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ENTREVISTA AL ACTOR Y DIRECTOR ESTADOUNIDENSE EDWARD JAMES OLMOS
“Soy el latino con más influencia en Norteamérica”

Hijo de mexicanos, se hizo famoso interpretando al teniente Castillo en �División Miami�, y desde entonces trabaja en diversos frentes para dignificar a los chicanos. Respetado como actor
y director, llegó a Buenos Aires para participar de la sección
�Los que no somos Hollywood�.
El chicano Olmos quiere escapar del estereotipo latino instalado durante años en Hollywood. Tiene un proyecto en marcha: instalar 25 complejos cinematográficos hispanoparlantes en EE.UU.


Por Ana Bianco

El actor y director norteamericano Edward James Olmos, 54 años, nacido en California, hijo de mexicanos, puede parecer poco modesto cuando afirma que se considera “el latino con más influencia en los EE.UU.” o dice que es un hombre “con una boca muy grande” pero para que lo escuchen los poderosos. Pero enseguida cuenta que no pertenece a los latinos que hoy forman parte star system hollywoodense, precisamente porque los personajes que encarna escapan al estereotipo de lo que se supone debe ser un chicano en el cine. Desde hace años, trabaja activamente en favor de la comunidad latina, y su presencia como director y actor lo certifica.
Para muchos, es famoso desde que en los años 80 se metió en la piel del teniente Martín Castillo en la serie televisiva “División Miami”. En 1982 también brilló en Blade Runner, aunque el film de Ridley Scott confirmó el estrellato de Harrison Ford. Entre sus trabajos merecen destacarse Stand and Delivery (1987), nominado al Oscar por su caracterización del maestro Jaime Escalante y basada en un hecho real, La balada de Gregorio Cortez (Robert Young, 1982), Mi familia (Gregorio Nava, 1995), donde fue uno de los hermanos Sánchez, y Selena, que lo vio lucirse junto con Jennifer López. En 1992, con American me, debutó como director.
En su primera visita a la Argentina, invitado por el Museo de Cine y su director David Blaustein y la Dirección General de Museos del Gobierno de la Ciudad, el actor participó de la tercera edición del ciclo “Los que no somos Hollywood” junto con Robert Young y Marlene Dermer, entre otros, en el marco del III Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires. En la entrevista concedida a Página/12 se refirió al cine latino y su potencial –35.000.000 de latinos viven en EE.UU.– y a un proyecto que lo tiene atrapado: la construcción de 25 complejos cinematográficos donde se puedan difundirse films hispanoparlantes en EE.UU.
Una breve reseña del cine chicano lo ubica a Olmos entre sus mentores: “En los orígenes del cine chicano estuvimos Jesús Treviño, Luis Valdez, Pepe Serna y yo –señala el actor–. El término chicano surgió en 1964 y de ahí nosotros empezamos el movimiento. En la época de racismo en los EE.UU., en los años 50 y 60, cuando cruzabas la frontera eras ‘pocho’ y cuando regresabas, mexicano”. En “Los Angeles Latino Film Internacional”, presidido por James Olmos, el consejo de notables está integrado, entre otros, por Rita Moreno, Anjelica Huston, Jimmy Smits y Andy García, un actor de corte holywoodense. Olmos subraya que “trabajamos todos juntos. Estamos en contacto con la comunidad latina, ahorita acabo de filmar con Salma Hayeck En el Tiempo de las mariposas. A Andy lo ayudé al comienzo de su carrera. Filmó su primera película conmigo, Stand and delivery y nos entendimos. Es un buen actor. Somos muchos los latinos pero no bastantes y nos conocemos bien...”.
Directores chicanos como Robert Rodríguez (El mariachi) y Luis Valdez (Zoot Suit) con similares propuestas no integran este grupo. A modo de explicación Olmos enfatiza: “Todos estamos trabajando por lo mismo. Ellos con sus propuestas y nosotros con las nuestras. Si algún director me convoca, voy encantado, siempre y cuando la historia me atrape. En el último Festival de Los Angeles –donde se presentaron 37 películas de Latinomérica, con un asistencia de 30.000 espectadores– estuve con algunos directores jóvenes y les manifesté mis ganas de trabajar con ellos, especialmente con Solana y Springall, entre otros. En los Estados Unidos he rechazado papeles. He dicho en más de una ocasión: no al dólar, resultando arrogante, y haciendo pensar que no era suficiente el dinero que me ofrecían. En realidad el proyecto no me interesaba. Soy el latino con más influencia en los EE.UU. y tengo una boca muy grande para que me escuchen”.
Olmos se enciende cuando imagina el proyecto de sus sueños: la concreción de 25 complejos cinematográficos en EE.UU. “Este proyectopensamos concluirlo en diez años. El municipio de Los Angeles nos donó la tierra. Ahorita estamos en negociaciones con algunas compañías americanas para financiarlo. El 51 por ciento del paquete quedará en nuestras manos, concretamente Carlos Santana, Jimmy Smits y yo para que el intento siga”.
–¿Cuál será el criterio para la elección de las películas que se exhibirán?
–La idea es exhibir en un principio 85 por ciento cine de Hollywood y un 15 por ciento de cine hispanoparlante, con las mejores filmografías de esos países. Y en un plazo convertir ese 15 en un 50 por ciento y crear un nuevo complejo en otro sitio, como por ejemplo Florida. Aspiramos a tener 500 salas en un futuro.
–En estos momentos hay una avalancha de productos latinos...
–Tanto a los latinos como a los angloparlantes hay que alcanzarles productos buenos. El oído y la vista de los latinos que nos reconocen la tenemos. Necesitamos mostrar latinos que jueguen roles dignos y capturar esa masa.
El actor evita referirse a los proyectos que tiene en carpeta para su “Olmos Production”: “tenemos algunas proyectos cerrados pero prefiero no comentarlos por si nos roban las ideas” y elige hablar de su última participación en televisión: “protagonizo al primer juez latinoamericano que aparece en la pantalla”. “El Juez” se emitirá por NBC de EE.UU., y su estreno está previsto para principios de mayo. Olmos cuenta, para finalizar, detalles de su pasado antes de dedicarse a la actuación, y su proyección familiar: “Fui beisbolista, cantante, bailarín músico y escribí las letras de algunas canciones que además produje. Toco un poco el piano, ahorita no, a eso se dedican mis hijos. Tengo cuatro hijos varones y una mujer. El de 29 años es escritor, director y productor de cine, el segundo y el tercero son músicos y el cuarto está estudiando dramaturgia en los Angeles”.

 

Los cortos premiados
El jurado de la competencia internacional de cortometrajes del Festival de Cine Independiente, integrado por los realizadores Marcos Loayza y Pablo Trapero y por la programadora holandesa Ilse Hughan, entregó el jueves los premios correspondientes a su categoría cinematográfica. Así, en el rubro “Mejor film” fue galardonada Des Morceaux de ma femme, producción francesa dirigida por Fréderic Pelle. John Hardwick, responsable de To have & to hold (Estados Unidos) fue distinguido como “Mejor director”. El premio especial del jurado cayó en manos de Eric Jameaux, realizador francés que presentó Faux Contact. El premio del público fue para Jigsaw Venus (Estados Unidos), de Dean Kapsalis. Entre las menciones especiales hubo una para Julio Arrieta, coguionista y actor de El nexo (Argentina), de Sebastián Arco.

 

Para ver hoy
11: Tainá (Brasil), de Tania Lamarca (Hoyts 8).
11.15: The Mad Songs of Fernanda Hussein (EE.UU.), de John Gianvito (Cosmos).
11.30: Les fantomes des 3 Madeleine (Canadá), de Guylaine Dionne (Hoyts 9).
12.30: Notas sobre tango (Argentina), de Rafael Filipelli (Hoyts 7).
13.30: Sábado (Argentina), de Juan Villegas (Hoyts 8).
15.30: Hotaru (Japón), de Naomi Kawase (Hoyts 10).
16: Vies (Francia), de Alain Cavalier (Lorange).
16.30: Rerum Novarum (Argentina), de Schindel, Batlle y Molnar (Lorca 2).
18: Hogar, dulce hogar (Francia), de Otar Iosseliani (Lorca 1).
18.15: Babilonia 2000 (Brasil), de Eduardo Coutinho (Hoyts 12).
19: Kuitca (Argentina) de Alberto Fischerman (Lorca 2).
20: Thomas est amoureux (Bélgica), de Pierre-Paul Renders (Hoyts 10).
21: La pieza de Franz (Argentina), de Alberto Fischerman (Lorca 2).
21.45: Con ánimo de amar (Hong Kong), de Wong Kar-wai (Hoyts 8).
22: Sans soleil (Francia), de Chris Marker (Lugones).
23: Modelo 73 (Argentina), de Rodrigo Moscoso (Hoyts 10).
0.30: The Isle (Corea), de Ki-Duk-kim (Hoyts 8 y 9).

 

DOS PELICULAS MAS BIEN FLOJAS EN LA COMPETENCIA OFICIAL
“Stand by” y “Chopper” decepcionaron

Por Luciano Monteagudo

La competencia de esta tercera edición del Buenos Aires Festival de Cine Independiente tiene grandes films, cumbres incuestionables –la china Platform; la japonesa Hotaru, la turca Nubes de mayo, la iraní Pizarrones- y algunas verdaderas sorpresas, como la holandesa Jacky y la estadounidense The mad songs of Fernanda Hussein, todas ya comentadas en estas páginas. Pero el concurso oficial también sufre de crónicas depresiones. En el comienzo, fueron la argentina Animalada, la finlandesa 101 Reykjávik, la italiana Il prezzo y la española El otro barrio. A esa hondonada se suman la francesa Stand by y la australiana Chopper.
El comienzo de Stand by es engañoso. La opera prima de Roch Stephanik promete lo mejor en su primera media hora, para luego ir paulatinamente perdiendo vigor y sentido, como si una vez planteada la situación central la película se fuera quedando sin ideas, limitándose a girar en círculos concéntricos y reiterativos. El escenario elegido es el aeropuerto de Orly Sud, en las afueras de París. Una pareja –Dominique Blanc, Patrick Catalifo– llega muy decidida hasta el check in de Aerolíneas Argentinas, para iniciar un viaje a Buenos Aires. Ella parece particularmente feliz, pero en él se intuye un cierto malestar. Ella va a tomar un café, y él desaparece más tiempo del necesario. Ella se inquieta y cuando él vuelve le anuncia que va a viajar solo, que ella se queda abajo, que la relación (que llevaba ya cinco años) se acabó para siempre. Ella llora, grita, se desespera y no atina a salir del aeropuerto. Primero es una noche, luego dos, tres, hasta que hace de Orly su lugar de pertenencia.Allí tiene lo necesario: bares, negocios y hoteles donde dormir e intercambiar favores sexuales por el dinero para los gastos diarios.
El aeropuerto, a su vez, se presenta como la materialización de los textos del sociólogo Marc Augé, hoy en Buenos Aires, un “no lugar” donde el anonimato y la fugacidad absoluta son finalmente posibles. Todo eso está muy bien, hasta que de pronto el film comienza a agotarse y a rotar inútilmente sobre sí mismo, hasta quedarse casi vacío, sin fuerzas. (Hoy a las 14.45, en el Hoyts 11; no tiene distribuidor en Argentina).
El caso de Chopper es muy diferente. La opera prima del australiano Andrew Dominik, que estuvo entre las más exitosas del cine de su país (el catálogo del festival afirma que superó en la taquilla a El patriota y X Men) está basada en un personaje tristemente célebre en Sydney y alrededores, un psicópata que escribió un par de libros en los que se enorgullece de haber matado a casi veinte personas. Aún desconociendo por completo la realidad a la que alude el film (que por las dudas se cubre afirmando en los títulos que no se trata de una biografía) no se puede dejar de inferir en Chopper un evidente oportunismo, como si la película tratara de subirse a la ola generada por Mark “Chopper” Read y sacarle cínicamente sus beneficios.
Proveniente del campo de la publicidad y del videoclip, el realizador “vende” al personaje como si se tratara de un producto de moda, un ejemplar hip, un esquizo violento y peligroso como Hannibal “The Cannibal” Lecter, pero en el fondo simpático y divertido. “Soy un tipo normal, al que le gusta un poco la tortura”, se ríe Chopper y el film parece adscribir a ese discurso, solazándose en una violencia gratuita y sádica. Es una contradicción que un festival que le dedica toda una retrospectiva a Michael Haneke –un cineasta que con su obra desarticula los mecanismos de la explotación de la violencia en el cine– le termine ofreciendo un lugar de privilegio en la competencia a estapelícula especuladora y canalla. (Hoy a las 13.45 en el Hoyts 12; no tiene distribuidor en Argentina.)

 


 

“RIEN SUR ROBERT”, UN APRECIABLE PLATO FRANCES
Cómo criticar un film sin verlo nunca

Por Martín Pérez

Croata o bosnio, no importa. La cuestión es que Robert hizo una polémica y contundente crítica de un film de ascendencia balcánica, pero lo hizo sin tomarse el trabajo de verlo antes. “Es que tengo mucho trabajo”, se excusa en voz baja al comenzar el film, algo avergonzado pero no demasiado. Es que Robert ya no es un principiante, sino que se trata de un personaje ya crecido –aunque aún no es viejo– y algo resignado a las situaciones ridículas. Y no sólo profesionales –como la crítica escrita antes de ver el film– sino a los devenires amorosos y familiares, los otros dos ejes de Rien Sur Robert, un divertido film de Pascal Bonitzer, histórico editor de la prestigiosa revista francesa Cahiers du Cinema, devenido con el tiempo en guionista cinematográfico primero y por último en director.
Protagonizado por Fabrice Lucini –de cierto parecido físico con el cantante Paul Simon, al que le calzaría muy bien el devenir tragicómico de Robert–, Rien sur Robert (1999) es el segundo largometraje de Bonitzer, y es una especie de cruza entre las desventuras del impasible y desafortunado Thierry Lhermitte –un personaje de historieta del premiado dibujante francés Martin Veyron– y el disfrute en las circunstancias más ridículas que campea en “Friends”. “La idea del film comenzó con un historia real, sobre una crítica de Underground escrita por un colega sin haber visto el film”, contó Bonitzer en ocasión del estreno en Francia. “Fue algo que me irritó, porque me pareció típica de una sensación de impunidad ante las cosas más obvias que tienen los intelectuales en Francia.”
Castigado por Bonitzer desde el comienzo del film, su Robert no sólo termina sufriendo su crítica sin película, sino que se meten en su vida personajes desopilantes como los protagonizados por Michel Piccoli, Marilú Marini o la bellísima Valentina Cervi. Si bien por su carácter burgués se podría afirmar que está un tanto fuera de lugar dentro de la media estética del Festival de Cine Independiente, Rien sur Robert es una curiosidad digna de disfrutarse. “Una comedia salvaje, que no le disgustaría a Woody Allen”, escribió el periódico británico The Independent sobre el film del guionista de Raúl Ruiz, Andre Techiné y Jacques Rivette. Película en la que los dos personajes principales tienen dobles que son sus rivales –Robert encuentra un rival en el corazón de su novia, y su novia tiene una rival que pelea por el corazón de Robert–, Rien... es una comedia sobre la intelectualidad, el romance desde un punto de vista masculino –pero nunca machista– y una vida adulta pero que adolesce.
(Rien sur Robert se exhibe por última vez hoy a las 21.30 en la sala 12 del Hoyts Abasto. No tiene distribuidor en la Argentina.)

 

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