Por
Claudio Zlotnik
En
otra jornada caótica en los mercados, el riesgo país trepó
ayer 238 puntos y se ubicó en los 1284, record para la Argentina.
Un nivel que ni siquiera fue alcanzado tras las caídas de las economías
de Rusia y Brasil. Con esta escalada, la percepción de los inversores
sitúa a la economía argentina como uno de las más
vulnerables entre las emergentes, mucho más que Rusia, Turquía
y Brasil, por ejemplo, tres países que atravesaron profundas crisis
en los últimos años. Tomando a América latina, Argentina
quedó ayer sólo detrás de Ecuador (1600 puntos),
debido a que este último todavía está tratando de
recomponerse después de caer en la cesación de pagos de
su deuda y adoptar la dolarización.
La causa de la trepada histórica del riesgo país fue una
fortísima depreciación de los títulos públicos,
de entre 6 y 8 por ciento, aunque hubo casos puntuales en donde la baja
superó el 10 por ciento (ver aparte). Y se inscribe en la pulseada
que Domingo Cavallo viene manteniendo con los operadores internacionales,
que apuestan a que la Argentina siga los pasos de Rusia y Brasil. De poco
sirvió la carta que el ministro envió a los corredores locales
e internacionales (ver aparte), pidiendo una tregua, después de
llamarlos miopes que no entienden nada.
La corrida en contra de los títulos de deuda, que se inició
el jueves y viernes últimos, se potenció el lunes
negro por el temor creciente de los tenedores de esos bonos a que
la Argentina no pueda hacer frente a los pagos de su deuda y deba reestructurar
los vencimientos. Incluso, el hecho de que Domingo Cavallo decidiera aplazar
la licitación de Letras y Bonos del Tesoro por 500 millones, prevista
para hoy, dinamizó la ola de ventas de títulos, a pesar
de que la postergación en la colocación de Letes y Bontes
había sido reclamada por los banqueros, con el objetivo de que
Economía no terminara convalidando tasas del 16 ó 17 por
ciento anual.
La liquidación masiva de bonos argentinos a precios de remate por
parte de los financistas deja abierta algunos interrogantes.
1¿Quiénes
venden?
En su mayoría, los fondos de inversiones extranjeros que, alarmados,
desarman posiciones en medio de las versiones sobre una reestructuración
de la deuda. Por ahora, los bancos locales muestran una actitud prudente
ante la crisis en virtud de que la constante depreciación de los
bonos afecta sus balances. Las principales entidades financieras no creen
que Cavallo disponga una reprogramación de la deuda compulsiva,
al menos en el corto plazo. En conjunto, los bancos poseen en sus activos
unos 15 mil millones de dólares en bonos del Gobierno. Las ventas
que ayer hicieron los bancos fueron por órdenes de sus clientes
pero no se deshicieron de sus carteras.
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¿Hay posibilidad de una reestructuración de la deuda?
En la city descartan que ello ocurra en el corto plazo por dos razones.
Por un lado, si Cavallo la encarara en el marco actual, los inversores
reclamarían tasas de interés altísimas. De hecho,
los bancos estadounidenses Goldman Sachs, Boston y JP Morgan habrían
acercado a Economía una propuesta para refinanciar pasivos por
un mínimo de 10 mil millones a 30 años de plazo, a una tasa
de entre 15 y 16 por ciento anual. Y Cavallo la habría desechado.
Por el otro, el ministro dispone de dinero suficiente para llegar con
los cumplimientos de los próximos meses. De hecho, la última
semana consiguió 960 millones de los bancos y las AFJP, que se
suman a los 2000 millones del bono que suscribieron los bancos a cambio
de computar bonos como encajes y otros 1000 millones que se terminaron
de conseguir ayer entre un grupo de empresas y entidades financieras.
Y a estos montos deben adicionarse los fondos que el FMI, el Banco Mundial
y España desembolsarán en las próximas semanas como
parte del blindaje.
3¿Existe
un complot contra el ministro?
En Economía están convencidos de que Pedro Pou operó
en los principales bancos de inversiones de Wall Street para que se desate
la corrida. En Nueva York, hay grandes operadores que están apostando
en contra de la Argentina. ¿Cómo hacen? Efectúan
ventas en descubierto. Es decir, alquilan bonos a quien los
posee pagando una renta mensual. Una vez en poder de esos títulos,
los colocan en el mercado esperando comprarlos más adelante a un
precio más bajo y devolverlos a su dueño original,
lo que les originaría una ganancia de capital. En cambio, si cambian
las expectativas y el precio de los títulos sube, estos financistas
perderían dinero. Esta es la clave de la pulseada de los especuladores
con Cavallo.
4¿Hubo
ayer fuga de depósitos y de divisas?
A pesar de las turbulencias, no se notaron retiros de depósitos
en los principales bancos de plaza. Tampoco hubo fuga de dólares.
Esta realidad permitió que la tasa interbancaria se operara en
niveles normales: del 10 por ciento en dólares, y del 13 por ciento
en pesos.
Lunes
negro en la Bolsa
El
pánico de los financistas dejó el riesgo país
en una marca record (1284 puntos) y a los títulos públicos
mostrando pérdidas pocas veces vistas. Los bonos mostraron
bajas de entre 6,1 por ciento (Brady FRB) y el 8 por ciento (Global
2099 y Global 2030), aunque hubo casos puntuales -como el Bonte con
vencimiento en 2005 que cayó un 15 por ciento. El pesimismo
de los financistas también impactó en el mercado accionario:
el índice MerVal terminó con una caída del 2,1
por ciento, con un volumen de negocios de 38 millones de pesos. Esta
caída es una exageración, lo opuesto a una exuberancia
irracional, señaló, desde Nueva York, Arturo Porzecanski,
economista del ABN Amro Bank. A su vez, Porzecanski identificó
dos cuestiones que dispararon la ola de ventas de los títulos
públicos: la ofensiva de Domingo Cavallo sobre la autonomía
del Banco Central y el lanzamiento de la flexibilización de
la convertibilidad. Según el analista, ambos hechos introducen
dudas entre los inversores internacionales. También desde Wall
Street, otro analista dijo a Página/12 que la recuperación
llegará cuando Cavallo logre modificar las expectativas y formule
anuncios tendientes a la reactivación económica. El
mercado brasileño no fue ajeno a las turbulencias. El real
se devaluó a su mínimo histórico: 2,26 unidades
por dólares. Incluso en España acusaron a la crisis
argentina por la caída de su mercado bursátil. |
Defensa
para los bancos
Con
la convicción de que Pedro Pou tiene la horas contadas al frente
del Central, un grupo de directores de la entidad propondrán
a los bancos una manera para que sus patrimonios no se vean afectados,
a pesar del derrape de los títulos públicos. La intención
de los directivos es que las entidades financieras computen la totalidad
de los bonos que poseen a los precios de compra y no a los de mercado.
De esa manera, los bancos no deberían pasar a pérdida
la desvalorización de los títulos (previsionando el
efecto negativo en sus balances). El efecto de la movida radica en
que no disminuye la liquidez de las entidades y, por lo tanto, de
su capacidad prestable, lo que alejaría aun más la posibilidad
de una reactivación. |
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