Por
Fernando Cibeira
En
la reunión que mantuvieron ayer en Olivos, el presidente Fernando
de la Rúa, el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, y el ministro
de Economía, Domingo Cavallo, quedó sellada otra vez
la suerte del titular del Banco Central, Pedro Pou. Quedó
sin ningún apoyo, resumió uno de los funcionarios
que asistió durante otro día de tensión a la quinta
presidencial que, por la noche, volvía a ser escenario de reuniones.
En los encuentros, continuaban la preparación de una serie de medidas
que pretenden presentar como forma de plan para demostrar que Hacienda
mantiene en caja los gastos y que el pago de la deuda está asegurado.
En el ojo de la tormenta, el Gobierno continúa con su nueva estrategia
de no confrontar a los mercados. Cavallo, en tanto, buscó otra
forma de seguir repartiendo optimismo. Le explicó al Presidente
que estaban frente a los últimos arrestos de una ofensiva de los
mercados y que, cuando la tendencia se revierta, así como ahora
baja, la Bolsa no parará de subir.
De la Rúa llegó a Ezeiza a la mañana. Venía
de Quebec, de la Cumbre de las Américas, y ansioso por escuchar
buenas noticias, según dijo, de parte de Cavallo luego
de un jueves y viernes negro en los mercados. Viajó en helicóptero
a Olivos donde ya lo esperaban Colombo y Cavallo. Luego se les agregó
también el secretario general de la Presidencia, Nicolás
Gallo. Uno de los temas que tocaron fue la renuncia de Pou, una salida
de la que se viene hablando desde hace meses y que fue pasando por distintos
estados dentro del Gobierno. Ahora, las discrepancias entre Cavallo y
Pou por la actividad de Central apuraron el fin de la historia. Como posibles
reemplazantes de Pou, en la Rosada sonó desde temprano el nombre,
del banquero Roque Maccarone como gran favorito. Un pálpito que
al fin del día parecía confirmado. A placé figuró
por un rato el ex ministro Ricardo López Murphy, mientras que como
una opción con menos chances aparecía el asesor Horacio
Liendo.
Además, durante la mañana y luego otra vez a la noche, discutieron
las próximas medidas que firmará el Presidente, que Cavallo
pretende presentarlas como un paquete. Habrá una profundización
del recorte del gasto público junto a un nuevo plan fiscal y la
preparación del proyecto de ley de Crédito Público
por la que el Gobierno garantizará el pago de las deudas con la
recaudación impositiva. Además, consensuaron que Colombo
fuera al Senado para dialogar con los justicialistas que quieren que la
modificación a la carta orgánica del Central se haga por
ley y no a través de un decreto presidencial.
Mientras esto se discutía, afuera los mercados llevaban el riesgo
país a niveles inéditos y la Bolsa no detenía su
caída (ver página 5). En Olivos, insistieron en su nueva
política de no confrontar y trabajar en silencio. De acuerdo a
la explicación que Cavallo le dio a De la Rúa, la ofensiva
de los mercados se terminará en un par de días, tan pronto
como comprendan que el país tiene recursos suficientes para hacer
frente a sus deudas y que los organismos internacionales apoyan. Entonces,
casi mágicamente, se cumpliría aquella predicción
de que quienes apuesten contra el peso perderán dinero. A partir
de ahí, muchos entenderán que comprar bonos argentinos a
precios irrisorios es negocio y la bolsa subirá, el riesgo país
bajará y la economía se reactivará. El Presidente,
aseguran, le creyó.
OSCAR
LAMBERTO (PJ) HABLO DEL ADELANTAMIENTO DE LAS ELECCIONES
Sólo
Ecuador está peor que nosotros
Por
Eduardo Tagliaferro
No
duda en señalar que el adelantamiento de las elecciones nacionales
puede ser una posible salida institucional a la actual crisis económica.
No se le escapa la importancia que tienen sus definiciones en el contexto
de un gobierno acosado por los mercados financieros. En diálogo
con Página/12, Oscar Lamberto no duda en diferenciarse de la dolarización
impulsada por Carlos Menem. El único país que está
peor que nosotros es Ecuador, que dolarizó su economía,
dice.
¿Usted reclamó la convocatoria anticipada a elecciones
nacionales como una salida a la actual situación económica?
Un periodista me preguntó cómo es la salida institucional
a una crisis de este tipo. ¿Es posible una convocatoria anticipada
a elecciones?, me dijo. Sí todo es posible, dije, aunque quiero
ser claro ojalá que no ocurra.
De su respuesta deduzco que opina que la actual crisis económica
está sobredeterminada por las condiciones políticas.
Nunca una crisis se presenta separada de la otra. De hecho la situación
económica se viene complicando día tras día. Estamos
frente a un gobierno que fue gastando su capital a lo largo de un año
y medio. Que en un mes cambió a dos ministros de Economía
y trajeron a un ministro (Domingo Cavallo) que tenía toda la credibilidad
pública hace 30 días y ahora está peleando en medio
de los molinos de viento. Aquí se ha fragmentado el poder político.
No cree que si los mercados ponen las futuras condiciones políticas,
¿los disciplinados serían todos los partidos políticos?
El tema de los mercados es una entelequia. Si hay solvencia económica
no hay mercado posible que pueda perjudicarlo. Si por el contrario hay
problemas de endeudamiento, costos financieros altísimos y déficit
fiscal, estamos frente a una economía vulnerable a cualquier virus.
Los mercados no pudieron con (Juan Domingo) Perón lo tuvieron que
sacar a tiros.
Era otro momento histórico.
También era otra economía. Los mercados tampoco pudieron
con (Carlos) Menem.
¿Cómo? ¿Está diciendo que el contexto
político en el que gobernó Menem es el deseado por los mercados?
No hay duda de que exista un poder muy fuerte. Le podría
gustar o no el gobierno de Menem, pero nadie dudaba de su fortaleza. Una
de las diferencias con este gobierno era el gran compromiso que se tenía
con sus cuadros políticos. El equipo de Cavallo era mucho más
grande que el actual y había elementos que equilibraban a los distintos
sectores. En ese equilibrio, el rol de (Eduardo) Bauzá fue muy
importante.
Pero la actual crisis tuvo su germen en el gobierno de Menem.
En un antiguo debate por el Presupuesto yo dije que habíamos
dejado de emitir plata y emitíamos deuda externa. En ese momento
dije que tendríamos problemas. Para volver al escenario de tres
años atrás tenemos que desandar un camino durísimo
y eso que en ese momento estábamos mal.
¿Qué opina de las declaraciones de Menem en las que
recomendó comprar dólares?
No es bueno gritar fuego dentro del teatro.
¿La convocatoria a elecciones puede cambiar este escenario?
Yo estoy planteando alternativas institucionales. Antes en momentos
como estos aparecían los clarines (de los golpes de Estado). Ahora
la única alternativa frente a una crisis por la falta de seriedad
política son las elecciones. No hay otra salida institucional.
Si un gobierno que no llegó a los 17 meses de gestión,
es suplantado. ¿No cree que quien lo suceda tendrá más
condicionamientos que los recibidos por (Fernando) De la Rúa?
Cuando llegó este gobierno tenía un objetivo claro
que era tumbarlo a Menem y atrás de ese objetivo no había
mucha consistencia. Luego de ganar las elecciones hay que empezar a gobernar.
Incluso diría que (José Luis)Machinea no hizo las cosas
mal, el problema era la falta de confianza política que irradiaba.
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