Por Silvina Friera
Este libro ayuda a comprender
que hay una realidad ignorada porque se la oculta, la desaparecen o la
tiran desde los aviones, dijo el editorialista José María
Pasquini Durán al presentar en sociedad Contracara, una compilación
de las mejores columnas y crónicas escritas por el periodista de
Página/12 Luis Bruschtein. Esta publicación es parte
de una pelea entre los que quieren trivializar las relaciones informativas
de la sociedad y quienes queremos que la información sea un instrumento
capaz de hacer frente a los desafíos de este destino, que por ahora
nos castiga tanto, agregó Pasquini Durán, autor del
prólogo del libro publicado por Altamira, frente a un numeroso
público que desbordó la capacidad de la sala Domingo Faustino
Sarmiento de la Feria del Libro. Los más jóvenes se sentaron
sobre la alfombra y escucharon atentamente los comentarios de la periodista
Stella Calloni, el escritor Juan Sasturain y Pasquini Durán.
Calloni dijo que Contracara es un libro habitado por seres y personajes
de muchos lugares, que permiten rescatar la identidad y construir un puente
hacia la memoria. Como entiendo que la utopía es el camino
y no el final pienso que el trabajo de Luis siembra caminos de utopías
y nos recuerda la necesidad de detenernos en la vorágine y poder
tirar piedras sin esconder la mano, subrayó Calloni, que
compartió el exilio con Bruschtein en México y recordó
algunos de esos momentos dolorosos. La periodista comentó que Luis
logra recuperar la buena nostalgia del tiempo de los sueños
colectivos. Las crónicas y sutiles narraciones de Bruchstein, dijo,
están escritas con pasión y una coherencia que sobrevive
a cualquier embate. El autor, ponderó, se define claramente
en sus columnas, no titubea entre las luces y aprietes del mercado.
Sasturain destacó el rigor de las narraciones de Bruschtein y enumeró
los atractivos del libro. No hay relleno, no son simplemente opiniones,
porque todos somos fácilmente opinadores y hay lugares comunes
en los que incurrimos precisó. En cada texto hay una
idea y el rigor va acompañado de humor. El escritor agradeció
que haya poca primera persona en las columnas. Cuando aparece cuenta
algo como testigo insustituible porque es la mirada, el ojo que registra,
pero el mérito de Luis es que trata de pasar siempre inadvertido,
aclaró y recomendó la lectura de la nota sobre la visita
a la casa de (Rodolfo) Walsh en el Tigre.
Algunos de los relatos más lindos según
Sasturain es La fiesta inolvidable, una crónica
de lo que sucede en una mesa electoral de barrio y Creer o reventar,
que exhibe el estupor de la vieja militancia y las distintas actitudes
que han tenido ante el cambio de siglo. Cuenta historias que parecen
inventadas o inventa historias que parecen testimoniales y hay personajes
que no te los vas a olvidar nunca, reflexionó el escritor.
En uno de los textos, Bussi y la papa japonesa, está
presente una manera elíptica, indirecta de relacionar la identidad
de la palabra bussi (que es una papa japonesa) y el general de triste
y penosa memoria, puntualizó Sasturain.
De excelente humor, Pasquini le respondió a Bruschtein que la
diferencia de edad inicial en la relación había sido empatada
por el tiempo porque ahora los dos somos abuelos. Pasquini reflexionó
sobre el periodismo y sus costados rescatables, e hizo hincapié
en el desarrollo que alcanzó la investigación periodística.
Esto es una ganancia líquida que disminuye el riesgo de cualquier
país porque la gente está mejor informada. El periodismo
ha puesto en jaque al poder. Sin embargo, de inmediato recordó
el nivel de concentración de la propiedad que hay en los medios.
El señor (Ted) Turner, de la famosa cadena CNN, instaló
su sede en Atlanta porque es el único estado donde los sindicatos
están prohibidos y no se aceptan expresiones sindicales en la cadena,
ejemplificó. La pena es la expulsión inmediata al
que quiera organizar un sindicato. Finalmente analizó el
fenómeno de la televisión y la forma en la que presentan
las informaciones. Estamos asistiendo a un momento en que hasta
los noticieros, que son por definición un espacio de noticias,
se han convertido en un lugar de entretenimiento. Toda esta clase de basura,
que antes llamábamos misceláneas, se equipara a las decisiones
que toma el gobierno para salir de este infierno que generan los mercados.
Hoy se explica más la relación de Rodrigo, su mamá
y su representante que la vinculación del mercado, la política
y el poder, concluyó Pasquini.
CATEDRA
LIBRE JULIO CORTAZAR, EN MENDOZA
Una victoria de los cronopios
Cuando era profesor en Mendoza,
y todavía la fama le quedaba lejos, Julio Cortázar lideró
la toma de la Facultad de Filosofía y Letras, al frente de un grupo
de alumnos que se cansaron luego de repetir la historia, hasta convertirla
en legendaria. A partir de esta semana, el mayor de los cronopios tiene
en esa misma facultad, en rigor emplazada en otro edificio, en el centro
universitario, una cátedra libre que homenajea su memoria. No podía
ser de otra manera: la creación de la cátedra fue impulsada
por los alumnos.
La labor de la cátedra libre Julio Cortázar durante este
año será bajo el título genérico de La
literatura del boom de la narrativa hispanoamericana.
La inauguración de las clases, el viernes pasado, fue con una conferencia
del Prof. Dr. Mario Goloboff (U. N. de la Plata), sobre Julio Cortázar:
La realidad de lo fantástico, tras lo cual se desarolló
una mesa redonda. Durante muchos años, en una facultad famosa por
el carácter retrógrado de algunos de sus docentes, Cortázar
fue en la carrera de Letras de Mendoza casi un tema tabú. De hecho,
durante los años de la dictadura militar su nombre no figuraba
en los programas de estudios de literatura argentina.
La cátedra libre planea cumplir un cronograma de conferencias y
cursos con una frecuencia mensual. Esta semana fue el turno del curso
Julio Cortázar: Literatura y realidad, a cargo de la
profesora Miriam Di Gerónimo, coordinadora de la cátedra.
En los meses siguientes, los cursos serán sobre Jorge Luis Borges,
Gabriel García Márquez, Juan Rulfo, Carlos Fuentes, Mario
Vargas Llosa, Bryce Echenique y José María Arguedas.
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