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“Es la causa y no soy yo quien
reclama determinadas citaciones”

El fiscal Carlos Stornelli dice en este reportaje que las pruebas que existen
en la causa por la venta de armas sostienen su dictamen en el que pide la indagatoria de Carlos Menem como
jefe de una asociación ilícita. También ironiza que, si tuviera miedo, no lo diría.

El fiscal Carlos Stornelli dice que su única motivación es buscar la verdad
en esta causa.

Por E. T.

En seis años de investigación acumuló 96 cuerpos de instrucción judicial. En ellos pasan los nombres de los funcionarios más destacados del menemismo. Luego de ir hacia funcionarios de segunda, los caminos lo llevaron a los ex ministros, posteriormente hacia el ex jefe del Ejército Martín Balza y a medida que fue acumulando pruebas pidió la indagación de Carlos Menem en condición de jefe de la asociación ilícita que facilitó la venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador. Su dictamen unificó al peronismo. En el mismo momento en que éste se unía en su contra en un acto en el Congreso, el fiscal Carlos Stornelli atendía a Página/12 en su despacho. “Es la causa y no el fiscal Stornelli quien reclama que se produzcan determinadas citaciones”, dijo.
–Durante la instrucción de esta causa usted se encontró con obstáculos institucionales. ¿Tuvo temor cuando fueron apareciendo involucrados importantes funcionarios del gobierno anterior?
–Hubo muchos obstáculos. No voy a hablar sobre ninguno de ellos, porque una vez superados ya dejan de ser un problema. Nuestro norte fue siempre la búsqueda de la verdad. Si esto involucraba a unos u otros no es una cuestión que debo tener en cuenta.
–De la sospecha inicial se pasó a determinar a que había una gran operación. ¿Cuál fue el mecanismo que lo fue llevando a tener la certeza de la maniobra y de quienes participaron en ella?
–En este momento tal vez haya decisiones que tienen alguna trascendencia, pero el trabajo, las pruebas y las grandes definiciones en esta causa se tomaron hace mucho tiempo. El rumbo de la investigación se marcó hace mucho tiempo y aquí hay muchos años de trabajo silencioso.
–Cuando fueron públicos algunos nombres y se conoció el mecanismo de la maniobra, ¿cambió el ritmo de las investigaciones?
–Hay mucha gente que habla de la causa sin conocimiento. La causa no es pública, de ella se conocen muy pocas cosas.
–Tanto los defensores como algunos hombres cercanos al ex presidente Carlos Menem afirman que en sus últimas resoluciones solo tuvo en cuenta la confesión de Luis Sarlenga.
–La ampliación del objeto procesal hacia la asociación ilícita se empezó a gestar en la fiscalía a mediados del año `98. En ese momento empezamos a tener la convicción que estábamos frente a algo más que hechos aislados. El 6 de Octubre de ese año la fiscalía pidió la ampliación del objeto procesal y posteriormente la Sala II de la Cámara Federal confirmó nuestra opinión.
–En esta causa ocurrieron episodios terribles: la explosión de Río Tercero, el dudoso suicidio del capitán de la marina Horacio Estrada. ¿En algún momento tuvo temor?
–Si lo tuviera tendría que decirle que no.
–¿Qué le responde a quienes sostienen que su último dictamen es inconsistente?
–Lo que genera la convicción de la necesidad de llamar a Menem a un interrogatorio, que es eso todo lo que se desprende de ese dictamen, es la importancia de contar con ese testimonio antes de que se cierre esta causa. No hay otra manera de hacerla que no sea con un interrogatorio ya que deben hacerse preguntas de cargo. El razonamiento que me lleva a formular ese dictamen son seis años de investigaciones. Es la causa y no el fiscal Stornelli quien reclama que se produzcan determinadas citaciones.
–¿Cuál es su respuesta a quienes dicen que tras la citación de Menem se desata un conflicto político que pone en riesgo la gobernabilidad?
–Estos planteos fueron posteriores a que yo realizara mi dictamen. No hay razones para que tal o cual persona, sin hablar de nadie en particular de esta causa, no presten declaración. Con sus distintos estados de ánimo, todos los convocados hasta este momento han testimoniado.
–Fue un condicionante que la persona a quien citaba en calidad de jefe de la asociación ilícita se llamara Menem y fuera el ex presidente?
–No, fue un elemento a tener especialmente en cuenta. No soy yo el que marca el rumbo, son las pruebas de la causa las que lo marcan. La declaración indagatoria es sustancialmente un acto de defensa. Si existe una imputación, hay denuncias, hay solicitudes anteriores que ahora la fiscalía ha plasmado en una presentación, es el juez y los jueces los que valoran la prueba y marcan el rumbo.
–¿Esas pruebas pueden conducir a Menem a prisión?
–No quiero hacer ninguna especulación de ese tipo. Me parece imprudente, el juez todavía no ha determinado si existe o no mérito para ordenar esa declaración. Yo descarto la predisposición del ex Presidente y estoy consciente que esta declaración sería muy larga, yo no se cual puede ser la explicación a los cargos. Solamente estamos hablando de un mérito suficiente para convocar a una persona a prestar declaración, que es muy diferente a realizar una imputación.
–Pero usted tiene la certeza de que la asociación ilícita existía y por eso reclamó el procesamiento de Emir Yoma en calidad de organizador.
–La asociación ilícita es objeto procesal de esta causa y ya hay cinco personas con procesamiento firme ordenados por la Cámara Federal por este delito.
–Además de los decretos, ¿que otras cuestiones tuvo en cuenta a la hora de evaluar la situación de los ex ministros involucrados en la causa?
–No son solo los decretos lo que tuve en cuenta. Estamos frente a delitos dolosos. Hay 18 mil fojas de actuación, casi 300 anexos de documentación, para darle un ejemplo, uno de ellos tiene 42 mil documentos. Cuando surgen elementos para llevar a pensar que además de la firma hay otros elementos, se pide la declaración indagatoria.
–Quienes defienden a los imputados argumentan que se trataba de una cuestión de Estado. ¿Hay algún elemento que puede sustentar esta posición?
–No puedo hablar anticipadamente de argumentos que pueden estar en el expediente y pueden llegar a ser planteos válidos.
–¿Considera que detrás del suicidio del ex capitán de la marina Horacio Estrada se esconde alguna evidencia vinculada a la causa de las armas?
–Lo único que voy a decir es que la muerte de Horacio Estrada se produce muy pocos días después de que viniera a prestar declaración indagatoria en esta causa.
–¿Cómo cree que evolucionará la causa?
–La causa va a juicio oral porque hay procesamientos firmes. Más allá de las definiciones que tome el juez ya existe un tramo del expediente sobre el que solicitó su elevación a juicio oral. No está del todo definido quienes van o no en primer término al juicio oral.
–¿Como cree que impactó su dictamen en la sociedad?
–La verdad puede ser más o menos fuerte, pero es la verdad.

 


 

TIBIO RESPALDO DE BECERRA AL FISCAL DE LA CAUSA
“Goza de independencia y autonomía”

El procurador general de la Nación, Nicolás Becerra, comunicó en tres líneas un respaldo formal al fiscal Carlos Stornelli, quien pidió el martes la indagatoria del ex presidente Carlos Menem como posible jefe de la asociación ilícita que tramó y gestionó la venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia. Frente al cónclave del peronismo que redactó ayer un documento en defensa de Menem y alguna señal de preocupación que le hizo llegar el propio Stornelli, Becerra expresó que el fiscal goza de “independencia y autonomía en el ejercicio de sus funciones”.
El procurador dijo que el documento del PJ en defensa de Menem “es un pronunciamiento político sobre el cual no voy a emitir opinión. En cuanto a Stornelli, goza de independencia, de autonomía en el ejercicio de sus funciones, que están garantizadas por la Procuración General de la Nación”. Este tibio aval estuvo, sin embargo, precedido por un gesto curioso: Menem conoció el dictamen de Stornelli un día antes que el juez Jorge Urso y lo supo a través de un colaborador de Becerra, quien estaba al tanto de la decisión porque todos los fiscales tienen obligación de comunicar al Procurador los temas de interés institucional.
–¿Cómo evalúa el trabajo de Stornelli? –le preguntó Página/12.
–No puedo opinar sobre la actuación del fiscal, que goza por la ley 24.946 de independencia y autonomía. Sus consejos al juez, o sea sus dictámenes, serán aceptados o no por él –respondió.
En noviembre de 1998, el jefe de los fiscales también tuvo que avalar a Stornelli. Pero aquella vez el disparador fue una denuncia concreta presentada por el entonces presidente y el reclamo de garantías por parte de los fiscales. Menem había pedido que se investigara al fiscal por supuestas violaciones al secreto de sumario y por intencionalidad política contra el Gobierno, en la causa armas. Becerra elaboró un escrito en el que respondió: “Garantizaré al fiscal Stornelli la continuidad en pleno y eficiente cumplimiento de las tareas propias de su investidura”. “En aquel entonces, Menem se había ido de boca”, dijo uno de sus principales allegados. “Ahora está más que asustado”, sugirió.
En toda la historia de la venta de armas Becerra tuvo posiciones vacilantes cada vez que le tocó opinar. Cuando debió dictaminar sobre un pedido del juez en lo penal económico Marcelo Aguinsky –a cargo de la investigación sobre el contrabando– para que la causa pasara a la Corte Suprema, sostuvo que el tema era competencia del alto tribunal porque habían existido negociaciones entre la Argentina y Croacia. Que el expediente llegue a la Corte fue siempre la máxima aspiración de los menemistas.
Según funcionarios que recorren a diario los tribunales federales, Becerra viene revelando signos de preocupación. Nadie entiende bien por qué, si por los ex funcionarios acusados por Stornelli y Urso o por los rumores sobre su posible desplazamiento del cargo.

 

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