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“EL ESCRITOR COMPROMETIDO, ¿ESTA PASADO DE MODA?”
Un dilema con final abierto

Alvaro Abós, Liliana Heker, Vicente Battista y Germán García debatieron sobre un tema clave de la literatura actual. Hubo coincidencia respecto a
que el compromiso no garantiza calidad.

Alvaro Abós, Liliana Heker, Vicente Battista, Germán García y la crítica literaria Leonor Fleming.

Por Karina Micheletto

La pregunta sonaba a provocación, a broma de mesa trasnochada o a personaje de “Todo x 2 pesos”: “El escritor comprometido, ¿está pasado de moda?” Cualquiera haya sido la intención del quien ideó el título de la mesa redonda, puede decirse que la pegó. Los escritores Alvaro Abós, Liliana Heker, Vicente Battista y Germán García, y la crítica literaria Leonor Fleming, cada cual a su turno, se encargaron de aclarar que moda y compromiso no hacen buena pareja. “Se trata de una pregunta retórica, que contiene en sí términos que evocan contrarios. Que apoyemos esta iniciativa de la Fundación El Libro no quiere decir que estemos de acuerdo con todo lo que hace”, aclaró Abós, coordinador del debate. Heker señaló que “lo que más daño debería hacer a un concepto como el de compromiso es la palabra moda, porque justamente una de las funciones del intelectual es señalar cuánto de innecesario y trivial hay en una moda. Lo más lamentable que le pudo pasar en determinada época al compromiso fue estar de moda”, subrayó la autora. Según Battista, “pensar que algo inherente al ser humano como el compromiso puede pasar de moda entra en el campo de la frivolidad”.
Organizada por la Comisión de Cultura de la Fundación El Libro, la mesa transcurrió alrededor de la pregunta de por dónde pasa el compromiso del escritor hoy. Para aproximar una definición los expositores debieron remontarse a las épocas de las míticas revistas El escarabajo de oro y El ornitorrinco, cuando era posible ser o no ser sartreano, marcando a través de ese gesto un lugar en el mundo. “En aquellas épocas existía un mandato de compromiso, cualquier obra tendía a ser juzgada de acuerdo a si contribuía o no al cambio social que creíamos inminente. Terminó desvirtuándose el sentido total que podía tener la obra de arte, la expresión ‘escritor comprometido’ se gastó tanto que se transformó en la caricatura de sí misma”, opinó Heker. “Hoy sabemos que el sólo hecho de estar comprometido con la realidad no garantiza que una novela, un poema o un cuento sean buenos. El mínimo compromiso que debemos tener es que nuestras palabras sean mejores que el silencio”, agregó la escritora. Según Battista, las huestes de “El escarabajo de oro” tenían una visión bastante clara de lo que entendían por compromiso en literatura. “En aquellos años era muy difícil defender a Borges, porque él hacía todo lo posible para no ser defendido, y pese a eso reconocíamos su calidad literaria. O rescatábamos a Céline, aunque hubiera sido colaboracionista de la ocupación nazi durante la segunda guerra”, recordó el autor de Sucesos argentinos.
García citó a Rodolfo Walsh, en cuyo diario personal, recopilado en Ese hombre y otros papeles personales, puede rastrearse el trayecto que recorrió hasta el compromiso más encarnado, y los interrogantes que ese camino le abría a cada paso: “El se planteaba una alternativa falsa”, opinó el escritor. “El verdadero compromiso es con aquello que uno ha dicho que va a hacer, con la palabra empeñada”, agregó. Para Fleming, el compromiso del escritor hoy es íntimo, con lo innegociable de su condición de artista: “La nueva tabla de valores de la sociedad de la información y del mercado modificaron la naturaleza y la dirección de este compromiso”, afirmó la crítica. “Ser un escritor comprometido supone una resistencia a los géneros de moda, a las estrategias editoriales con sus cantos de sirena de marketing, tiradas y anticipos”.
“La frase ‘yo estoy comprometido con mis lectores’ es peligrosa porque nos puede transformar en especies de Coelho, que confiesa hacer lo que hace porque sus lectores se lo piden”, disparó Battista. “Se puede escribir como Horacio Quiroga, por dinero, siempre que el resultado sea un cuento de Quiroga. Un libro puede venderse como un salchichón, pero debe hacerse como un reloj, como decía Girondo”, sintetizó Fleming sobre elfinal. La mesa se cerró con la participación de un público más ávido por emitir opiniones que por profundizar el debate. La pregunta seguía rondando: ¿El escritor comprometido está pasado de moda? La escasa concurrencia y el señor que sin reparo alguno se paró a responder su celular en medio del debate, parecían ensayar una respuesta posible.

 

 

Para ir hoy
16.00: Fundación El Libro. Curso sobre escritores argentinos y latinoamericanos. Juan Carlos Onetti. Dictado por Roberto Ferro (c/inscripción previa). (Sala D.F.S.)
17.30: Taller: “Cómo se hace un guión”, a cargo de Rodolfo Otero (c/inscripción previa) (Sala A.B.C.).
18.00: Presentación del libro Contracara, de Luis Bruschtein, que agrupa sus notas y contratapas en Página/12. Participan José María Pasquini Durán, Juan Sasturain y Stella Calloni. (Sala D.F.S.)
18.30: Rincón de la lectura: “Lo íntimo”. Aída Bortnik leerá cuentos de Anton Chéjov. Coordina Solange Ordóñez. (Sala R.L.)
19.00: Mesa redonda: La escuela pública enseña, resiste y sueña. Participantes: Representantes de organizaciones de derechos humanos y del S.U.T.E.B.A. (Sala A.B.C.)
Espectáculo de Maximiliano Guerra y el Ballet del MERCOSUR, organizado por la Asociación Amigos del Teatro Nacional Cervantes (Sala J.H.-L. L.).
20.30: Embajada de Cuba. Mesa Redonda: “Literatura joven cubana”. Presentación del libro Ganeden, de David Mitrani. Participan David Mitrani y Jorge Timossi. (Sala A.S.)
Presentación del libro en CD Marketing político, de la Fundación Konrad Adenauer. (Sala J.C.)
Mesa redonda sobre Rock y literatura. Coordina: Eduardo de la Puente (Sala J. H.).
Mesa redonda: “La cultura argentina como producto exportable”. Fundación El Libro. Participan Teresa Anchorena, Eduardo García Caffi y Lino Patalano. Coordina Edgardo Nieva. (Sala V.O.)
Taller: “Cuba: el enigma del folklore perdido”, a cargo de Joel Franz Rosell. Coordina Eduardo González. (Sala R.L.).
21.00: Entrevista al cantor Alfredo Abalos, a cargo de Alicia Cuniberti (Stand 117, Radio Nacional).

 

EL ANTROPOLOGO FRANCES MARC AUGE HABLARA DE VIAJES
El profeta del “no lugar”

Por Jacinto Anton

¿Qué hacen Lady Di, John John Kennedy y el Tour de Francia en un libro de antropología? ¿Pueden ser objetos de esa ciencia como lo fueron los nativos de las islas Trobiand? “Sí, pueden”, responde el célebre antropólogo francés Marc Augé, “en la medida en que la antropología se interesa por las imágenes, por el imaginario y por todo lo que da sentido a la vida cotidiana”. La presencia de Augé en Buenos Aires tiene que ver con la reciente aparición de la primera edición en español del libro de Augé, Ficciones de fin de siglo, que presentará con la conferencia “El viaje hoy en día”, mañana a las 19 en la sala Leopoldo Lugones de la Feria.
Augé es una de las figuras más prestigiosas que visitan la muestra este año. Su concepción del “no lugar” sigue siendo germen de polémica, y seguramente el ámbito de la Feria no estará ajeno a ella. Inteligente y audaz, su último libro reúne varios ensayos sobre asuntos como el diseño, el arte y la arquitectura desde el punto de vista del antropólogo, los consagrados a acontecimientos mediáticos como las muertes de Lady Di y John John, el Tour de Francia o el Mundial de fútbol, y el dedicado a los viajes y la etnografía. El titulado “Un día un etnólogo” es una suerte de autocrítica al que somete a su obra un antropólogo ficticio y “¿Qué está ocurriendo?” es un singular experimento de antropología personal –tan sorprendente como su conocido ejercicio de etnología en el metro parisino– en el que el autor describe tres días tal y como él los vivió.
Refiriéndose a los fenómenos deportivos, Augé destaca que “en esos acontecimientos el recuerdo se reactualiza sin cesar, uniendo el pasado al presente, mezclando rito y mito. En un Francia-Italia del Mundial de fútbol, escuché en el estadio a un espectador que le decía enfáticamente a su hijo: ‘Algún día recordarás que estuviste aquí’. Para los mortales comunes, el acontecimiento deportivo es una ocasión para medir su tiempo en relación con la historia”.
La muerte de Lady Di “es otra cosa, es el hecho inesperado. En la antropología clásica vemos que hay dos acontecimientos objeto de actividad ritual, el de calendario, y el sorpresivo, la muerte de un rey, la guerra, lluvias excepcionales. Lo interesante en el caso de Lady Di es ¿por qué fue un acontecimiento tan importante? Tiene que ver con la construcción de imágenes, ficciones que sustituyen la imaginación de la gente. Lady Di era una imagen, de hecho toda una galería de imágenes: la joven princesa feliz, la esposa traicionada, la mujer contra la familia, la encarnación de la globalización humanitaria”.
Augé está por una redefinición de la antropología: “El trabajo del etnólogo no puede ya definirse como antes. Los grupos que se han estudiado tradicionalmente han desaparecido o están cambiando radicalmente. El contexto ahora es mundial. Hay que estudiar pequeños grupos, porque si no, no es posible abarcarlos”. De la emigración, dice que no es el objeto particular del antropólogo; “pero forma parte de los nuevos fenómenos que hemos de tener en consideración”. ¿Puede el etnólogo ofrecer soluciones prácticas a los problemas de la emigración? “Los antropólogos pueden ayudar, pero como cualquier otro profesional de buena voluntad.”

 

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