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El Nuevo Laborismo es el Nuevo Racismo británico

El líder xenófobo austríaco Jeorg
Haider solía decir que él era igual que Tony Blair, salvo que éste era más duro con la inmigración. Hoy día, el británico parece desvivirse por confirmarlo.

Tony promete repatriar
a 30.000 solicitantes de asilo.
Incorporarán más funcionarios
para perseguirlos mejor.

Por Marcelo Justo
Desde Londres

Es una tradición preelectoral. Cuando los políticos se ponen duros con la delincuencia o la inmigración, uno puede apostar sin temores que hay elección a la vista. A días del anuncio de la fecha electoral, que se calcula para el 7 de junio, el gobierno laborista de Tony Blair no es una excepción a la regla. Según vocifera a los cuatro vientos el Ministerio del Interior de Gran Bretaña, el gobierno devolverá este año a sus países de origen a 30.000 solicitantes de asilo político que, a su juicio, son inmigrantes económicos. Se trata, en su mayoría, de afganos, somalíes, iraquíes, iraníes, turcos y kosovares, y Gran Bretaña presionará a otros países europeos para que adopten una política más estricta de ingreso a la Unión Europea.
El gobierno de Tony Blair viene quejándose de hace tiempo que Gran Bretaña es el país que recibe más solicitudes de asilo político en la Unión Europea. El discurso oficial es que Gran Bretaña se enorgullece de su tradicional hospitalidad hacia los perseguidos políticos, pero que será intransigente con los que se aprovechan del sistema inventando inexistentes historias de acoso estatal. Según el gobierno laborista, estos “falsos inmigrantes” explotan la lentitud burocrática y los resquicios legales de la solicitud de asilo, y se convierten en inmigrantes ilegales o en “solicitantes crónicos” que mediante sucesivas apelaciones, extienden indefinidamente su estadía en el país.
El ministerio del Interior británico anunció esta semana que incorporará a unos 1.500 nuevos funcionarios de inmigración para acelerar los trámites de solicitud que pueden prolongarse hasta cinco años y arrestar a los que se conviertan en ilegales. El gobierno espera también que haya una homologación de la legislación europea sobre asilo político. Gran Bretaña tiene uno de los sistemas más amplios de la Unión Europea ya que otorga asilo en casos de violación, violencia doméstica y otras situaciones que no se encuadran en el concepto de persecución por parte del Estado por motivos políticos. En septiembre la Unión Europea emitirá una nueva directiva sobre asilo político que permitiría nivelar la legislación que rige en los 15 países de la Unión.
El gobierno está también presionando para cambiar otro aspecto de la política europea. Según la Convención de Dublín, que entró en efecto en 1997, los miembros de la Unión deben resolver la solicitud de refugio político en el país al que llega la persona. Los laboristas se quejan de que no se está implementando con rigor esta convención y que la mayoría de los solicitantes de asilo provienen de otros países de la Unión Europea que discretamente los “derivan” a Gran Bretaña. En febrero el gobierno de Tony Blair firmó sendos acuerdos de cooperación con Francia e Italia para contrarestar este fenómeno.
A pesar de este endurecimiento de la política inmigratoria, los mismos funcionarios del ministerio del Interior dudan que se puedan conseguir grandes cambios. Según confiesan en privado, es imposible regresar a un alto porcentaje de los solicitantes por las condiciones políticas que hay en sus países de orígen y, en algunos casos, como Irán o Irak, porque Gran Bretaña no tiene acceso a sus aeropuertos. Aunque el ministro del Interior Jack Straw reveló esta semana que en las últimas semanas se habían realizado varios vuelos charter a Albania, Kosovo y Polonia, y que el número de solicitudes había descendido, pocos creen que se pueda contener la avalancha de inmigrantes. “En países como Albania, que tiene un desempleo del 80 por ciento, es inevitable que la gente intente ingresaren la Unión Europea”, indicó Goran Gocic, un periodista yugoeslavo que trabaja en Gran Bretaña.
Los escépticos señalan que el tema de fondo es político. Desde que los conservadores consiguieron el año pasado un pasajero repunte en las encuestas, explotando el tema de la inmigración ilegal, el gobierno laborista decidió no dejar ningún flanco expuesto. A pesar de que el partido de Tony Blair le lleva al del conservador William Hague 20 puntos de ventaja en las preferencias de voto y que sólo un milagro podría cambiar las cosas, los laboristas están obsesionados con lograr lo que se les escapó sistemáticamente en sus más de 90 años de historia: la reelección. En 1997 Blair consiguió que el laborismo volviera al poder tras 18 años de ostracismo. En el 2001 no parece dispuesto a dejar nada librado al azar para ser el primer laborista elegido por segunda vez consecutiva como primer ministro.

 


 

DURO ATAQUE DE CARLOS FUENTES A GEORGE BUSH JR.
“Extrañamos tanto a Bill Clinton”

“¿Dónde estás, Bill Clinton, cuando más te necesitamos?” La pregunta fue lanzada ayer por el escritor mexicano Carlos Fuentes en una columna publicada por el diario El País de España. No es que Fuentes sea un nostálgico de las proezas sexuales que la Casa Blanca hoy se priva de ver con su reciente inquilino puritano, George Walker Bush. Se trata de que, para él, Bush es el primer caso, en todo el siglo XX, de un presidente norteamericano “tonto y perverso”, y enumera todos los puntos polémicos (la relación con China y Rusia, los bombardeos a Irak, el rechazo al Tratado de Kioto sobre la proliferación de gases, etc.) de un gobierno cuyo mérito principal parece ser una estupenda cosecha de insultos de toda calaña, de todas partes del mundo, en tan sólo tres meses.
“La lista de las perversidades de Bush aumenta día a día. Internacionalmente ha resucitado la Guerra Fría con China y Rusia (...) Torpedea la reconciliación de las dos Coreas, cancelando pláticas con el norte mientras lo visita el presidente del sur y principal arquitecto de la paz coreana, Kim Dae-Jung. Y reanuda, escalándola, la venta de armas a Taiwan. Nada que nos sorprenda. ¿No desató Bush un bombardeo contra Bagdad, sin prevención a sus anfitriones, el mismo día que visitaba al presidente Vicente Fox en México? (...) La más grave decisión internacional del joven Bush ha consistido en denunciar el Tratado de Kioto contra la emisión de gases mortales para la vida del planeta”, dice Fuentes.
Según el escritor mexicano, el rechazo al Tratado de Kioto guarda una estricta coherencia con la política interna de Bush. “En tres meses apenas, Bush junior ha autorizado la construcción de carreteras que atravesarán bosques nacionales protegidos. Ha prohibido dotar de fondos a las agencias obligadas a preparar listas de especies animales y vegetales protegidas, a pesar de que obedecen a órdenes judiciales (...) Bush ha cerrado la oficina de la Casa Blanca encargada de atender la epidemia del sida, y ha ordenado que no se sujeten a prueba de salmonela los almuerzos escolares”, describe.
La causa más evidente de todo esto es, según Fuentes, la estricta obediencia de Bush “a quienes financiaron su campaña y lo llevaron al poder”. El presidente norteamericano “ha instalado en el poder a los ideólogos de derecha que le son indispensables como fuente de inspiración”, pero que al mismo tiempo son un tanto contradictorios con los intereses para los cuales se supone que esa ideología trabaja. “Andrew Cord, el secretario en jefe de la Casa Blanca, obtuvo dos mil millones de dólares en contratos para la General Motors en Shangai. Es dudoso que ahora vea con simpatía una política contra China desde Washington”.
Otro límite para las intenciones de la Administración Bush parece ser la relación de fuerzas dentro de Estados Unidos. “El Senado de los EE.UU. está dividido cincuenta y cincuenta. Las políticas extremistas de Bush están alejando a muchos republicanos moderados. Muchas iniciativas reaccionarias de Bush encontrarán severa oposición en el Congreso y en la opinión. No creo que, dentro de cuatro años, los votantes norteamericanos, que en noviembre eligieron popularmente a Al Gore, permitan la reelección de George W. Bush, seleccionado por cinco jueces de la Suprema Corte”.

 

Japón estrena gabinete

Como era de esperar, tras ganar el martes la elección de la presidencia del hegemónico Partido Liberal Demócrata (PLD), el reformista Junichiro Koizumi (centro primera fila) fue elegido ayer como nuevo premier por la amplia mayoría de 287 votos sobre las 478 bancas de la Cámara de Representantes. Menos esperable resultó, al menos desde la tradición política japonesa, que su gabinete incluyera cinco mujeres y, en un paso más hacia lo novedoso, que una de ellas, Makiko Tanaka (segunda fila), sea la próxima ministra de Relaciones Exteriores. Nunca hubo tantas mujeres en el gobierno, y ninguna ocupó cargos tan altos como Tanaka. Esta última designación fue considerada por algunos analistas como un gesto hacia China, porque el padre de ella, el ex premier Kakuei Tanaka, contribuyó en 1972 a regularizar las relaciones binacionales. Koizumi ganó las internas con promesas de (necesarias) reformas económicas y de apartamiento de la servidumbre al clientelismo partidario. Sin embargo, ya violó su promesa de no incluir en el gabinete figuras “sugeridas” por la cúpula del PLD.

 

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