Por Fernando Cibeira
Con los interminables sacudones económicos como música de fondo, algunos de los principales operadores del Gobierno ya comenzaron a pensar en los interrogantes políticos que se les presentarán en el mediano plazo. El principal: cómo hacer para no perder las elecciones de octubre. Ante la eterna tardanza de la reactivación económica y la falta de candidatos taquilleros que acepten salir a defender lo hecho hasta ahora, cerca del presidente Fernando de la Rúa va cobrando forma la posibilidad de lanzar a Domingo Cavallo para una eventual elección de vicepresidente que se realizaría en forma conjunta con los comicios legislativos. Una jugada inédita que �sostienen quienes la elaboraron� compensaría con beneficios los riesgos a tomar. Igual, por el momento, la jugada genera más rechazos que apoyos.
En un principio la idea fue adjudicada al grupo Sushi, que conforman Antonio de la Rúa y sus amigos, pero ellos lo niegan y aseguran que sería más acertado buscar su origen en el núcleo de dirigentes delarruistas de más vieja data, como podría ser el presidente de la Cámara de Diputados, Rafael Pascual. De viaje a Estados Unidos y Canadá junto al Presidente, Pascual ya había imaginado alguna otra alquimia electoral al hablar de fechas escalonadas de elecciones por provincias, una idea que primero De la Rúa meditó y que al parecer luego descartó.
De cara al comicio, al Gobierno se le presentan algunos problemas básicos. Por ejemplo, en la ciudad de Buenos Aires, el distrito donde suele conseguir sus mayores diferencias de voto, todavía no tiene candidato. Quienes figuran mejor en las encuestas, o bien eligieron un camino separado de la Alianza �es el caso de Lilita Carrió� o por lo menos reniegan mucho de las políticas de la Rosada, como sucede con Carlos �Chacho� Alvarez y Rodolfo Terragno. Quienes suenan como posibles reemplazantes �Enrique Olivera, Darío Alessandro o, incluso, Cecilia Felgueras� no ofrecen las mismas garantías de un triunfo holgado, pese a lo desarticulada que todavía luce la oposición.
Con Cavallo como candidato a vice, piensan cerca de De la Rúa, esas dudas se borrarían de un plumazo. Desde el delarruismo �sea sushi o cualquier otro sector� analizan las ventajas que tendría la movida de la siguiente forma:
Nacionalización: con la vicepresidencia en juego, la elección quedaría nacionalizada. De esta forma, la Alianza tendría la posibilidad de que algunos candidatos débiles �se dice que en la provincia el oficialismo estaría perdiendo por más de 10 puntos� sean traccionados hacia arriba con una buena elección de Cavallo.
Mayoría: un hipotético triunfo de Cavallo dejaría al Gobierno con mayoría en ambas cámaras y un horizonte despejado para gestionar durante los dos próximos años.
Coalición: con la Alianza encolumnada detrás de Cavallo, quedarían de lado las especulaciones acerca de a quién irán a parar los votos de los seguidores del ministro de Economía. Por ejemplo, en la provincia de Buenos Aires, luego de las declaraciones de Raúl Alfonsín, quedó en claro que una lista conjunta es imposible. �Nosotros no vamos a darle los argumentos a Alfonsín para que baje su candidatura�, dijo a
Página/12 el dirigente cavallista Guillermo Francos. Según el rompecabezas en que se ha convertido la política argentina, lo más probable hasta ahora es que el cavallismo vaya en la boleta del duhaldismo.
También son notorias las desventajas que podría tener una decisión semejante, hasta ahora inédita en la historia política argentina. La más obvia, que Cavallo pierda y quede como vicepresidente de De la Rúa un peronista. �Es imposible que en tan poco tiempo el justicialismo consiga un candidato por consenso. Lo más probable es que no se pongan de acuerdo y terminen peleados entre ellos�, explicó uno de los defensores de laelección. El dirigente delarruista explicaba que, de última, el riesgo se corre igual. �Si perdemos en las elecciones para diputados y senadores y quedamos en minoría en las dos cámaras, ¿cómo hacemos para gobernar dos años más?�, agregó.
Lo que no es un detalle a esta altura es preguntarse cómo podría ser recibida la iniciativa en el Frepaso o aun en el propio cavallismo. La fuerza de Chacho Alvarez pugna hoy por integrarse de alguna forma gravitante en el nuevo esquema de gobierno, por lo que sólo pensar en una candidatura estelar para el omnipresente jefe de Hacienda les cae como una patada al hígado. �Es una alternativa descabellada�, definió el jefe del bloque de diputados aliancistas, Darío Alessandro.
Si bien el primero que habló de una posible candidatura a vice fue el propio Cavallo, el hecho ocurrió allá lejos en el tiempo. Sucedió en los días posteriores a la renuncia de Alvarez, un siglo para la dinámica de la política local. �Es un planteo viejo que hoy perdió vigencia�, explicó un dirigente de Acción por la República. En el cavallismo entienden que la urgencia del momento no permite que su jefe abandone la conducción económica para dedicarse a recorrer el país como candidato. �Pilotear la crisis no es tan fácil, nadie tiene la personalidad de Cavallo�, añadió.
Quienes elaboran la alternativa de la elección anticipada, piensan que es una oferta demasiado tentadora para que Cavallo la deje pasar así nomás. �Por primera vez tendría las mejores chances de ganar una elección nacional, con todo el aparato partidario del radicalismo sosteniéndolo�, explicaban cerca del Presidente. Y añadían que, en caso de ganar, quedaría sólidamente posicionado para las candidaturas del 2003.
Claro que, de última, la alquimia de �Cavallo vice� podría finalmente quedar en la nada si aparece una alternativa más atractiva. Por ejemplo, que Chacho Alvarez acepte representar a la Alianza en la Capital Federal, una idea a la que hasta ahora el ex vice se resiste con uñas y dientes. �Si quería ser jefe de Gabinete no se entiende por qué no puede ser candidato a senador, que es un compromiso mucho menor�, razonan cerca del Presidente. Como se ve, en política todo es definitivo, hasta que aparece una idea mejor.
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