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Decenas de mozos �y mozas�, vestidos con su habitual ropa de trabajo, participaron ayer del IV maratón organizado por la Escuela de Superior de Hotelería y la Subsecretaría de Turismo del gobierno porteño, después de dos años de suspensión. Desde la esquina de Defensa y México, los competidores caminaron veinte cuadras llevando una bandeja con una botella de cerveza y dos vasos hasta el Hotel Intercontinental. Además de mantener el equilibrio, el ritmo de carrera y de conservar la elegancia, los mozos y mozas tuvieron que esquivar baches y basura acumulada sobre el asfalto.
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