Por primera vez desde que es ministro de Economía de la Alianza,
Domingo Cavallo salió a desmentir terminantemente las
declaraciones de uno de sus principales colaboradores, el secretario de
Legal y Técnica, Alfredo Castañón, quien había
asegurado que no habrá nuevos ajustes, después
de criticar al FMI porque desgraciadamente lo que pretende en general
son medidas de ajuste. Así, Cavallo busca cambiar el discurso
frente a los mercados, recomponer las relaciones con el organismo internacional
y convencer a la misión que se encuentra en estas horas en Buenos
Aires que se harán los ajustes necesarios para cumplir con la meta
anual de déficit de 6500 millones. Siguiendo esta misma línea,
el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, confirmó que habrá
una reducción de gasto público adicional de 700 millones,
repartida entre todos los ministerios. Un día antes, el titular
del Fondo había dicho desde Washington que Cavallo debería
aclarar cuáles son sus políticas, una forma de presionar
por más ajuste fiscal en medio de la crisis financiera que golpea
a la Argentina.
Ayer, su segundo, el influyente Stanley Fischer, insistió con que
la drástica situación de Argentina continúa
dominando la atención en Latinoamérica. Pero dijo que se
están haciendo progresos en la negociación para acordar
las nuevas metas fiscales. En tanto, dejó abierta la posibilidad
de cerrar personalmente la renegociación con el ministro el próximo
fin de semana en Washington, hasta donde se trasladará Cavallo
para participar de la Asamblea de Primavera del FMI y el Banco Mundial.
A primera hora de la mañana, el secretario Legal Y Técnico,
Alfredo Catañón, en declaraciones a radio América,
afirmó que desgraciadamente el Fondo generalmente lo que
pretende son medidas de ajuste y las medidas de ajuste ya están
tomadas, no hay más ajuste, prometió. Había
sido consultado por las declaraciones del director gerente del organismo,
el alemán Hoerst Köhler, quien había lanzado desde
Washington que Cavallo tenía que presentar su plan de trabajo.
Y, por si quedaran dudas de su respuesta, enfatizó: Con el
Fondo y con Cavallo hay una larga tradición de que el Fondo pide
recetas ortodoxas y Cavallo contesta con recetas heterodoxas, reafirmó.
Castañón fue hasta hace poco titular del bloque de diputados
de Acción por la República, es uno de los hombres de más
confianza del ministro y una de sus espadas en la negociación política
con el Congreso. Sin embargo, su discurso, en los planes de Cavallo, atrasaba
varios días, porque abrevaba en los tiempos en que el ministro
se plantaba desafiante ante los jóvenes miopes del
mercado y le restaba importancia al rol del FMI. Por entonces el ministro,
a contrapelo de la opinión de los economistas más ortodoxos
de la city, defendía la idea de que sin crecimiento no había
ajuste que cerrara las cuentas fiscales. Y señalaba, convencido,
que un nuevo ajuste, adicional al que aplicó con el impuestazo
a las cuentas corrientes, profundizaría la recesión al dañar
las expectativas de los argentinos.
Hoy, sin embargo, las cosas cambiaron. El golpe de mercado del viernes
y lunes pasado lo hizo modificar su estrategia, por miedo a alimentar
nuevas dudas tanto entre los inversores financieros y los funcionarios
del FMI que, a coro, le reclaman más ajuste fiscal para mejorar
la capacidad de repago de la deuda.
Por eso, cuando el ministro leyó la desgravación de la entrevista
de Castañón ordenó una inmediata retractación.
Y creyó conveniente hacerlo por escrito y en términos categóricos,
aunque así dejara absolutamente desautorizado a su secretario.
En especial, porque ya hacia el mediodía el riesgo país
había vuelto a dispararse, licuando más de la mitad de la
baja del día anterior.
El ministro de Economía, Dr. Domingo Cavallo, desmiente terminante
las declaraciones vertidas esta mañana por el Secretario Legal
y Técnico de este Ministerio, Dr. Alfredo Castañón,
quien se refirió a que las medidas de ajuste ya están tomadas
y que no habrá nuevos recortes de gasto público, aseguró
el insólito comunicado. Y agregó: Al respecto, elMinistro
quiere resaltar que el funcionario a cargo de estas cuestiones es el secretario
de Hacienda, Jorge Baldrich, quien con su equipo está trabajando,
por estos días, junto a la misión del Fondo Monetario Internacional.
Para completar las señales a los mercados, el jefe
de Gabinete, Chrystian Colombo, dio las pistas del nuevo ajuste que se
viene, dejando en claro que al Fondo que el gobierno hará el esfuerzo
para cumplir con la meta de déficit de 6500 millones. Estamos
trabajando juntamente con el resto de los Ministerios para restablecer
las metas del gasto tal cual nos comprometimos con nuestro pueblo, a través
de la Ley de Presupuesto, y con los organismos internacionales, mediante
el blindaje, afirmó. Y ratificó que habrá recortes
por 700 millones.
Sin embargo, difícilmente los técnicos del Fondo que se
hallan por estos días en Buenos Aires, encabezados por el chileno
Tomás Reichmann, se conformen con esa mera declaración.
Es sabido que ya le plantearon que al secretario de Hacienda Baldrich
que no creen que se pueda alcanzar la meta de déficit sólo
con los ajustes previstos y reclaman un esfuerzo adicional.
La principal discrepancia radica en que en el Fondo creen que la meta
de crecimiento del 2,5 por ciento que figura en la Carta de Intención
firmada a principios de años es inalcanzable y que por lo tanto
la recaudación será mucho menor a la prevista. Para los
técnicos fondomonetarista la economía permanecería
estancada este año, pero Cavallo se resiste a modificar ese pronóstico.
Jubilaciones en cuotas
El Gobierno dispuso que los haberes retroactivos sean pagados
en 12 cuotas y no de una sola vez como ocurría hasta ahora.
La medida, adelantada por este diario, fue justificada debido a
que las erogaciones presupuestarias autorizadas resultarán
a la brevedad insuficientes para el cumplimiento integral de la
totalidad de las obligaciones de pago. Hasta ahora, cuando
un trabajador concluía sus trámites de jubilación
lo que normalmente demanda varios meses cobraba de una
sola vez, junto a su primera liquidación mensual, lo que
le correspondía en concepto de haberes retroactivos. En otras
palabras, a diferencia de lo que ocurre con otros pasivos públicos,
las deudas con los jubilados se reprograman de manera compulsiva.
Los frepasistas María América González y Marcela
Bordenave, iniciarán una demanda penal por incumplimiento
de los deberes de funcionario público contra todos
los firmantes del decreto.
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No es la deuda, estúpido
No habrá cesación de pagos ni reprogramación
compulsiva de la deuda, asegura una y otra vez Domingo Cavallo en
un artículo que hoy publica en el Financial Times para aventar
los temores en contrario. Sin embargo, leyendo cuidadosamente el
texto se advierte que el ministro de Economía descarta una
restructuración forzada, pero nada dice de un eventual rescalonamiento
concertado con los acreedores. Simplemente omite hablar del asunto,
que es precisamente de lo que se habla en amplios círculos.
El otro leit motiv del artículo es que la Argentina
no tiene realmente un problema de deuda sino de falta de crecimiento.
Por tanto, en referencia al cociente deuda/PBI dice que la cuestión
que importa es el denominador, no el numerador. Y explica abundantemente
las nefastas consecuencias que un default o una reprogramación
compulsiva tendrían sobre el crecimiento futuro. Sin embargo,
no responde a quienes arguyen que es precisamente la deuda (el numerador)
uno de los principales factores que le impiden a la Argentina crecer.
Lo máximo que admite Cavallo es que en los próximos
dos años habrá algunos picos en las necesidades de
refinanciación, pero remarcando que, en promedio, la deuda
está tomada a ocho años. Y entre las razones que expone
para desechar de plano cualquier incumplimiento incluye una que,
leída al revés, eriza la piel: la fuerte porción
de títulos de deuda en moneda extranjera que está
en manos de bancos locales y de las AFJP.
En base a esto, afirma que cualquiera sea el tamaño
de la poda (o quita), ella afectaría seriamente a los argentinos.
Además, se deterioraría la solvencia de la banca,
lo que induciría una salida de depósitos y una mayor
contracción del crédito. Por esto y mucho más,
Cavallo afirma que la Argentina no se dejará seducir por
los cantos de sirena.
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