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OFENSIVA ANTE LA JUSTICIA PARA EVITAR LA CITACION DE MENEM
Anular lo actuado o a los camaristas

Las defensas de los implicados apuntan a anular lo actuado por el juez Urso y el fiscal o a quitarle la causa a la Sala II.

Los camaristas federales de la Sala II Martín Irurzun, Horacio Cattani y Eduardo Luraschi.

Por Eduardo Tagliaferro

“En reiteradas ocasiones escuché a varios abogados insistir con que se debía reclamar la nulidad de la causa de las armas”, dijo a Página/12 un ex funcionario de Carlos Menem, que hoy mantiene su llegada al ex presidente. La mención no es inocente. Detrás de los pedidos de nulidad presentados hoy por tres abogados (ver aparte) se esconde una maniobra que puede llevar a que seis años de instrucción judicial en la que se acumularon pruebas que involucran a los dirigentes más destacados del menemismo queden reducidos a la nada.
Sin embargo, de ser exitosa, la estrategia para conseguir la nulidad de todo lo actuado por el fiscal Carlos Stornelli y por el Juez Jorge Urso, llevará su tiempo. Recién después que la Sala II decida sobre los recursos presentados por los abogados Fernando Archimbal, Francisco D`Albora y Francisco Castex, los escritos podrán arribar a la Cámara de Casación. En caso de que la Sala II los rechace los abogados podrán llegar a la Casación con un recurso de queja.
“El objetivo de máxima que tendrían los recursos sería conseguir la nulidad de la causa. Pero si no se puede llegar a esto, alcanza con recusar a la Sala II por parcialidad o animosidad”, comentó a este diario un jurista que conoce tanto el expediente en el que se investiga la venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador como a los miembros de la justicia federal.
Otros funcionarios judiciales consultados por este diario coincidían en señalar que Archimbal es uno de los más activos en la movida. Ex juez y ex camarista federal de San Martín, Archimbal reparte sus actividades en defender a Erman González y asesorar a Emir Yoma, tarea que de acuerdo a como está evolucionando la causa más pronto que tarde será incompatible. Archimbal, largamente vinculado con la SIDE, comparte su estudio jurídico con otro abogado que presta servicios para la central de espionaje nativa: Mario Bissoni, que arribó a la SIDE de la mano del ex Señor 5 y amigo directo del presidente Fernando de la Rúa, el ex banquero Fernando de Santibañes. Antes de hacerle un lugar en el quinto piso de la sede de los espías, Bissoni fue abogado de Santibañes en el Banco de Crédito Argentino e incluso apareció fuertemente involucrado con el fallido emprendimiento de Inducuer, que está siendo investigado por la Justicia.
“Los decretos no eran ideológicamente falsos” sino que “las armas se enviaron a un lugar no autorizado”, afirma Archimbal en su presentación realizada ayer en la Sala II. El argumento es coincidente con los argumentos públicos expuestos por el ex ministro de Justicia, Rodolfo Barra, sobre que “el acto administrativo (el decreto) no puede sufrir el vicio de la falsedad ideológica”.
“Este argumento se sustenta en una vieja concepción del derecho administrativo: las facultades del Príncipe no se discuten”, afirma a este diario un importante funcionario judicial. “De continuar con esta línea argumental, el estado de derecho se convertiría en una formalidad”, concluyó.
Coincidentemente con los argumentos sostenidos en las presentaciones judiciales de Archimbal y los otros abogados, la opinión de Barra era repetida ayer por importantes dirigentes del menemismo. “Ese será el argumento que plantearán ante la Cámara de Casación quienes impulsan la nulidad de todo lo actuado en el expediente”, afirma el primer jurista consultado por Página/12.
Para este jurista, el argumento de los defensores pretende tirar por tierra la figura de la falsedad ideológica de los decretos, además de instalar la idea que la venta de armas a Croacia era “una cuestión de estado”. La preocupación que expresaba este jurista radica en que, según su opinión, estos argumentos pueden ser asumidos por los miembros de la Casación “ya que entre sus integrantes se encuentran los soldados más fieles al menemismo. Incluso quienes son capaces de tomar decisiones impensadas para la propia Corte Suprema”.
Los resultados de la maniobra tardarán en llegar. Mientras tanto, en el círculo íntimo de Menem se trabaja aceleradamente en armar los equipos de abogados que asistirán al ex Procurador Oscar Roger en la defensa del ex Presidente. Por las dudas la estrategia va acompañada de una fuerte ofensiva política. “A Dios rogando y con el mazo dando”, era la definición que un legislador cercano a Menem entregaba a este diario para explicar la asamblea peronista en el Senado (ver páginas 2 y 3). Según el legislador el principal objetivo político es evitar la citación judicial. Se trata de evitar la foto del Jefe subiendo las escalinatas de Cómodoro Py.

 


 

PRESENTACIONES DE ERMAN, VICARIO Y CARBALLO
El camino que lleva a la Corte

Por Adriana Meyer

Aunque no trabajan en conjunto, los defensores de algunos imputados destacados en el caso de la venta de armas apuntaron a obtener la nulidad de todo lo actuado por el juez Jorge Urso y el fiscal Carlos Stornelli en los seis años que lleva la investigación. Algunos señalan al ministro de Economía, Domingo Cavallo, y responsabilizan a los estamentos inferiores de la administración pública, pero todos pretenden que el caso llegue a la Corte Suprema, aduciendo que la decisión de vender armas es un asunto de Estado no judiciable.
El procesado ex ministro Erman González pidió a la Cámara de Casación Penal que declare la nulidad del fallo de la Sala II de la Cámara Federal, por el cual ratificó su procesamiento por supuesta “falsedad ideológica de instrumento público”. Su defensor, el abogado Fernando Archimbal, fundamentó la solicitud en que la resolución de los camaristas Horacio Cattani, Eduardo Luraschi y Martín Irurzun es “arbitraria por contradicción con las fuentes que cita”, valora “en forma antojadiza las pruebas y está asentada sólo en simples afirmaciones dogmáticas”. Archimbal se quejó de que el fallo viola los derechos de la defensa en juicio de su cliente y le causa un perjuicio “que no podrá ser reparado con ulterioridad”.
“Ninguna probanza existe que permita siquiera suponer que fue Antonio Erman González quien hizo introducir en el texto del decreto un destino distinto de aquel que le correspondía”, indicó el abogado y agregó que ese destino “venía señalado en el expediente originado en Fabricaciones Militares”. Archimbal dedicó gran parte de su escrito para argumentar que “los decretos no tienen ninguna finalidad probatoria, sólo ordenan, disponen, autorizan”, y que “desde el punto de vista lógico, no pueden ser falsos ya que no se contraponen con nada que haya ocurrido en el mundo de los fenómenos”.
Desde La Rioja, González declaró que es un “perseguido social” y sostuvo, citando a “serios juristas” que no identificó, que “no se puede acusar a un presidente y sus ministros de asociación ilícita porque es una figura penal pensada para aplicar a bandas de delincuentes” y no para un Poder Ejecutivo que dicta decretos basados en “decisiones administrativas”. González apuntó contra Domingo Cavallo al destacar la responsabilidad de la Aduana. “Si Aduana no verifica que lo que va no es lo que decía el decreto... y si, además, se deja salir esa embarcación a destinos distintos a los indicados en el decreto, hay una serie de participaciones muy lejos del presidente y los ministros”, señaló. Ese serio jurista de González bien podría ser el ex ministro de Justicia Rodolfo Barra que, desde las páginas de un matutino, sostuvo que los decretos cuestionados “son jurídicamente actos administrativos que gozan de presunción de legitimidad” y por lo tanto son lícitos.
Por su parte, el abogado del general Angel Vicario presentó un recurso de queja por el cual la Corte Suprema podría declarar la nulidad de toda la causa. El argumento está basado en el artículo 99 de la Constitución según el cual las relaciones internacionales y el manejo del Ejército son asuntos políticos no judiciables. Según el letrado Francisco D’Albora, el hecho principal en cuestión encuadra en esos dos aspectos. Otro de los imputados, el ex subsecretario de Programación del Ministerio de Defensa, Carlos Carballo, también pidió ante la sala II la nulidad del caso.

 

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