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REPRESION DE CAMPESINOS Y COCALEROS EN BOLIVIA
Una batalla llamada La Paz

Las calles de la capital boliviana presenciaron el combate cuerpo a cuerpo de manifestantes y fuerzas del gobierno. Hoy para el transporte. El Estado de sitio parece inminente.

Página/12
en Bolivia

Por Oscar Guisoni
Desde La Paz

El día tan temido por el gobierno finalmente se hizo realidad en Bolivia. A pesar de las amenazas y la reiterada represión de la policía y las Fuerzas Armadas, las marchas de campesinos y cocaleros que habían partido del interior del país hace ya más de una semana llegaron finalmente a la ciudad de La Paz. Desde las primeras horas de la madrugada de ayer, los escasos manifestantes que lograron sortear la intervención militar del domingo, comenzaron a reunirse en la periferia de la sede de gobierno. Pero cuando pretendieron manifestarse, la represión hizo de la capital boliviana un campo de batalla.
En la ciudad periférica de El Alto, a las puertas de La Paz, se agruparon los manifestantes que responden al diputado cocalero Evo Morales. Y los temores del gobierno se hicieron realidad: apenas ochenta marchistas lograron concentrar la adhesión, cerca del mediodía, de más de 8 mil personas que acudieron a la convocatoria. Reunidos en una plaza de la ciudad más pobre de toda Bolivia, a la una de la tarde comenzaron a organizarse para bajar al centro de La Paz, más precisamente a la Plaza San Francisco, donde estaba previsto realizar a las cuatro un cabildo abierto, con la presencia de los marchistas que habían llegado desde la cercana región de Yungas y con otros sectores de la misma ciudad, que se encuentran en conflicto desde hace también más de una semana, como los vendedores ambulantes y los jubilados.
Pero la acción represiva de las fuerzas militares y policiales no se hizo esperar. Primero intentaron dispersar a los manifestantes en la misma ciudad de El Alto, lo que hizo que el grupo se dispersara y los marchistas comenzaran a bajar a la ciudad por infinidad de calles aledañas a la autopista principal, que se encontraba totalmente militarizada.
Lo mismo intentaron hacer, y lo mismo tuvieron que enfrentar, quienes habían llegado a la ciudad desde el trópico yungueño. Primero se enfrentaron con la policía en la vecindad del mercado de Villa Fátima, en el norte de la ciudad, y a medida que fueron avanzando, protagonizaron distintos enfrentamientos con la policía, lo que dejó a la ciudad repleta de pequeñas barricadas e incendios de neumáticos, provocados con el objetivo de mitigar la acción de los gases lacrimógenos.
Finalmente, los policías terminaron peleando cuerpo a cuerpo con los manifestantes que llegaban al centro paceño, en grupos de cinco o diez personas, en varias arterias importantes de la ciudad, que antes de las cuatro de la tarde se había convertido en un auténtico campo de batalla. Al comprobar que el cabildo no iba a poder realizarse en los términos en que había sido previsto, porque la plaza San Francisco estaba repleta de uniformados, los dirigentes se dirigieron a la sede de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos. Al cierre de esta edición preparaban una conferencia de prensa.
Mientras tanto, en el interior del país la situación parece a punto de explotar en cualquier momento. En la localidad de Yacuiba, en la frontera con la Argentina, una pueblada que contó con la participación de más de 20 mil personas fue duramente reprimida por militares y policías. Mientras, en Oruro se prepara ya el paro cívico anunciado para el próximo viernes y en Cochabamba puede comenzar en cualquier momento un bloqueo de caminos, en protesta por la represión. La conmoción social dará hoy una vuelta de tuerca cuando los transportes de todo el país realicen hoy una huelga general. Con este oscuro panorama, el dictado del Estado de sitio por parte del gobierno parece ser sólo una cuestión de horas. Para complicar aún más el panorama político, el opositor Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) continúa con el propósito de presentar hoy en el parlamento el pedido de renuncia del presidente Banzer, mientras que el oficialismo adelantó que ni siquiera está dispuesto a permitir que el tema entre en agenda. El gobierno ha suspendido, como consecuencia de este pedido opositor, la Cumbre de partidos políticos que pensaba realizar con el objetivo de hallarle una salida a la crisis. Y la Corte Nacional Electoral ya advirtió que si la situación continúa así, es muy probable que no se puedan realizar las elecciones presidenciales del 2002.

 

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