Por Eduardo Videla
Las multas fotográficas
a infractores de tránsito se han convertido en una pesadilla para
el gobierno porteño: la Cámara de Apelaciones de Faltas
resolvió ayer desestimar todas las actas del Sistema Inteligente
de Control de Infracciones por resultar incompatibles con la legislación
vigente. La medida equivale al sobreseimiento de todos los imputados
aunque no involucra a los que ya pagaron sus multas. Para el Ejecutivo
porteño, se trata del último manotazo de un tribunal condenado
a desaparecer, sobre el que pesan sospechas de corrupción.
La respuesta no se hizo esperar: el gobierno anunció ayer que además
de apelar el fallo, se apresta a presentar un proyecto de ley para disolver
los tribunales de Faltas y reemplazarlos por una instancia administrativa,
hasta que el Consejo de la Magistratura designe los nuevos jueces de la
ciudad. La controversia genera un dilema para los automovilistas: hacer
la cola en busca de la absolución o esperar el desenlace del conflicto.
La decisión de la Cámara reactivó una polémica
que tiene varias aristas. Por un lado, el tribunal embistió contra
un sistema cuestionado desde el comienzo: el propio gobierno tuvo que
suspenderlo el año pasado para corregir fallas, pero los que se
oponen a su implementación siguen sosteniendo que es poco transparente.
Por otro lado, la resolución fue adoptada por un tribunal cuestionado:
lo integra un solo camarista, Néstor Losa los otros dos están
con licencia por enfermedad quien en esta ocasión fue acompañado
por un conjuez, Guillermo Black. Según la Constitución porteña,
esa cámara y todos los jueces de Faltas deben ser reemplazados
por magistrados designados por concurso.
En el medio de la disputa están los infractores: ¿deben
pagar sus multas o están exculpados? Los que vengan mañana
a los tribunales de Faltas con multas fotográficas serán
absueltos, aseguró Losa a Página/12. La medida
es ilegítima. El sistema sigue vigente y las empresas concesionarias
van a seguir labrando actas, replicó el procurador general
de la ciudad, Juan Carlos López, en nombre del gobierno porteño.
López aceptó sin embargo que las absoluciones que se dicten
mientras el fallo esté vigente serán válidas. Por
su parte, las empresas adelantaron que hoy seguirán haciendo actas
fotográficas. Hasta ahora hemos cobrado sólo el 8
por ciento de las actas, admitió a este diario José
Ibarzábal, de la empresa Meller.
En una resolución de 85 páginas, los jueces consideran que
las actas fotográficas son incompatibles con la legislación
vigente. El acta no está firmada por la autoridad competente
(el policía) sino por un representante de la empresa y es una firma
escaneada. Esto afecta el derecho de defensa: el infractor no puede pedir
un careo con el que le hizo la infracción, argumentó
Losa ante este diario.
El camarista explicó que con la resolución el tribunal pretende
establecer un criterio unificado con respecto a estas infracciones,
porque había jueces que condenaban y otros que absolvían,
y no era posible que el resultado dependiera del sorteo del tribunal.
Losa advirtió que los jueces que no apliquen lo dispuesto serán
sancionados.
Raúl Fernández, secretario de Gobierno porteño, replicó:
El sistema funciona desde hace un año ¿Recién
ahora se da cuenta de que las actas están mal?. El funcionario
dijo tener una respuesta para ese interrogante: Desde hace dos meses
está funcionando una comisión para consensuar la creación
de un nuevo procedimiento para hacer más eficiente el sistema de
Faltas. El fallo surge llamativamente cuando la comisión estaba
a punto de expedirse. Esa comisión, según Fernández,
esta integrada por funcionarios del Gobierno, jueces de Faltas y trabajadores
de la Dirección Administrativa de Infracciones.
Fuentes del gobierno vincularon la resolución de la Cámara,
además, con una investigación judicial, que ya estaría
avanzada, contra miembros de ese tribunal. El secretario de Gobierno y
el procurador adelantaron que habrá una resolución inminente
en cuanto al futuro de la actual justicia de Faltas, aunque no quisieron
dar precisiones. Sin embargo, fuentes del gobierno adelantaron que se
intenta consensuar en la Legislatura un proyecto para disolver los tribunales
y crear en su lugar una estructura administrativa con más
atribuciones que la actual, que pueda cobrar las multas o desestimar aquellas
actas que presentan irregularidades.
El objetivo, explican, es crear un organismo que aplique un esquema
similar al que funciona en los Estados Unidos o en Uruguay, donde el cobro
de infracciones es más expeditivo. Los infractores
que no estén de acuerdo con la sanción podrán apelar
ante la Justicia Contravencional, aclaró la fuente.
El proyecto amenaza con despertar una polémica en la Legislatura.
Jorge Argüello, presidente del bloque de Encuentro por la Ciudad,
dijo a Página/12 que está dispuesto a conversar una
solución para el conflicto de la justicia de Faltas, siempre y
cuando el tema no esté atado al problema de las multas fotográficas,
a las que nosotros nos oponemos, y que el gobierno está empecinado
en sostener.
Por su parte, Eduardo Valdés, titular del bloque del Frente Justicialista,
rechazó en cambio la idea de disolver los tribunales de Faltas.
Sería realmente grave que se adoptara esta medida contra
un tribunal porque les ha sacado un fallo en contra, dijo el legislador
a este diario.
La Defensora del Pueblo, Alicia Oliveira, prefiere mantenerse al margen
de la disputa entre Ejecutivo y jueces de Faltas, pero es contundente
respecto de la validez de las multas. El fallo ha tomado como base
todas nuestras objeciones al sistema, que para nosotros es inconstitucional.
Hay menos accidentes
Para defender el sistema de control fotográfico de infracciones,
el gobierno porteño sostiene que desde su aplicación
efectiva, hace seis meses, se han reducido en un promedio del 20
por ciento los accidentes de tránsito en autopistas y vías
rápidas de la ciudad.
Según el informe oficial, entre el 26 de octubre de 2000
y el 25 de abril de este año las empresas concesionarias
labraron 461.900 infracciones. De ese total, la gran mayoría
(el 76,29) fueron por exceso de velocidad. Un 20,1 por ciento correspondió
a diversos tipos de mal estacionamiento; el 2,7 por invadir la senda
peatonal, y apenas el 0,9 por ciento por violación de luz
roja.
Citando datos de las empresas concesionarias, el gobierno sostiene
que desde que se aplica el sistema el promedio de exceso de velocidad
ha descendido: entre abril y julio de 2000, los autos eran fotografiados
a una velocidad de entre 130 y 142 kilómetros por hora, en
promedio. En los últimos tiempos, el promedio ha descendido
a 119 en las autopistas 25 de Mayo y Perito Moreno y de 117 en la
Illia.
|
HISTORIA
DE UN SISTEMA CON IDAS Y VUELTAS
Las fotos más discutidas del mundo
Las multas fotográficas
tienen una corta pero polémica historia de idas y vueltas. El sistema
se convirtió en motivo de una creciente polémica: desde
los automovilistas que detectaron numerosos errores hasta los jueces de
faltas, quienes en una primera etapa consideraron que el 75 por ciento
de las actas labradas estaban viciadas, y sufrió suspensiones y
modificaciones.
El control de infracciones de tránsito mediante cámaras
ocultas fue otorgado en concesión a dos empresas a través
de una licitación, en 1999, por un período de cinco años.
Siemens-Itron obtuvo el control de velocidad en la red de autopistas de
la ciudad de Buenos Aires y la empresa Meller, por su parte, ganó
el control de estacionamiento indebido, violación de luz roja,
invasión de senda peatonal y de velocidad máxima en las
avenidas.
Entre abril y agosto del año pasado, el aluvión de multas
fotográficas que recibieron los porteños desató el
escándalo: no hubo campañas de prevención y errores
en muchas boletas, además de las amansadoras colas que había
que soportar en los tribunales para efectuar un descargo. También
se quejaron los jueces del Tribunal de Faltas por los gruesos errores:
información equivocada de fechas y lugares y falta de coincidencia
entre el vehículo fotografiado y la descripción en el acta,
entre otros. Los jueces aseguraron que el 75 por ciento de las actas era
erróneo, hasta que el 14 de agosto decidieron suspender los juicios
vinculados a las multas fotográficas.
El gobierno de la ciudad decidió, dos días después,
suspender el sistema, y quedaron retenidas en las empresas 50.000 actas
de infracción.
Los diputados porteños aprobaron una ley por la cual los usuarios
multados debían pagar las multas de exceso de velocidad y violar
semáforos en rojo, y estableció que, ante la repetición
de actas por mal estacionamiento, debía pagarse solamente la primera.
En octubre se reimplantaron los controles, pero con cambios. Se calibraron
los sistemas de medición, se impuso a las empresas un límite
mensual de infracciones y se dispuso que los vehículos con cámaras
debían estar identificados y con la presencia de un policía
mientras hacía su recorrido. En enero, el sistema se extendió
a otras avenidas de la ciudad.
El mes pasado, nuevamente se produjeron incidentes en los tribunales de
faltas por las demoras en la atención. Y ayer, volvió a
estallar el debate cuando el presidente de la Cámara de Apelaciones,
Néstor Losa, suspendió el cobro de las multas por inviables.
|