A pesar de que expertos de seguridad palestinos e israelíes convinieron
a última hora en la noche del lunes mejorar sus esfuerzos para
frenar los enfrentamientos y de que el canciller Shimon Peres anunció
la buena disposición de Israel para levantar el bloqueo a la ciudad
palestina de Jericó y analizar el plan de paz jordano-egipcio como
base para negociar, ayer esa violencia que se buscaba aplacar desde hace
siete meses parecía no haber disminuido. Gaza y Cisjordania serán
cerradas hasta el viernes.
Una vez más, el premier israelí, Ariel Sharon, acusó
directamente al presidente de la Autoridad Palestina, Yasser Arafat, de
tener un control personal y estratégico sobre los
actos terroristas y de incitar a la violencia (que ayer costó
otros dos muertos palestinos) como medio para conseguir sus objetivos
políticos. Como una rúbrica a las palabras de Sharon,
las fuerzas armadas impusieron el cierre total de Cisjordania y de la
Franja de Gaza hasta el viernes, con motivo del aniversario de la proclamación
del Estado de Israel. Será un cierre absolutamente hermético,
anunciaron.
Peres, que visitará Washington los días 4 y 5 de mayo, no
precisó ayer la naturaleza de las modificaciones introducidas en
el plan jordano-egipcio que permitieron a Israel aceptarlo como base de
discusiones. Por su parte, Estados Unidos se declaró este martes
satisfecho de ver a israelíes y palestinos estudiar los medios
de reducir la violencia, aunque el portavoz adjunto del Departamento de
Estado, Philip Reeker, recalcó que todo prueba que deben seguir
trabajando.
Las recomendaciones del Departamento de Estado parecen no haber sido desoídas.
Según los medios israelíes, comandantes israelíes
y palestinos se reunirán el próximo viernes para discutir
medidas concretas en ese sentido. Peres dijo ayer a la radio israelí
que, como contrapartida al levantamiento del bloqueo en Jericó,
los palestinos se comprometerían a garantizar la seguridad en la
zona. Dando uno de los pasos que mejor impresionan a la opinión
internacional, el jefe de la diplomacia israelí manifestó
que su gobierno está dispuesto a aliviar, sin precondiciones, la
situación en que vive la población civil palestina de la
zona. No queremos dañar a inocentes, prometió
Peres.
Para la derecha del gabinete del gobierno de unidad nacional que lidera
Sharon, el anuncio de Peres es por lo menos inoportuno. El ultraderechista
ministro de Transporte, Rechawam Seewi, se quejó de una decisión
escandalosa y acusó a los palestinos de querer poner
fin a la violencia sólo en el lugar en el que nos pueden exprimir
el dinero. En las afueras de Jericó se encuentra el popular casino
Oasis, visitado todas las noches por cientos de israelíes y turistas
antes de la Intifada.
Pese a que califica de positivas las conversaciones con los palestinos,
Israel espera para los próximos días más atentados
sangrientos de extremistas. Miles de miembros de las fuerzas de seguridad
serán puestos en máximo estado de alerta el jueves, cuando
Israel celebre su Día de la Independencia, fecha que los palestinos
llaman el Día del Desastre (al Nakba). Preventivamente,
las fuerzas armadas anunciaron un hermético cierre de los territorios
palestinos.
Los miles de palestinos que participaron ayer en el entierro de un niño
de once años que murió el lunes en un enfrentamiento con
soldados israelíes en la ciudad de Jan Yunes, en el sur de la Franja
de Gaza, gritaron proclamas que exigían venganza contra Israel
y alentaban la continuación de la intifada. En Teherán,
en la inauguración de una conferencia en apoyo de la intifada palestina
que durará dos días, el máximo líder religioso
de Irán, el ayatola Ali Jamenei, declaró fracasado el proceso
de paz en Cercano Oriente y llamó a los palestinos a continuar
su intifada hasta la formación de un Estado soberano palestino
con Jerusalén como capital. En la conferencia participan, además
de representantes de más de 30 países árabes e islámicos
de todo el mundo, los jefes de las tres principales organizaciones guerrillerasanti-israelíes:
el jeque Hassan Nasrallah del movimiento Hezbollah, Jaled
Mashaal de Hamas y Ramezan Abdullah de la Jihad Islámica.
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