Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
KIOSCO12


GUILLERMO ALEJANDRO LLEGO DE INCOGNITO A EZEIZA
Piedra libre para el príncipe

Pocos días después de Máxima Zorreguieta, su novio pisó Ezeiza: quería pasar inadvertido pero fue descubierto por un canal. Festejará el compromiso con sus suegros, objetados en su país.

El sombrero pretendía ocultarlo, pero lo hizo más notorio en el salón vip de Ezeiza.
Quería evitar ser descubierto, por lo que no lo esperaba nadie de su embajada.

El malhumor partió de una premisa errada. El príncipe de Holanda supuso en algún momento de su sigilosísimo viaje a la Argentina que pasaría inadvertido por Ezeiza. Fue un error. Aunque intentó esconderse bajo un aparatoso sombrero de cowboy, Guillermo Alejandro fue descubierto por una cámara de tevé apenas atravesó ayer el salón vip de visitas exclusivas. Aunque advirtió a diestra y siniestra –frente a las cámaras a esa altura imposibles de sortear– que no haría declaraciones sobre su repentina visita al país, se supo que entre su agitadísima agenda estarán incluidas celebraciones por su compromiso con la argentina Máxima Zorreguieta y un placentero juego de golf, deducción inducida por un bolsito de palos, uno de los pocos componentes de su escaso equipo de viaje. La llegada del príncipe sorprendió tanto a la representación diplomática holandesa en Buenos Aires como a buena parte de los medios locales y extranjeros asignados hace días a la agotadora persecución de la argentina candidata al millonario trono de Dam.
La explicación para justificar el cúmulo de silencios que disparan versiones en las que se hacen y deshacen agendas, citas y reuniones, ha quedado reducida a una: las reglas del protocolo real. Por mandato del protocolo, los miembros de la futura familia política del príncipe han decidido sumirse en el más estricto de los silencios. No sólo no hablan con la prensa. Se disfrazan con pelucas, alternan trajes y hasta traman como si se tratara de una película de espías los modos más disparatados de huir de la prensa.
Eso ocurrió el domingo a la noche cuando buena parte de la familia de Máxima sabía ya del inminente arribo del príncipe. A la tardecita, desde el edificio de Uriburu al 1200 salió una chica cargada con un baúl muy viejo y gigante. Nadie le prestó atención. Ni siquiera los fotógrafos y paparazzi que, calle mediante, persistían en una guardia eterna frente a la casa de los Zorreguieta. La chica era la mejor amiga de Máxima, a esa altura con perfil aún desconocido para buena parte de prensa. El baúl en tanto, era un señuelo: la familia escondió allí las dos valijas coloradas con las que Máxima había llegado al país. La psicosis mediática que hasta allí había envuelto a la familia durante todos esos días, hizo que los Zorreguieta planificaran con anticipación –y de modo extra meticuloso– la estadía de dos días del príncipe en Buenos Aires. Anoche el destino era aún motivo de especulación, aunque el lugar elegido sería el country Martindale de Pilar, donde los Zorreguieta poseen una importante propiedad.
Allí se haría el agasajo a la pareja, motivo central del viaje del candidato a ocupar el trono holandés. Ese agasajo es en realidad la celebración para los porteños y amigos íntimos de la familia del compromiso sellado por la pareja el 30 de marzo en Amsterdam. De algún modo, esta duplicación de la fiesta donde Guillermo y Máxima se comprometen a la boda programada para el año entrante es además la fórmula hallada para incluir al padre de la novia en los convites. Asediado por la prensa holandesa, durísima y crítica por las funciones cumplidas por Jorge Zorreguieta durante la última dictadura militar, el padre no sólo estuvo excluido de la celebración en Amsterdam sino que se quedará aquí también durante la boda.
Todos estos motivos empezaban a comentarse anoche entre rumores y por lo bajo en el barrio de los Zorreguieta, alteradísimo por la llegada de la joven vecina devenida casi en princesa. Desde el martes a las nueve de la noche, los forzudos encargados de dirigir el caótico tránsito de la cochera habían visto a los changarines de Disco descargar cajas y cajones de champán y buen vino a bordo del 306 gris de la familia. “Cargaron todo en el baúl, se iban de festejo”, comentaban mientras describían entre la carga algunos bolsos extras bien acomodados por Juan, el hermano de Máxima. Si bien la opción de una fuga repentina hacia Bariloche no terminaba de descartarse hasta bien entrada la noche, la casa del country se convirtió, al final, en la sede más segura para una fiesta que amenaza con extenderse incluso hasta el día jueves, cuando –dicen– el príncipe yla casi princesa suban nuevamente a un helicóptero y se trasladen –por fin– nuevamente hasta Ezeiza.

 


 

DENNIS TITO PUEDE VIAJAR A LA ESTACION ESPACIAL
Un turista rumbo al espacio

Por Rodrigo Fernández *
Desde Moscú

Dennis Tito, el primer turista espacial del mundo, voló al cosmódromo de Baikonur, en las estepas de Kazajistán, después de que la NASA le obligara a firmar un documento por el que se compromete a pagar cualquier daño que pueda ocasionar a la Estación Espacial Internacional (ISS) durante su estancia de seis días en órbita. La NASA, que se oponía categóricamente al vuelo de Tito, ha dado marcha atrás. Ayer, el Consejo multilateral de cooperación, que reúne a las agencias espaciales estadounidense, rusa, canadiense, europea y japonesa, acordó el permiso para Tito.
El multimillonario de California ha firmado también otro documento por el cual renuncia a querellarse contra los responsables de la ISS en caso de accidente. Pese a la resistencia norteamericana, la semana pasada los rusos ya habían advertido de que Tito volaría a la ISS de todas maneras. Moscú –quien inicialmente había ofrecido a Tito viajar a la Mir, pero con su destrucción se debieron modificara los planes– rechazó los argumentos de la NASA, asegurando que el multimillonario había pasado con éxito todos los entrenamientos necesarios y que no representaba ningún peligro para los demás astronautas. Además, subrayaban que Tito iba a volar en una nave rusa y a un módulo ruso de la ISS: el Zvezdá (Estrella).
Tito, que ahora se siente “el hombre más feliz del mundo”, arribó ayer a Baikonur junto con sus compañeros de vuelo rusos, Talgat Musabáyev, que será el comandante de la nave Soyuz TM–32, y Yuri Baturin, el ingeniero de a bordo, más los suplentes de éstos, Víktor Afanásiev y Konstantín Kozéyev. El mismo Tito, que es considerado “un miembro de la tripulación de pleno derecho”, tiene el estatus oficial de “operador de sistemas”: durante el vuelo hacia la ISS, que durará dos días, estará encargado de los sistemas de radio y telecomunicación. Al lanzamiento de Tito, previsto para el sábado próximo en la mañana, asistirán su esposa, sus dos hijos y su hija. Tito, que ha pagado unos 20 millones de dólares por su gira, se dedicará principalmente a filmar a los astronautas, la Tierra y el espacio. El aterrizaje está previsto para el 6 de mayo.

*De El País, especial para Página/12.

 

PRINCIPAL