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Un corte y volvemos, o déjennos celebrar en paz

Por el aniversario del Estado de Israel, las fronteras con Gaza y Cisjordania quedarán herméticamente cerradas hasta el viernes. La violencia sigue, aunque las partes señalan avances

Soldados israelíes practican para la ceremonia del aniversario israelí.
Detrás, en Jerusalén, el lugar donde
en septiembre empezó la intifada.

A pesar de que expertos de seguridad palestinos e israelíes convinieron a última hora en la noche del lunes mejorar sus esfuerzos para frenar los enfrentamientos y de que el canciller Shimon Peres anunció la buena disposición de Israel para levantar el bloqueo a la ciudad palestina de Jericó y analizar el plan de paz jordano-egipcio como base para negociar, ayer esa violencia que se buscaba aplacar desde hace siete meses parecía no haber disminuido. Gaza y Cisjordania serán cerradas hasta el viernes.
Una vez más, el premier israelí, Ariel Sharon, acusó directamente al presidente de la Autoridad Palestina, Yasser Arafat, de tener “un control personal y estratégico” sobre “los actos terroristas” y de “incitar a la violencia (que ayer costó otros dos muertos palestinos) como medio para conseguir sus objetivos políticos”. Como una rúbrica a las palabras de Sharon, las fuerzas armadas impusieron el cierre total de Cisjordania y de la Franja de Gaza hasta el viernes, con motivo del aniversario de la proclamación del Estado de Israel. Será un cierre absolutamente hermético, anunciaron.
Peres, que visitará Washington los días 4 y 5 de mayo, no precisó ayer la naturaleza de las modificaciones introducidas en el plan jordano-egipcio que permitieron a Israel aceptarlo como base de discusiones. Por su parte, Estados Unidos se declaró este martes satisfecho de ver a israelíes y palestinos estudiar los medios de reducir la violencia, aunque el portavoz adjunto del Departamento de Estado, Philip Reeker, recalcó que todo prueba que deben seguir trabajando.
Las recomendaciones del Departamento de Estado parecen no haber sido desoídas. Según los medios israelíes, comandantes israelíes y palestinos se reunirán el próximo viernes para discutir medidas concretas en ese sentido. Peres dijo ayer a la radio israelí que, como contrapartida al levantamiento del bloqueo en Jericó, los palestinos se comprometerían a garantizar la seguridad en la zona. Dando uno de los pasos que mejor impresionan a la opinión internacional, el jefe de la diplomacia israelí manifestó que su gobierno está dispuesto a aliviar, sin precondiciones, la situación en que vive la población civil palestina de la zona. “No queremos dañar a inocentes”, prometió Peres.
Para la derecha del gabinete del gobierno de unidad nacional que lidera Sharon, el anuncio de Peres es por lo menos inoportuno. El ultraderechista ministro de Transporte, Rechawam Seewi, se quejó de una decisión “escandalosa” y acusó a los palestinos de querer “poner fin a la violencia sólo en el lugar en el que nos pueden exprimir” el dinero. En las afueras de Jericó se encuentra el popular casino Oasis, visitado todas las noches por cientos de israelíes y turistas antes de la Intifada.
Pese a que califica de positivas las conversaciones con los palestinos, Israel espera para los próximos días más atentados sangrientos de extremistas. Miles de miembros de las fuerzas de seguridad serán puestos en máximo estado de alerta el jueves, cuando Israel celebre su Día de la Independencia, fecha que los palestinos llaman el “Día del Desastre” (al Nakba). Preventivamente, las fuerzas armadas anunciaron un hermético cierre de los territorios palestinos.
Los miles de palestinos que participaron ayer en el entierro de un niño de once años que murió el lunes en un enfrentamiento con soldados israelíes en la ciudad de Jan Yunes, en el sur de la Franja de Gaza, gritaron proclamas que exigían venganza contra Israel y alentaban la continuación de la intifada. En Teherán, en la inauguración de una conferencia en apoyo de la intifada palestina que durará dos días, el máximo líder religioso de Irán, el ayatola Ali Jamenei, declaró fracasado el proceso de paz en Cercano Oriente y llamó a los palestinos a continuar su intifada hasta la formación de un Estado soberano palestino con Jerusalén como capital. En la conferencia participan, además de representantes de más de 30 países árabes e islámicos de todo el mundo, los jefes de las tres principales organizaciones guerrillerasanti-israelíes: el jeque Hassan Nasrallah –del movimiento Hezbollah–, Jaled Mashaal –de Hamas– y Ramezan Abdullah –de la Jihad Islámica–.

 

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