros de la empresa Aeropuertos Argentina 2000 confirmaron que Camet trabajaba con normalidad. Fue en el puerto local donde se cancelaron todas las operaciones, por el riesgo de accidentes ante las �fuertísimas ráfagas de viento que azotaban la zona�, indicó el titular de Prefectura, Juan Carlos Travers quien además recomendó a los dueños de las embarcaciones, asegurar las amarras para evitar las pérdidas habituales en medio de estos temporales.
Aunque hasta última hora de la noche, no se conocía con precisión la cantidad de techos volados por la tormenta en los barrios más periféricos, desde Defensa Civil no contaban evacuados. Fue el departamento de Lincoln, a 450 kilómetros de Buenos Aires, donde el impacto del temporal provocó más evacuaciones. Esta zona considerada una de las más castigadas por la sucesión de tormentas ocurridas en los últimos siete días, cuenta con un total del 60 por ciento de sus tierras inundadas. Las 350 mil hectáreas del partido tienen ya serios daños materiales y están en riesgo las cosechas de maíz y trigo, sus producciones principales. En los últimos siete días, allí llovió cerca de 240 milímetros, casi el 30 por ciento de la media anual estimada en 900 milímetros.
El paseo de la Costanera fue uno de los escenarios más desoladores con los que despertó Mar del Plata. Mientras sobre los espigones, las olas seguían golpeando furiosas, sobre la calle no dejaron de rodar durante toda la mañana, los botes de basura desprendidos por el viento. A pocos metros de allí, el gigantesco techo de hierro y chapas de la estación Shell fue derrumbado cuando el viento consiguió voltear una de las columnas donde se sostenía.
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