Stanley Fischer, número dos del FMI y el más alto representante
estadounidense en el organismo, calificó de dramática
la situación económica de la Argentina, y afirmó
que su suerte domina la atención de América latina.
Michael Mussa, director de Investigaciones Económicas del FMI,
señaló también ayer en Washington que las autoridades
argentinas necesitan restablecer la confianza en su capacidad de manejo
de la situación, advirtiendo al mismo tiempo que con
tan poco espacio de maniobra, el mantenimiento estricto del control fiscal
se transforma en un aspecto crítico. En ese marco, Domingo
Cavallo es esperado el sábado en Washington para que exponga los
lineamientos bajo los cuales espera superar la crisis y cumplir con los
compromisos externos. No es extraño ni demasiado elogioso, entonces,
que se señale que su presencia en la Reunión de Primavera
(boreal) del Fondo y el Banco Mundial centra las mayores expectativas.
Tanto Fischer como Mussa saludaron los esfuerzos de la conducción
económica por ordenar las cuentas. A través del impuesto
a las transacciones financieras se ha logrado un paso en dirección
a hacer ese objetivo posible, destacó el primero, y puso
de relieve que nuestro equipo en Buenos Aires (en alusión
a la misión encabezada por Tomás Reichmann) está
haciendo progresos en las negociaciones para reformular el programa presupuestario.
Las conversaciones se completarán en Washington, redefiniendo las
metas de déficit trimestrales para permitir que Argentina tenga
margen hasta fin de año para alcanzar un desequilibrio anual de
6500 millones de pesos.
El informe sobre Previsiones Económicas Mundiales del FMI volvió
a corregir el pronóstico de crecimiento para la economía
argentina para este año, previendo ahora un aumento del PBI del
dos por ciento. Hasta ahora, no hay claros indicios de una mejora
real de la actividad económica en Argentina, refiere el estudio.
Mussa comentó que será difícil que la economía
pueda recuperarse si las tasas de interés siguen mil puntos básicos
por encima de (los bonos de) la Reserva Federal. El economista principal
del Fondo señaló la enorme pérdida de confianza
de los inversores, lo cual obligará, a su juicio, a que las
autoridades argentinas, por medio de acciones y declaraciones, hagan
lo necesario para restablecerla.
Asistimos claramente a una desaceleración mundial y generalizada,
pero no a una recesión, señaló Mussa durante
la conferencia de prensa en la que presentó las perspectivas semestrales
de la economía mundial. Es claro que el crecimiento mundial
se redujo más de lo que esperábamos y de lo deseable. Las
razones para ser optimista provienen de las medidas adoptadas por ciertos
países como Estados Unidos, donde la Reserva Federal redujo las
tasas en 200 puntos básicos desde principios de enero y se esperan
nuevas reducciones, precisó. Mussa reprochó, en cambio,
al Banco Central Europeo (BCE) no haber bajado sus tasas y estimó
que su función es ser parte de la solución, no del
problema. Estimó, además, que no existe riesgo de
inflación en la zona euro, por lo cual no se justifica la actitud
reticente del BCE.
El informe conjunto del FMI y el Banco Mundial indica que habiendo
superado la crisis asiática relativamente bien, la economía
(argentina) debió soportar cada vez mayores presiones durante 1999
y 2000 por el impacto combinado de los déficit comerciales, la
flotación del real, la fortaleza del dólar estadounidense
(que afectó negativamente el comercio con Europa y Brasil) y el
alza de las tasas de interés internacionales. Con su demanda
interna debilitada, la economía quedó prácticamente
estancada, con lo cual bajó la confianza de los consumidores
mientras que sufrieron alzas las tasas de interés, agrega.
Cavallo viajará a Washington acompañado por su viceministro,
Daniel Marx, con quien expondrá la propuesta de la conducción
económica para restablecer la solvencia fiscal y cerrar un nuevo
programa fiscal para el año con las autoridades del Fondo.
Fraga apoya desde
Brasil
Los colegas argentinos merecen crédito, porque están
realizando un trabajo serio y con coraje para revertir una situación
difícil, afirmó el presidente del Banco Central
de Brasil, Arminio Fraga, a la vez que destacó su pleno
apoyo a las medidas que se están adoptando para contener
la crisis. La indicios de recuperación que, según
Fraga, ya registra la economía argentina, sumados a una
mejoría en la coyuntura global, deben tornar el escenario
de mediano plazo de menor riesgo, tanto en ese país
como en Brasil, subrayó. Sobre la devaluación que
ha sufrido la moneda brasileña como reflejo de la situación
de su vecino, Fraga descartó la posibilidad de adoptar medidas
para aumentar el costo de la tenencia de dólares.
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