Por
Santiago Rodríguez
Emir
Yoma tiene para largo rato en la cárcel en su condición
de presunto organizador de la asociación ilícita que vendió
armas a Ecuador y Croacia en forma ilegal. Pero si su suerte llegase a
cambiar está a punto de hacerse de dinero más que suficiente
para pagar una eventual fianza: en la sucursal Chilecito del Banco Nación,
en La Rioja, hay un plazo fijo que vence el próximo viernes por
casi 12 millones de dólares que el Grupo Yoma S.A. reclama en concepto
de reintegros de exportaciones que no han sido verificadas. La curtiembre
del ex cuñado de Carlos Menem podría llevarse ese día
el efectivo gracias a una maniobra avalada por la Cámara Civil,
Comercial y de Minas de Chilecito que el Nación y la Administración
Federal de Ingresos Públicos (AFIP) denuncian como ilegal
y a la inacción de la Justicia en distintas instancias, incluida
la Corte Suprema. El colmo es que los Yoma le deben al mismo Nación
y a los bancos Provincia y Ciudad 140 millones de dólares de créditos
que se presume les fueron concedidos irregularmente durante el gobierno
menemista y nunca han hecho nada por cancelar esa deuda.
Los 11,8 millones de dólares que en cuatro días estarán
disponibles en la sucursal Chilecito del Nación no es todo el dinero
que los Yoma pueden llegar a obtener de ese banco, al cual le deben 90
millones por los préstamos de los años del menemismo que
jamás cancelaron: en discusión hay también otros
7,6 millones de dólares que la ex familia política de Menem
argumenta que le adeudan por un porcentaje impago de títulos que
la curtiembre emitió en el 94 para pagar sus deudas (ver
aparte).
Ambos reclamos tienen, además de los Yoma, un denominador común:
la Cámara Civil, Comercial y de Minas de Chilecito, presidida por
Daniel Flores, a cuyo favor fue realizado el plazo fijo que vence el próximo
viernes. Ese tribunal es el que tiene a su cargo el concurso de acreedores
al que se presentó la curtiembre en agosto de 1998 ante la imposibilidad
de saldar sus deudas. Los otros dos grandes acreedores del grupo son el
Provincia y el Ciudad, que hasta ahora también han esperado en
vano el pago de los 50 millones que les debe el Grupo Yoma S.A.
Desde que se presentó a concurso, Yoma no formuló a sus
acreedores ningún plan serio para cancelar sus obligaciones. La
Cámara de Chilecito nunca lo conminó tampoco a que lo hiciera
y, por el contrario, aceptó cada uno de los argumentos de la curtiembre
para dilatar el trámite. Aquellos con acceso al expediente aseguran,
incluso, que es habitual que las resoluciones del Tribunal que en
la mayoría de los casos sólo firma Flores sean copias
textuales de los escritos presentados por los Yoma.
Es la misma Cámara de Chilecito, también, la que ordenó
al Nación que embargara las cuentas de la AFIP por los reintegros
a las exportaciones y recursos generados por la promoción industrial
a la curtiembre que reclaman los Yoma. La historia empezó a fines
de mayo del año pasado, cuando el organismo recaudador le cambió
el régimen de liquidación de los reintegros a las exportaciones
al Grupo Yoma S.A.
La AFIP
tiene dos formas de concretar esos reintegros: los liquida entre los 120
y los 180 días posteriores a la exportación, una vez verificada
la veracidad de una declaración jurada que presentan los exportadores,
o a los pocos días de concretado el envío al exterior y
después constata que los datos brindados por el exportador coincidan
con la realidad. Esta última modalidad conocida como devolución
anticipada se aplica a las empresas cuya situación
patrimonial garantiza la devolución al fisco del dinero que pueda
ser liquidado de más.
Al Grupo Yoma S.A. se le pagaban los reintegros de esa manera, pero en
mayo del año pasado la AFIP consideró que su delicada situación
financiera hacía necesario que presentara las declaraciones juradas
para luego recibir los reembolsos. Entonces, la Cámara de Chilecito
intimó a la AFIP a que mantuviera a la curtiembre en régimen
de devolución anticipada yfrente a la negativa ordenó
al Nación que embargara las cuentas del organismo recaudador por
el monto de los reintegros que reclamaban los Yoma.
En combinación con la AFIP, el Nación se resistió
a cumplir la medida con el argumento de que los fondos públicos
son inembargables y de que un tribunal provincial era incompetente para
inmiscuirse con el fisco nacional. La respuesta de Flores fue un oficio
amenazando al banco con una multa del 4 por ciento por cada día
de retraso. Con esa espada de Damocles en su cabeza y frente a la desestimación
de cada una de sus presentaciones ante el tribunal de Chilecito, el directorio
del Nación encabezado en esa época por Chrystian Colombo
optó en julio por una salida negociada: aceptó salir hasta
diciembre del 2000 como garante de la curtiembre en tercera instancia
primero figuraba el Estado riojano y después una compañía
de seguros ante la AFIP para que siguieran pagándole los
reintegros anticipadamente a cambio del compromiso de Yoma de solicitar
a Flores el levantamiento del embargo y las multas y de presentar durante
ese lapso una propuesta concursal seria para cancelar sus deudas.
No sólo la curtiembre no cumplió su parte, sino que Flores
suspendió el embargo y las multas en lugar de levantarlos. Y cuando
el Nación le canceló los avales, Yoma solicitó a
la Cámara de Chilecito que volviera a embargar las cuentas de la
AFIP. En esa oportunidad, el ex cuñado de Menem pidió el
embargo ya no sólo por los reintegros de los meses en curso mensualmente
el grupo recibe por esa vía algo más de 1,5 millones de
dólares sino también por 11,8 millones de dólares
que argumenta que el fisco le debe por errores en sus declaraciones de
exportaciones entre 1992 y 1997.
La reacción de la AFIP y el Nación fue la misma, aunque
con un par de agregados: primero que por esos 11,8 millones de dólares
no podían realizarse pagos por anticipado; segundo que para esa
deuda regía la ley de emergencia económica y que, aún
si fuera cierto que existe, debía pagarse en bonos. Flores rechazó
los argumentos y volvió a la carga con la multa, pero de manera
más virulenta: dispuso que los directores del Nación respondieran
con su patrimonio por el pago de las mismas.
El Nación recusó a los integrantes de la Cámara de
Chilecito. Sus otros dos integrantes, Sofía Nadder de Bassani y
Rodolfo Rejal, se inhibieron de seguir en el caso la semana pasada, pero
no así Flores, quien en particular fue cuestionado por haberse
manifestado claramente en público a favor de los intereses de los
Yoma (ver aparte).
La multa sobre los 13 millones de dólares que Yoma reclamaba al
momento en que Flores volvió a imponerla representaba 528 mil dólares
diarios. Si el Nación se demoraba un mes debía por lo tanto
resarcir al ex cuñado de Menem con 16 millones de dólares.
Si la tardanza llegara al año, tenía que pagarle 190 millones.
O sea: en el término de 12 meses, Yoma pasaría de deberle
90 millones al Nación a ser su acreedor por 100 millones.
Frente a semejante despropósito, el banco recurrió al juez
federal Claudio Bonadío quien tiene a su cargo la causa por
las presuntas irregularidades en la concesión de los préstamos
de bancos oficiales a los Yoma para que investigara la actuación
de la Cámara de Chilecito. La maniobra fue presentada como posible
defraudación a la administración pública y también
se denunció por presunto prevaricato a Flores.
Bonadío se declaró incompetente y giró la denuncia
al juez federal de La Rioja, Enrique Chumbita. El magistrado riojano se
pronunció del mismo modo y remitió el caso a la justicia
penal ordinaria de esa provincia.
La Corte Suprema también se lavó las manos. A esa instancia
recurrió la AFIP y el Nación no sólo acompañó
esa presentación, sino que además depositó los 13
millones en discordia en una cuenta a nombre del máximotribunal.
En apenas cinco líneas y sin dar siquiera vista al Procurador
General de la Nación, Nicolás Becerra la Corte contestó
que no era la vía procesal indicada y devolvió el dinero
al banco.
Con la amenaza de Flores vigente por la inacción de las otras instancias
judiciales, la AFIP recomendó al Nación que pagara a la
curtiembre los reembolsos a las exportaciones correspondientes al 2001.
Los 11,8 millones que Yoma reclama por reintegros adeudados del 92
al 97 están en el plazo fijo a nombre de la Cámara
de Chilecito.
El Nación recurrió a la Oficina Anticorrupción en
busca de alguna salida y también apeló las declaraciones
de incompetencia de Chumbita y Bonadío. La resolución del
riojano está sujeta al análisis de la Cámara Federal
de Córdoba y la de Bonadío al de la Sala I de la Cámara
Federal porteña. Este último tribunal es el que integran
Horacio Vigliani y Luisa Riva Aramayo, la misma camarista que en su momento
exculpó a Amira Yoma y que hace un par de semanas Página/12
vio salir de las oficinas de Carlos Corach, al mismo tiempo en que allí
se desarrollaba una reunión con Mariano Cúneo Libarona en
la que se discutió la estrategia para defender a Emir en el caso
de la venta ilegal de armas.
Si de ninguno de esos tres ámbitos surge alguna decisión
que ponga freno a la maniobra, el próximo viernes habrá
11,8 millones de dólares esperando a Yoma en la sucursal Chilecito
del Banco Nación.
Claves
El Grupo Yoma S.A. debe a los bancos Nación, Provincia y
Ciudad 140 millones de dólares por créditos obtenidos
durante el gobierno menemista que se sospecha que fueron tramitados
y concedidos en forma irregular.
En agosto de 1998 el grupo
se declaró en concurso de acreedores. Nunca formuló
un plan serio para cancelar esa deuda.
Los Yoma reclaman 11,8 millones
de dólares a la AFIP por reintegros a las exportaciones que,
argumentan, les deben por errores en sus declaraciones de exportaciones
entre 1992 y 1997.
En las últimas semanas
el Grupo recibió, gracias a una maniobra denunciada como
ilegal por el Nación y la AFIP, 1,7 millones
de dólares por reembolsos de exportaciones que por su delicada
situación patrimonial no se les deberían haber pagado.
En discusión con
el Nación están 7,6 millones de dólares que
la ex familia política de Menem sostiene que le deben por
un porcentaje impago de títulos que la curtiembre emitió
en el 1994 para pagar sus deudas.
El reclamo también
pesa sobre el Provincia y el Ciudad, con lo cual el monto asciende
a 14 millones de dólares; es decir, el 10 por ciento de lo
que el Grupo Yoma S.A. adeuda a los tres bancos.
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OTROS
7,6 MILLONES DE DOLARES
Un
vuelto por el bono
Por
S.R.
La
posibilidad de que el Banco Nación pierda 7,6 millones de dólares
a manos del Grupo Yoma SA está latente: se trata del monto que
la curtiembre reclama como impagos por títulos que emitió
hace siete años a través de esa entidad para saldar parte
de sus deudas.
En 1994, los Yoma convinieron con sus principales acreedores los
bancos Nación, Provincia y Ciudad emitir un bono para pagar
parte de su pasivo. Las tres entidades accedieron y acordaron como
en cualquier operación de ese tipo que los títulos
no serían pagados a su valor nominal del 100 por ciento, sino al
86,6 por ciento.
En febrero de este año el presidente de la Cámara Civil,
Comercial y de Minas de Chilecito, Daniel Flores, dispuso de oficio o
sea sin que los Yoma lo pidieran y sin correr vista al Nación
que el banco pagara a la curtiembre 7,6 millones. Ese es el monto correspondiente
al 14,4 por ciento del valor de los bonos, que según el magistrado
el Nación retuvo indebidamente al pagarlos sólo al 86,6
por ciento de su valor.
Flores también hizo extensiva la medida al Provincia y al Ciudad,
con lo cual lo que los tres bancos tendrían que reponerle a la
ex familia política de Carlos Menem asciende a 14 millones de dólares;
o sea, el 10 por ciento de los 140 millones que los Yoma les deben a esas
entidades.
Curiosamente, Flores ordenó que se le pagara esa suma a los Yoma
una semana después de que Emir pidiera al Nación un acuerdo
que le asegurara los ingresos necesarios para mantener el equilibrio financiero
del grupo. El banco presentó un recurso ante la misma Cámara
de Chilecito por una cuestión procesal de La Rioja el mismo
tribunal actúa en una suerte de segunda instancia y dejó
abierta la puerta para recurrir en casación ante la Corte riojana
y la Corte Suprema de Justicia.
Flores todavía no respondió la apelación, pero con
sólo repasar sus actuaciones los abogados del Nación tienen
más de una razón para suponer que en cualquier momento puede
volver a reclamar el dinero para los Yoma.
Un
juez en quien confiar
Por S. R.
Habría
que movilizarse en apoyo a la curtiembre. La frase no pertenece
a Emir Yoma ni a ninguno de sus parientes, sino que es parte de
la arenga a los trabajadores de ese establecimiento que el presidente
de la Cámara Civil, Comercial y de Minas de Chilecito, Daniel
Flores, realizó hace un par de meses. Se trata de apenas
una muestra de cómo piensa el juez que debería trabajar
para que los bancos Nación, Provincia y Ciudad recuperen
los 140 millones de dólares que le prestaron al Grupo Yoma
S.A.
Los abogados del Nación, los de la AFIP y los de los otros
bancos acreedores de la curtiembre no necesitaban de las declaraciones
de Flores para constatar su buena voluntad a favor de Emir y su
familia. Prueba deella son, por ejemplo, las diversas resoluciones
del magistrado que reproducen en forma casi textual los escritos
de los Yoma.
Pero en febrero, Flores se sinceró en público: no
sólo llamó a movilizarse en defensa de
la curtiembre, sino que fue más allá y dijo que aquellos
que retienen reintegros por exportaciones al Grupo Yoma S.A. podrían
estar en una situación delictual.
Semejantes expresiones dieron pie al Nación para recusarlo.
Sin embargo, Flores se resiste a dejar la causa.
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